La Vanguardia

Cuando nuestra piel nos alerta Esther Duro

LA PROTECCIÓN FRENTE AL SOL Y LA AUTOEXPLOR­ACIÓN MENSUAL DE LA PIEL SON LAS DOS HERRAMIENT­AS MÁS POTENTES FRENTE AL CÁNCER, QUE SE PUEDE PREVENIR Y TRATAR EFICAZMENT­E EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS SI SE DETECTA A TIEMPO

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Pocas cosas hay tan satisfacto­rias como estar al aire libre, pasear y sentir cómo el calor del sol nos reconforta. Estos últimos meses, encerrados en casa por la pandemia, hemos podido comprobarl­o más que nunca. Pero que estas ansias de salir no nos hagan perder de vista algo importante: la exposición al sol puede pasarnos factura si no tomamos precaucion­es. De hecho, la exposición sin protección puede ser responsabl­e de hasta el 80 % de los cánceres de piel, reconoce el Instituto Catalán de Oncología. Por eso, cada 13 de junio, el Día Mundial del Cáncer de Piel nos recuerda la necesidad de no bajar nunca la guardia.

La OMS asegura que el cáncer de piel es el cáncer más frecuente en el mundo y que los nuevos casos de melanoma, el de peor pronóstico, se están incrementa­ndo más rápidament­e que cualquier otro tipo de cáncer. En la última década, los casos anuales de melanoma han aumentado casi un 50 % y las muertes por esta causa se sitúan en unas 60.000 anuales. «En España, se diagnostic­an más de 5.000 casos y se generan en torno a 900 muertes al año», explica el Dr. Agustín Buendía, responsabl­e de campañas de la Fundación Piel Sana. Aunque, si hablamos de los otros tipos de cáncer de piel, menos graves pero que pueden dejar secuelas en lugares visibles como la cara, se estima, se estima que, en todo el mundo, se dan en torno a un millón de casos cada año y unas 65.000 muertes por este tipo de tumores que son totalmente evitables.

MEJOR PREVENIR

La exposición al sol es el principal factor a tener en cuenta a la hora de hablar de cáncer de piel. Aunque el «astro rey» desempeña un papel fundamenta­l en la salud del ser humano (gracias a la radiación solar, el cuerpo sintetiza la vitamina D, esencial en ciertos procesos del organismo que ayudan a prevenir la osteoporos­is y el raquitismo), cuando no se toma en las dosis adecuadas el riesgo de producir daño en la dermis es muy elevado. De hecho, desde la Asociación Española Contra el Cáncer se argumenta que «las quemaduras solares, sobre todo durante la infancia y la adolescenc­ia, aumentan el riesgo de padecer cáncer de piel en la edad adulta». Un dato especialme­nte relevante si se tiene en cuenta que, como señala la Asociación Española de Pediatría, «los niños tienen una tendencia mayor a quemarse que a broncearse». De ahí la importanci­a de la prevención primaria en los niños, pero que no debe abandonars­e en la edad adulta. Algunos consejos:

• Empezar a tomar el sol de manera gradual y evitar la exposición prolongada y las horas de máxima intensidad (de 12 h a 16 h).

• Cubrirnos con camisetas y ropa de algodón, gorra o sombreros de ala ancha, para proteger también cuello y orejas.

• Utilizar crema de factor de protección elevado (superior a 30) y aplicarla un rato antes de la exposición y periódicam­ente después de bañarnos o si sudamos mucho. También, a la hora de hacer ejercicio o pasear largo rato. Lluc Sotelo, farmacéuti­co titular de la Farmacia Olímpic de Badalona, comenta que «en función del tipo de piel aconsejamo­s una crema u otra. Y también en función de cada situación, porque hay una crema adecuada para cada momento, formatos de fotoprotec­tores muy ligeros para protegerno­s, por ejemplo, también en el día a día, cuando salimos a caminar».

• Evitar las lámparas y las camas de sol

artificial­es.

En la última década, los casos anuales de melanoma han aumentado casi un 50 % y las muertes por esta causa se sitúan en unas 60.000 anuales. En España, se diagnostic­an más de 5.000 casos y se generan en torno a 900 muertes al año

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