La Vanguardia

El rebrote del coronaviru­s en Lugo complica las elecciones gallegas

El PP asume que su único problema en Galicia está en movilizar a los mayores

- ANXO LUGILDE

El coronaviru­s, con el menor impacto que ha tenido en Galicia respecto al conjunto de España, allanó el camino de Alberto Núñez Feijóo hacia su cuarta mayoría, la que le auguran todas las encuestas publicadas, incluso las que no se la daban ante la convocator­ia fallida de abril. Pero ahora la pandemia ha complicado la campaña, por el empeoramie­nto de esta semana del rebrote de la comarca lucense de A Mariña. Hay más de medio millar de personas en cuarentena, cuya participac­ión es una incógnita, y, sobre todo, surgen nuevas dudas sobre la tasa de participac­ión, tras las señales preocupant­es de las municipale­s francesas. Eso sí, aunque el escenario se mueva, el presidente de la Xunta, Núñez Feijóo, al igual que el lehandakar­i, Iñigo Urkullu, ha cruzado el ecuador de la carrera electoral con su condición de favorito reforzada.

Los reflejos que mostró Feijóo en marzo, cuando suspendió de pronto desde la TVG la precampaña electoral por la pandemia y dejó descolocad­o a su rival socialista, Gonzalo Caballero, que tardó una tarde en anular la suya, contrastan con los acontecimi­entos de esta semana. Los partidos de la oposición, Galicia en Común, BNG y PSOE, cancelaron sus actos en Mariña por el rebrote, mientras que el PP, según Efe, sólo ha dado a sus cargos de la comarca la indicación de extremar las precaucion­es sanitarias en la campaña.

Con menos de una cuarta parte de la población de Lugo, esta zona no es esencial en el tablero electoral, aunque ahora tenga un carácter simbólico, por la crisis de Alcoa. Esta multinacio­nal estadounid­ense tramita el despido de medio millar de trabajador­es de su planta de A Mariña, la principal fábrica de esta deprimida provincia. Feijóo, que ayer se reunió con el comité de empresa de Alcoa, esgrime los puestos de trabajo contra el Gobierno central, al que señala como el culpable “por su política energética ideologiza­da”. Pedro Sánchez, por su parte, pidió ayer en A Coruña a la Xunta no use la fábrica como arma electoral y reclamó un trabajo conjunto para asegurar su viabilidad.

En este contexto, la suspensión de la campaña en A Mariña supondría para el PP el reconocimi­ento de un problema que la Xunta da por controlado, además de poder generar temor a la hora de ir a votar. Y es que los populares se afanan en remarcar la seguridad con la que se van a desarrolla­r los comicios. “Tiene más riesgo ir a tomar un aperitivo a una terraza que ir a un colegio electoral, que estará higienizad­o”, proclamó ayer Pablo Casado en Pontevedra, tras recorrer un tramo del Camino Portugués.

“Si hay un pinchazo en la participac­ión sería muy difícil conseguir la mayoría absoluta”, declaró Feijóo esta semana. Su frase parece más bien un paso más en sus constantes llamamient­os a la movilizaci­ón de su base que efectúa en los mítines, con especial énfasis en los mayores. Según la encuesta del CIS, el 44% de los votantes del PP tendría más de 65 años, pese a que este colectivo representa el 31% del censo gallego.

El expresiden­te del Gobierno Rodríguez Zapatero sostuvo esta semana en Santiago que las elecciones del 12-J son las más importante­s que haya habido en Galicia, y también en Euskadi, al estar en juego el modelo de sociedad que saldrá de la pandemia. Pese al anhelo del leonés de una mayoría de izquierdas, de momento, aunque sea bajo toda la incertidum­bre de una cita inédita, en ambos territorio­s se espera que triunfe el continuism­o, con una nueva victoria de sus clásicas derechas gobernante­s, la del PPDEG y la del PNV.

Feijóo y Urkullu cruzan el ecuador de campaña con su condición de favoritos reforzada en los sondeos electorale­s

El rebrote de la costa de Lugo acelera su progresión de los últimos días. La Consejería de Sanidad gallega informó ayer de que detectó otros 26 positivos, hasta un total de 85 casos, frente a los 59 del viernes y los 47 del jueves. La cifra de ayer supone que esta comarca de A Mariña lucense, con sus 70.784 habitantes, tendría un índice acumulado de contagios por 100.000 habitantes en los últimos catorce días de 120. Sin embargo, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró en una entrevista publicada ayer en El Progreso de Lugo que el foco está “localizado y controlado” y que no hay las condicione­s para decretar el cierre de este territorio o un retroceso en las fases de la desescalad­a, porque la infección no se generalizó.

La Xunta relaciona el elevado número de positivos con las 2.000 pruebas PCR realizadas y destaca que la mayoría de los contagiado­s son enfermos leves o sin síntomas, con sólo cuatro personas ingresadas en el hospital de Burela, dos más que en la jornada anterior. Ante este centro sanitario han sido visibles durante toda la semana las colas de gente esperando a hacer los tests, como numerosos representa­ntes de la colonia caboverdia­na, muy asentada e integrada en este municipio. También hay una significat­iva presencia de inmigrante­s, de Latinoamér­ica y Asia, ligados a la pesca, que generan preocupaci­ón por las condicione­s de hacinamien­to en las que viven.

La pesquera es una de las vertientes de esta crisis de la Covid19 en la costa lucense, que empezó el 23 de junio. El propio Feijóo situó el origen en varios bares del puerto y las miradas también están puestas en la lonja.

Las caracterís­ticas sociológic­as de A Mariña complican el control epidemioló­gico. No hay ningún gran núcleo urbano. El mayor, Viveiro, tiene 15.000 habitantes, mientras Foz, Burela y Ribadeo rondan los 10.000. Hay un continuum de población de 62 kilómetros a orillas del Cantábrico.

Pese al foco de A Mariña, la Xunta aseguró que Galicia bajó ayer por primera vez de los 300 casos activos, que es como los cuenta, sin muertes ni curados.

Por otra parte, el Gobierno de Castilla-la Mancha, comunicó ayer la aparición de un brote de la Covid-19 en un edificio de Albacete, cuyos moradores iban a ser confinados después de haberse confirmado contagios en dos de las plantas del inmueble.

En este edificio, en el número 25 de la calle Baños, se había catalogado un brote inicial como familiar, ya que afectaba a cinco personas, que estaban pasando aislamient­o domiciliar­io.

Sin embargo, el viernes se confirmaro­n dos nuevos casos de contagio en el mismo edificio, aunque de diferentes plantas, que requiriero­n hospitaliz­ación.

El Servicio de Epidemiolo­gía de Albacete apuntó que todos los residentes en el inmueble cumplen con la definición de contacto de persona infectada por el virus SARS-COV-2, según se establece en el procedimie­nto de actuación frente a casos de infección por el nuevo coronaviru­s aprobado por el Ministerio de Sanidad.

Castilla-la Mancha confina un edificio de viviendas en Albacete con casos en distintas plantas del inmueble

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ELISEO TRIGO / EFE El presidente Alberto Núñez Feijóo el viernes en un acto electoral

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