Ganar o rendirse
El Barça visita al Villarreal con la obligación de no dar más facilidades
Todo lo que no sea que el Barça llegue a la medianoche de hoy a la misma o a menos distancia del Madrid en la Liga será como extender la alfombra roja. El campeonato se ha puesto muy cuesta arriba para el conjunto barcelonista y el ambiente en el vestuario se ha enrarecido con el paso de los días y con la acumulación de puntos perdidos. Mientras el Madrid ha hecho el pleno, el Barcelona se ha dejado seis por el camino, fruto de tres empates frustrantes, tres partidos en los que dominó o el marcador o el juego en algunas fases, pero en los que acabó firmando tablas por su propia incapacidad para mantener el nivel. Hoy los de Setién visitan el estadio de La Ceràmica y los de Zidane viajan a San Mamés. Dos compromisos de altura.
Los blaugrana se miden a un Villarreal en plena racha, que ha ganado cinco de los seis partidos tras el confinamiento y que lucha por la cuarta posición que da derecho a entrar en la Champions.
No es una plaza sencilla para buscar la reacción pero no le queda otra al Barcelona que maquillar sus lamentables números fuera de casa si quiere alargar su vida en la Liga. Cuando sólo se suman 23 de los 48 puntos a domicilio es complejo aspirar al título. Ahí se han producido muchos de los males de un equipo en decadencia. En los estadios modestos, como los de Osasuna o el Levante, empezaron a dilapidar crédito y en campos grandes como el Bernabeu, San Mamés, Mestalla, el Pizjuán o Anoeta tampoco supieron conquistar la victoria.
El partido de Vila-real puede venir muy condicionado por lo que ocurra horas antes en Bilbao. Otro triunfo del Madrid en uno de los partidos más difíciles que le restan sobre el papel pondrá muchísima presión a los barcelonistas, que entrarían a jugar provisionalmente a siete puntos de la cabeza. Pero si el conjunto blanco no se impone se le abrirá a los barcelonistas la oportunidad, seguramente la última, de ponerse a rebufo del Madrid y meter presión en busca de un título que hoy en día se antoja más que difícil.
Sobre todo porque el Barcelona ha ido de más a menos y los de Zidane, sin realizar un juego deslumbrante y con varias ayudas arbitrales, han dibujado la dinámica contraria.
Salvo en los tiempos del Cruyff entrenador no acostumbra el Barcelona a ser un buen perseguidor. A la que se despega de la cabeza suelen recrudecerse los fuegos internos en la entidad y si algo no faltan ahora en el Barça son incendios. Enredos deportivos, económicos e institucionales. Con jugadores que ya han sido vendidos, como Arthur, o que saben que pueden estar en el mercado para hacer caja. Con veteranos lejos de su mejor rendimiento, fatigados y oxidados. Con lesionados esporádicos pero importantes como De Jong o miembros preferentes de la enfermería como Umtiti. Por no hablar de un Dembélé del que casi ya nadie se acuerda. Y con Messi enojado y alimentándose dudas a su alrededor sobre si renovará o decidirá volar lejos del Camp Nou dentro de un año.
Antes podría finalizar la etapa de Setién, aunque tiene contrato para seguir. “No voy a desvelar las conversaciones que tuvimos con el presidente, pero yo no percibí eso (que su trayectoria fuera a terminar de forma abrupta)”, replicó ayer el técnico. Y es que Setién, triste de expresión pero contundente en sus palabras, no gasta un minuto para pensar en lo que puede pasar. Por lo menos de cara a la galería. “Sé que hay mucho ruido alrededor, pero debo estar centrado en lo mío. Aún tenemos Liga y seguiremos peleando”. Con parecido discurso ventiló el asunto de la posible marcha de Messi en el 2021. “Yo no le he escuchado decir nada al respecto, no voy a especular, no es mi cometido”.
Su cometido es convivir con un vestuario repleto de tótems. “Está claro que nunca he acertado en todo, pero hay cosas que no averiguarás nunca. En cada club hay sus escalones y jerarquías. A mí no me han impedido nada sino que me han ayudado a tener las cosas claras, no soy un entrenador de imponer, soy de hablar y debatir”, recordó Setién. En manos del Barça, que la Liga todavía tenga debate.
De la conversación con la directiva no percibí no seguir la próxima temporada. Hay mucho ruido alrededor, pero debo estar centrado en lo mío”
En cada club hay sus escalones y jerarquías. A mí no me han impedido nada sino que me han ayudado a tener las cosas claras”