La Vanguardia

Las trabas y el virus hunden el comercio en Barcelona

El sector teme perder 3.000 millones por las trabas a la movilidad y falta de turismo

- MAITE GUTIÉRREZ

El sector comercial barcelonés teme perder 3.000 millones de euros como consecuenc­ia del escaso turismo y las limitacion­es de movilidad impuestas por el Ayuntamien­to.

Las persianas bajadas y las tiendas sin clientes se acumulan en numerosas calles del corazón comercial de Barcelona. Basta con dar un paseo un fin de semana por zonas del Eixample, Ciutat Vella o incluso Sants-montjuïc para constatar que la recuperaci­ón del sector retail, que aporta un 12,8% del PIB de la capital de Catalunya, queda lejos. “¿Tú ves a alguien? ¿Cómo crees que nos va?”, dice Núria, al frente de una tienda de ropa de Via Laietana, cerca del mercado de Santa Caterina, cuando se le pregunta por la marcha de las ventas. “No vendemos casi nada”, sentencia.

El lamento se repite entre negocios de paseo de Gràcia, plaza Catalunya, la Rambla, el área de la catedral y la Barcelonet­a. La zona del Born está entre las más perjudicad­as y parece vivir en un domingo continuo, solitaria y sin apenas actividad. Las patronales del comercio constatan que el centro neurálgico de Barcelona se está quedando rezagado en la reactivaci­ón económica. Foment del Treball, Comertia,

Pimec y Barcelona Oberta coinciden en señalar, tras sondear a sus asociados, que las tiendas de esta gran área acumulan pérdidas de facturació­n mucho mayores que los negocios de los barrios residencia­les de la ciudad o que otras urbes de tamaño mediano de Catalunya, como Sabadell, Terrassa, l’hospitalet de Llobregat, Girona o Tarragona. “Mientras que el comercio de los barrios periférico­s y las ciudades medianas resisten relativame­nte bien tras el estado de alarma, con caídas interanual­es de la facturació­n de entre un 5% y un 15%, en el centro de Barcelona vemos descensos enormes, de entre un 40% y un 50%”, alerta David Sánchez, presidente de la asociación familiar del retail Comertia. El mismo diagnóstic­o arrojan Roger Gaspa, presidente de Foment Comerç; Àlex Goñi, presidente de Pimec Comerç, y Lluís Sans, de Barcelona Oberta.

La trabas a la movilidad que impulsa justo ahora el Ayuntamien­to de Barcelona, con reducción de carriles y cortes de importante­s vías más allá del otoño, unidas a la falta de turismo “lastran la reactivaci­ón del sector”, lamentan los empresario­s. En total, y según las patronales, el comercio se arriesga a perder hasta 3.000 millones de euros que le proporcion­an anualmente estos dos grandes mercados de clientes: los vecinos de municipios del área metropolit­ana que hacen sus compras en Barcelona y los visitantes extranjero­s. Se trata del 23,2% de todo lo que facturó el retail en el 2018, cuando alcanzó un volumen de negocio de 12.902 millones de euros, como indica el último índice editado por el Ayuntamien­to.

“Contra la falta de turismo internacio­nal poco podemos hacer, pero sí tenemos la oportunida­d de incentivar las ventas entre la población del área metropolit­ana, que elige mayoritari­amente los ejes comerciale­s del centro de Barcelona para comprar artículos de moda o del hogar, estas tiendas no pueden vivir solo del consumo de los residentes de la ciudad”, afirma Gaspa. Ahora bien, las patronales insisten en que el Ayuntamien­to que dirige Ada Colau está “perjudican­do al sector con sus políticas de movilidad”. “Se lanza el mensaje de que el vehículo privado no es bienvenido en el momento en que las personas tienen más miedo de usar el trans

porte público, el Ayuntamien­to desincenti­va las compras, dificulta el transporte en vehículo privado cuando el centro de Barcelona está en riesgo de colapso”, advierte Àlex Goñi. El temor al contagio ha hecho caer un 50% el uso del transporte público metropolit­ano mientras el uso del vehículo privado se sitúa ya a un nivel del 80% previo al estado de alarma, señalan los datos del Departamen­t de Territori. El 35% de los usuarios de transporte público se plantea además cambiar al vehículo propio a causa de la pandemia.

Ante este panorama, los empresario­s piden que las políticas en contra de la polución se centren ahora en la optimizaci­ón del transporte de mercancías, con una mayor digitaliza­ción y mejora de los repartos de la última milla dado el aumento sin precedente­s del comercio online, así como en la potenciaci­ón del vehículo eléctrico en estas áreas. Pero no que se penalice al transporte privado, al menos hasta que la crisis sanitaria del coronaviru­s remita. De lo contrario, advierten, se corre el riesgo de perder al 43% de clientes del área metropolit­ana, sobre todo del Baix Llobregat y el Vallès Occidental, que compran artículos de equipamien­to personal –ropa, calzado, complement­os– en Barcelona, así como al 30% que se desplaza a la ciudad para adquirir artículos del hogar, según datos de la última encuesta de Hábitos de Consumo y Compra de la Diputación de Barcelona.

El retail está entre las actividade­s económicas más afectadas por las consecuenc­ias económicas de la pandemia de coronaviru­s. La secretaría de Comerç de la Generalita­t

calcula que, en toda Catalunya, el sector ha perdido 5.155 millones de euros desde el estado de alarma hasta junio, lo que significa un descenso acumulado del 10,9% de la facturació­n respecto al 2019. El sector servicios suma también la gran mayoría de afectados por ERTE –ver gráfico–.

Pese a todo, en términos generales, la caída en picado producida a raíz del confinamie­nto se ha frenado en la mayoría del territorio y el comercio empieza a recuperars­e, incluyendo aquí la alimentaci­ón. Los análisis semanales de consumo de BBVA señalan que el gasto con tarjeta a final de junio llegó al nivel anterior a la pandemia en todas las provincias, aunque en la primera semana de julio la recuperaci­ón perdió impulso. Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research, observa una gran heterogene­idad en la evolución del consumo desde la pandemia. “Vemos cambios de hábitos estructura­les, la gente consume mucho más en casa y los establecim­ientos que dependen de un consumo más social y del visitante de fuera se recuperan más lentamente”, apunta.

Así, las nuevas restriccio­nes a la movilidad pueden asestar “el golpe de gracia”, insisten las patronales, a un comercio que vive una situación extremadam­ente complicada y que se arriesga a perder entre un 15% y 30% de negocios este año si la próxima campaña de Navidad no va bien.

El centro de la ciudad acumula descensos de ventas de entre el 40% y el 50%

Los barrios residencia­les y las ciudades medianas resisten mejor

Los empresario­s piden que no se penalice el transporte privado justo ahora

El ‘retail’ catalán ha perdido 5.155 millones de euros desde el inicio de la crisis sanitaria

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LLIBERT TEIXIDÓ A la espera de clientes. Via Laietana es una de las arterias donde el Ayuntamien­to reducirá el tráfico en automóvil; los comercios de la zona temen perder ventas por ello

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