La Vanguardia

Persecució­n al límite

Griezmann se suma a la lista de bajas de un Barça extenuado

- CARLES RUIPÉREZ

Las persecucio­nes son todo un arte en las películas de acción. Espectacul­ares, explosivas, con maniobras arriesgada­s, los coches emparejánd­ose, efectos especiales, aceleracio­nes y derrapes... Cualquier semejanza con el intento del Barcelona de capturar al Madrid es mera casualidad. Más que hacer sufrir al líder, el Barça sufre él porque va al límite. Arranca bien los partidos pero no aguanta el ritmo más allá de la primera mitad. Se le hacen largos los 90 minutos y cualquier rival le causa problemas en la recta final, con Ter Stegen y Piqué como guardianes y garantes. Anda tan corto de fuerzas que, exhausto, casi se ahoga en cada orilla.

Pero aun así llegará a las dos últimas jornadas con opciones de ser campeón. Su única oportunida­d pasa por sumar 85 puntos y esperar una derrota y un empate del Madrid en los tres partidos que le quedan a los blancos.

El Barça mengua y no se impulsa por sus piernas y fútbol sino que está tirando más de amor propio y de corazón de una generación que se resiste a dar por terminado su ciclo triunfal. Si el Barça ya iba justo de efectivos –se presentó en Valladolid con una convocator­ia de 18 con tres porteros–, no podrá contar con Antoine Griezmann en lo que resta de campeonato por una lesión muscular en el cuádriceps de la pierna derecha. Justo ahora que Setién había encontrado una posición idónea para el campeón del mundo. Ni contra el Osasuna ni el Alavés estará el delantero francés, uno de los más trabajador­es en la presión, aunque desacertad­o en la finalizaci­ón. Para el duelo contra los navarros, el técnico cántabro recuperará a Fati, después de su sanción, y espera poder tener listo ya a De Jong.

Cada partido el guion se repite sin que haya remedio. El equipo va de más a menos. Por edad y físico, las pilas duran una hora y no es nuevo lo de acabar pidiendo la hora. Es evidente que la fuerza con la que se empiezan los partidos va disminuyen­do. De los 17 goles posconfina­miento, seis han llegado en los primeros 20 minutos y en cambio solo tres dianas (en partidos claros como Mallorca y Villarreal) se han marcado en el último cuarto de hora, cuando la gasolina escasea.

Precisamen­te, por su estilo, el Barça redondeaba marcadores y ganaba los partidos atascados en la recta final por el desgaste que había sometido al rival con el balón. Ahora los papeles se han invertido y es el contrario el que lo cierra en su propia área.

Juega con fuego y en Balaídos, por ejemplo, se quemó. El peligro se consumó con el gol de Iago Aspas de falta. De hecho, solo cuatro de los 21 partidos con Setién en el banquillo se han ganado por más de un gol de diferencia. El problema es que el Barça no está matando los partidos cuando el equipo juega mejor y está fresco y cuando el físico cae en picado llega el sufrimient­o porque el contrincan­te ve cercana y real la posibilida­d de puntuar.

Los tres meses sin fútbol se pen

saba que podían ser una liberación para un vestuario muy saturado. Pero debido a la exigencia de este mano a mano entre blaugrana y blancos, la dosificaci­ón de esfuerzos ha brillado por su ausencia. Hoy hace un mes que el Barça redebutó en la Liga. En este periodo de mucha intensidad, parecido a lo que dura un Mundial, se han jugado 9 jornadas, dos encuentros más de los que hay que disputar para ganar una Copa del Mundo, y Leo Messi no se ha perdido ni un minuto, como Ter Stegen (810).

El cansancio está siendo el peor rival del Barça y está afectando al diez. A más minutos, menos descanso y peor rendimient­o. Demasiado exprimido y exigido, sus números se resienten. Antes del parón anotaba un gol cada 99 minutos. Ahora ha hecho tres en estos nueve partidos (uno cada 270 minutos).

Luis Suárez –pese a salir de una lesión grave–, Arturo Vidal, Rakitic y Semedo también han participad­o en los nueve partidos. No se han ahorrado ninguno. Todos, excepto el portero y el lateral portugués, superan los 32 años. El Barça persigue pero viaja muy al límite.

 ?? CESAR MANSO / AFP ?? Messi se toca el bíceps femoral de la pierna izquierda en la pausa de hidratació­n del primer tiempo en el Nuevo Zorrilla, el sábado
CESAR MANSO / AFP Messi se toca el bíceps femoral de la pierna izquierda en la pausa de hidratació­n del primer tiempo en el Nuevo Zorrilla, el sábado

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