Michnik y la sabiduría de Ben Gurión
Mientras los jóvenes urbanos prefieren a Trzaskowski, los polacos rurales y de más edad escogen a Duda. Al polaco de la ciudad le importa la libertad de expresión y los medios independientes. Los habitantes del campo, sin embargo, prefieren el mensaje inequívoco del nacionalismo. Mientras que a los polacos jóvenes de las ciudades les importan los tribunales de justicia independientes, los polacos rurales desconfían de los jueces y aceptan la idea del gobierno nacionalista de “poner en cintura la casta judicial”. Los jóvenes quieren proteger el medio ambiente, combatir el calentamiento global e invertir en energías renovables, pero los mayores aceptan que el gobierno no quiera abandonar el carbón. Así es como el sarcástico comentario del veterano luchador por la democracia Adam Michnik en Gazeta Wyborcza, el diario que dirige desde hace 30 años, entusiasmó ayer a unos e indignó a otros. Respetando la jornada de reflexión, recordó a David Ben Gurión que en 1947, un año antes de la fundación de Israel, dijo que “me gustaría vivir en un Estado judío normal junto a normales ladrones, bandidos y prostitutas judíos”. Cuando 16 años más tarde se retiró hastiado de la corrupción, le recordaron aquel deseo de vivir con ladrones, bandidos y prostitutas. “Ya –respondió–, pero no quería que todos estuvieran en el gobierno.” Michnik votó inspirado por la sabiduría de Ben Gurión.