El notable ascenso de Bildu afianza la vía pragmática en la izquierda abertzale
ELECCIONES / Los ‘jeltzales’ suman mayoría absoluta en Vitoria junto al PSE
El nacionalismo vasco obtuvo ayer una representación histórica, pese a la alta abstención. Al triunfo incontestable del PNV se le sumó el notable ascenso de la izquierda de EH Bildu, que se consolida como segunda fuerza del Parlamento de Vitoria. Podemos también recibe un duro correctivo, mientras que la coalición Pp-ciudadanos se hunde estrepitosamente y Vox lo aprovecha para conseguir un aislado escaño en Álava, gracias a la baja participación.
Iñigo Urkullu confirmó que es una roca electoral en un 12-J que marcó el récord de abstención en unas autonómicas vascas con un 47,2%, 13 puntos por encima de la registrada hace cuatro años. El miedo al coronavirus, la saturación mental tras duros meses de confinamiento y monotema y la inusual coincidencia de las urnas con las vacaciones de verano crearon el escenario perfecto para que la participación tocase fondo en una jornada que deja en bandeja el Gobierno vasco, y con mayoría absoluta, a la tradicional suma de PNV y PSE, refuerza a EH Bildu como segundo gran acrección tor en Vitoria y constata dos batacazos que apuntan directamente a Madrid: el de Podemos y el de la coalición de PP+CS. Vox se estrenará en Euskadi con un representante en el que va a ser el Parlamento vasco más nacionalista.
Ni el derrumbe en febrero del vertedero de Zaldibar (Bizkaia) ni, sobre todo, la complicada dide la crisis de la Covid-19, pasaron factura alguna a Urkullu. Su perfil moderado y gestor ha ido demostrando desde el 2012 una fiabilidad electoral de acero. De su mano, el PNV se impuso ayer con el 39,1% total de los votos –1,5 puntos más con respecto al 2016– en las tres provincias y subió en tres escaños –31–. El resultado, añadido al de su socio habitual, el PSE –10–, les permite rebasar los 38 asientos que marcan no depender de otras fuerzas, como les ha ocurrido esta legislatura. La alianza, más que engrasada durante años, sólo está pendiente de la firma final. Si se sigue el guión previsto, Urkullu encadenará su tercer mandato consecutivo, que lo situaría como el segundo presidente del Gobierno vasco con más tiempo en el cargo durante la democracia, sólo superado por José Antonio Ardanza.
Los socialistas, que en campaña exprimieron el trabajo durante estos meses de Pedro Sánchez en Madrid, suben en un asiento, un resultado agrio para Ferraz en Euskadi, donde los sondeos auguraban un crecimiento mayor gracias al viento de cola de la Moncloa. No había dudas de que el segundo escalón del podio iba a ser para EH Bildu, pero la sorpresa fue su crecimiento exponencial, con 3 escaños más y un salto del 21% al 27% de los sufragios. La coalición abertzale obtuvo 22 asientos, superando su techo histórico, y ratifica su papel indiscutible como principal fuerza de la oposición en Vitoria. Elkarrekin Podemos-iu, por su parte, sufrió un duro revés. Ni el cambio de dirección, ni el viraje en su estrategia, pasando de ganar visibilidad apoyando los últimos presupuestos de Urkullu a hacer una oposición frontal al PNV, ni, sobre todo, su principal propuesta electoral, conformar un tripartito de izquierdas junto a abertzales y socialistas, sirvieron para frenar la tendencia a la baja de los morados en el territorio. El sablazo es importante: pierden 5 asientos y se quedan con tan solo 6. A la hipotética alianza tripartita, una entelequia por la falta de entendimiento entre sus actores, le darían, eso sí, los números, logrando por los pelos los 38 asientos que suponen la mayoría absoluta.
Por su parte, los populares quedan muy tocados y al borde del abismo. Su fórmula con Ciudadanos, confeccionada desde Génova y más orientada a una estrategia de confluencia nacional, naufragó ayer, bajando de 9 escaños a tan sólo 5. El objetivo de aglutinar al voto constitucionalista quedó en nada en un PP que ha ido perdiendo progresivamente electores en el País Vasco hasta llegar al temido escenario de la irrelevancia política. Su influencia en Vitoria queda en entredicho. Otro ambiente muy distinto se vive hoy en la sede de Vox, que logró la ansiada entrada en el Parlamento vasco gracias a la alta abstención en Álava, territorio en el que por población, además, es más sencillo conseguir asiento. El éxito de la ultraderecha en la provincia, a su vez, tiene un valor simbólico importante para su líder, Santiago Abascal, originario de Amurrio (Álava).
Por su parte, los ecologistas de Equo Berdeak, la pasada legislatura dentro de la coalición Elkarrekin Podemos, no obtuvieron el escaño por esa misma provincia al que aspiraban y se quedan fuera de la Cámara de Vitoria. La ola verde que se extiende por toda Europa, así, no ha tenido continuidad en Euskadi.
EH Bildu se consolida como segunda fuerza y supera su techo
electoral El cambio de rumbo
de Podemos en Euskadi no frena su derrumbe y pierde
cinco escaños
La coalición de PP+CS naufraga y queda en entredicho su influencia política en el Parlamento vasco Vox se estrenará en Vitoria con un representante gracias a la baja participación en
Álava, donde además es más fácil
lograr asiento