No sin mi protección solar
CADA VEZ CON MÁS ÉNFASIS, DERMATÓLOGOS Y FARMACÉUTICOS CONCIENCIAN A LA POBLACIÓN SOBRE LA NECESIDAD DE MANTENER UNA ACTITUD SENSATA RESPECTO AL SOL EN TODAS LAS ÉPOCAS DEL AÑO
Sabemos que el sol tiene efectos positivos sobre el organismo, como facilitar la síntesis de vitamina D o mejorar el estado de ánimo. Sin embargo, aún buena parte de la población desconoce, por ejemplo, que una exposición excesiva y sin protección a los rayos ultravioleta (UV), especialmente a la radiación A y B (UVA y UVB), puede tener efectos nefastos para la salud, como «una disminución de las defensas inmunitarias, envejecimiento prematuro de la piel y aparición de cataratas en los ojos», aducen los facultativos del Parc de Salut Mar, en Barcelona. Sin olvidar que la mayoría de los cánceres de piel son causados por estas radiaciones.
QUEMADURAS SOLARES
Las quemaduras solares son uno de los efectos más frecuentes de permanecer bajo el sol sin protección: «Cuando son leves provocan enrojecimiento de la piel (eritema), sensibilidad y que durante varios días estemos quitándonos la piel a jirones. Pero si la exposición es más intensa puede producirse daño en capas más profundas, llegando hasta la dermis. Se trata de quemaduras de segundo grado, que pueden ir acompañadas de ampollas, edemas, dolor…, que recomiendan ya acudir al médico», se advierte desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Aunque nuestra piel dispone de mecanismos de defensa frente a las radiaciones solares, como la producción de melanina (pigmento responsable del color de nuestra piel, pelo e iris), la aplicación de fotoprotectores ayuda a mitigar los efectos adversos del sol. Son esprays y cremas de uso tópico que dispersan o reflejan la radiación solar y que presentan una doble misión: preventiva del fotoenvejecimiento y el cáncer, y terapéutica en los casos de fotosensibilidad acusada. Es importante que utilicemos un factor de protección solar y una textura adecuados. El farmacéutico puede aconsejarnos el más adecuado según nuestra edad, tipo de piel y actividad a realizar. No obstante, «los fotoprotectores nunca deben considerarse un procedimiento sin riesgos para prolongar la exposición solar sin sufrir quemadura. Aunque no se vean los efectos a corto plazo, pueden producirse carcinomas, melanomas y envejecimiento a medio o largo plazo», advierten los dermatólogos.
FALSOS MITOS
Adquirir hábitos saludables respecto al sol no solo pasa por la aplicación de fotoprotectores. También, por desterrar los falsos mitos que rodean a este ámbito. Algunos de ellos son estos:
• Solo en verano. FALSO. Los especialistas remarcan la necesidad de protegernos del sol en todas las épocas del año.
• Solo en la playa o en la piscina. FALSO. Los fotoprotectores también son necesarios a la hora de realizar otras actividades más cotidianas, como ejercicios al aire libre, paseos o excursiones.
• Las pieles morenas no se queman. FALSO. Las radiaciones les afectan igual: hay que seguir utilizando protección, aunque estemos ya morenos.
• En los días nublados no se filtran los rayos
UV. FALSO. Las nubes, sobre todo si son finas, permiten el paso de la radiación ultravioleta y se reflejan en el agua, la arena o la hierba.
• Sirve cualquier gafa de sol. FALSO. Las gafas de sol homologadas con filtros UV son las recomendables para evitar problemas oculares. Puede reforzarse la protección con gorras con visera.
Extrememos las precauciones con los nitios, que deben evitar la exposicibn solar hasty los 6 meses y, siempre, de 11 a 17 h. Los mayores y las embarazadas son otros colectivos vulnerables