“Dentro de la M-30 creen que el resto son colonias”
El alcalde de València, Joan Ribó, apuesta por aprovechar la crisis para avanzar hacia ciudades más saludables y critica la falta de inversión del Gobierno central
Joan Ribó es consciente de la gravedad del impacto del Covid-19. Pero intuye que es también una oportunidad para acelerar hacia modelos de ciudades más sostenibles, saludables y respetuosas con el medio ambiente
Los grupos del Ayuntamiento, excepto Vox, han dado apoyo a la hoja de ruta para la reconstrucción post-covid-19. ¿Qué puede hacer un ayuntamiento para ayudar a trabajadores y empresas?
Lo que estamos haciendo. Primero destinar dinero a ayudar a las pymes, al mundo fallero, muy perjudicado y clave en la economía de la ciudad, al mundo cultural, atender al sector de la hostelería suprimiendo tasas, que también hemos aplicado a las paradas de mercado. En total, hasta ahora el coronavirus nos ha costado de 30 millones de euros.
¿Qué papel deben tener las ciudades en la reconstrucción postcovid-19? ¿Qué pueden aportar?
Hay aspectos económicos y de organización importantes, como fomentar el teletrabajo. De cara afuera, tenemos que trabajar en hacer la ciudad más resiliente. Más adecuada en cuestiones de movilidad, de alimentación y de energía, y que sean más saludables. Y que los barrios tengan más peso, la gente debe desplazarse menos en las ciudades.
Entendemos que usted valora que la crisis es una oportunidad para acelerar estos cambios
Por supuesto que es una oportunidad; para aumentar la resiliencia de la sociedad, para pasar a un teletrabajo con perspectiva de género, para una cierta desglobalización en términos alimentarios o sanitarios.
Hay quien cree que es un buen momento para reconducir el turismo de masas
València no está en la situación crítica de Ámsterdam o Barcelona, pero tenemos que repensar claramente el turismo. Partimos de la dura realidad de que nuestra economía está muy basada en el turismo, y la ocupación también, aunque sea de baja calidad. Hay que diversificarlo mucho y apostar por otros turismos como el de congresos o el medio ambiental. Pero con cuidado, porque en un parque natural, si empiezas a meter a gente, lo destrozas; hay que controlarlo.
¿Ha tenido el Ayuntamiento de València toda la información que hacía falta durante la pandemia? En lo fundamental, sí. Hay detalles a la hora de dar los datos… pero no es significativo.
Con el famoso episodio de las Fallas, el ministerio da la sensación de que igual no dio la suficiente información para tomar la decisión correcta. ¿Les daba miedo cancelar las Fallas?
Al principio sí. Para València es un tema muy serio, hay 100.000 falleros censados, y la prueba es que no las cancelamos, las pospusimos. Llegamos a un acuerdo, creo que rápido, con el mundo fallero.
Usted ha sido muy crítico con la falta de voluntad del Gobierno dejar que los ayuntamientos puedan disponer de sus remanentes. Yo ya estoy cansado de enviar cartas en este sentido a la señora Montero, y para decirle que un día me voy a manifestar en la puerta del Ministerio de Hacienda. Pero que quede claro: mi compañero concejal de Hacienda [Ramón Vilar], que es del partido socialista, dice exactamente lo mismo que yo.
¿Qué margen de actuación permitiría a València?
¡Mucho, mucho! Tenemos un remanente del año pasado de 57 millones de euros y hemos gastado 12.
En este escenario post-covid19, en el que hará falta dinero, ¿Se subirán los impuestos?
En el documento de reconstrucción está claro: hablamos de congelar impuestos y aumentar algunas bonificaciones siempre que no desequilibren los presupuestos municipales.
¿Aboga por revisar la financiación de las corporaciones locales?
Estamos en un nivel de financiación que no se corresponden con los comportamientos de los ayuntamientos. Creo que se debería abordar de una manera clara y también las competencias.
También ha sido muy crítico con el Gobierno español a la hora de destinar recursos a la ciudad de València.
Es terrible. En cultura, si comparas los centros de ópera de Madrid, Barcelona, Sevilla y València, aquí las ayudas son para reírse. Si entramos en infraestructuras, vamos hacia una profecía anunciada: València será el semáforo de Europa otra vez, esta vez ferroviario porque no se ejecuta el soterramiento de las vías para el corredor mediterráneo, seremos un tapón.
¿Cree que es un tema de falta de voluntad política?
Los que están dentro de la M-30 parece que piensan que lo de fuera son colonias o algo así.
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