Tensión en las comunidades de vecinos
Ha habido de todo: vecinos que han saltado la valla para darse un chapuzón y otros que lo denuncian. Vecinos que se niegan a pagar más para limpiar la piscina, comunidades que prohíben el baño a invitados y otras que han decidido no abrir en todo el verano. “Los últimos meses han sido una locura... Las comunidades de vecinos han sido las grandes olvidadas del confinamiento y se han aprobado normas inviables”, insiste Fabián Huget, presidente del Col.legi de Adminstradors de Finques de Tarragona. La primera norma que se dictó para las piscinas comunitarias obligaba a controlar el acceso, a marcar turnos y a limpiarla tres veces al día. En resumen: un gasto extra de entre 3.000 y 5.000 euros al mes que repartir entre los vecinos y muchos problemas: “En las comunidades grandes, tocaba a un baño cada diez días... y en las pequeñas, un dineral”, dice Huguet. Ahora respira más aliviado porque las condiciones se han suavizado. El aforo sigue siendo limitado (una persona por cada seis metros de lámina de agua y, fuera de la piscina, una cada cuatro metros si no son familia), pero no hace falta controlar el acceso. “Se deja a criterio de las comunidades”, apunta. En algunas comunidades sigue reinando la tensión, en otras han descartado la aplicación para gestionar la piscina que habían obligado a bajar. Y en casi todas, un gasto que oscila entre los diez y los cincuenta euros, entre limpieza extra y el imprescindible gel hidroalcohólico.