Una caja mágica para volver a París
Loewe presenta su colección masculina con el formato ‘show-in-a-box’
Aunque no hay pasarela, ideas no faltan. Y menos cuando quien tiene que darlas es alguien curtido en la capacidad de “tirar de archivo”, dejarse influenciar por las voces (sobre todo de artistas y artesanos) más aplaudidas y experimentadas y sorprender como es Jonathan Anderson. Con motivo de la presentación de la colección de hombre primavera/verano 21 el ya no tan “niño” revelación de la industria de la moda ha estrenado un formato... que ha llamado show-in-abox y que podría revolucionar la pasarela del futuro.
Porque Anderson ha recurrido a una clásica caja archivadora donde expone de forma metódica y ordenada sus ideas más radicalmente nuevas para un hombre que no entiende de géneros. Ahí ofrece los elementos necesarios para degustar la colección con casi todos los sentidos. Tacto (un pequeño muestrario de tejidos y unas gafas de sol de papel troquelado desplegable que pueden probarse), vista (los mejores look books plasmados en pequeños cubos con vista a 360 grados, imágenes de la colección de hombre y la precolección de mujer impresas en blocs de papel...) y oído (incluye un tocadiscos portátil de cartón que permite reproducir la banda sonora registrada en la fábrica Loewe de Getafe con voz en off de Dr James Fox). Solo falta el olfato pero dice que en la próxima entrega de una experiencia de este estilo llegará.
“La idea de este ‘show-in-a-box’, es una respuesta a los tiempos singulares que vivimos ahora (que jamás habríamos imaginado pero que hay que afrontar: es el momento de ser realmente responsables) y, en esencia, a la imposibilidad de celebrar un desfile de moda presencial inspirado en la obra Museo Portátil de Marcel Duchamp”, relataba ayer vehemente el propio Anderson en una de sus muchas comparecencias con los medios de todos los rincones del planeta sobre su desfile que presentó “metido en una caja para que sea portátil pero no pierda la singularidad de un evento a tiempo real, involucrando a los espectadores en una interacción única”.
Todo para defender “un flujo tranquilo, con un toque nuevamente muy japonés, de suaves texturas y realización muy artesana (mi obligación es defender el trabajo de todas esas personas que realizan esas tareas tan delicadas y necesarias) en que los volúmenes se deslizan, elevan y rebotan con la superposición de cortes y texturas trazadas en torno a las curvas”, decía de esta colección en la que la abstracción juega con la funcionalidad; los tonos con los brillos y las estrías con la rafia... Siempre con alegría, “a pesar de los tiempos que corren o precisamente por eso”.
Tras advertir que “la moda debe ser más honesta que nunca, tenemos que ser conscientes de que lo sucedido nos obliga a reconsiderar muchas cosas y ser optimistas pero también más conscientes”, desveló su moda masculina con mangas globo, botones torcidos, cintas laterales que engalanan las prendas más allá de los dobladillos; correas y cordones colgantes, aros, recortes; prendas de punto de líneas curvas, tops circulares, tejidos extremos que ensalzan la artesanía; atuendos que se desplazan para revelar otro ángulo o curva o, incluso, manchas del teñido shibori que adoptan patrones curvilíneos. Y también mochilas con cordones, cestas tote y el polifacético bolso Puzzle para ellos. Los hombres.
El formato para su presentación virtual se inspira en el Museo Portátil de Marcel Duchamp