Un clásico que no para
Desde 1992 Paul Weller enarbola el mástil de una, como mínimo, siempre sorprendente carrera en solitario. Y en la mayoría de los casos, muy gratificante. Su nueva entrega, de título que se presta a variada interpretación, llega con una primera seña de identidad que puede reconfortar a una parte de su afición, desagradar a otra pero que dificilmente deja indiferente, ya que el glorioso roquero británico ha apostado por un soul que inevitablemente rememora, evoca, la época de los Style Council. Un proyecto breve, brillante y adictivo –con Mick Talbot (que toca en el tema que da título), pero también con Dee C. Lee–, pero no siempre reivindicado por unos y otros como se merecería.
La trascendencia intrínseca de
Weller (punk, mod, new wave, etc.) no le ha hecho disminuir afortunadamente su búsqueda de algo nuevo, diferente o estimulante dentro de lo que es su muestrario sonoro, construido a lo largo de casi medio siglo. Y lo ha encontrado solo dos años después de alumbrar su anterior álbum, True meanings, que aunque respetable, motivó más de una bostezo entre sectores de la parroquia. Ahora no. En On sunset hay sonoridades negras pero también mucho pop intenso y evolucionado, como también hay admirables complicidades con guiños electrónicos y experimentales. Por no hablar del impecable plus en versión orquestal del tema homónimo del álbum o esa pequeña maravilla que es la versión instrumental de Baptiste. Weller ¿un clásico del siglo XXI?