La Vanguardia

Govern sin gafas

- Francesc-marc Álvaro

Lo que le está pasando al Govern de la Generalita­t con la gestión del rebrote en el Segrià me recuerda la peripecia del protagonis­ta de un episodio de la primera temporada de La dimensión desconocid­a, la celebrada teleserie de ciencia ficción que empezó a emitirse en 1959 y que este verano estoy revisando entera, para confirmar –en medio de los efectos de la pandemia– que ni la imaginació­n del guionista más fértil –el gran Rod Serling– podía parir un argumento como el que estamos viviendo. El president Torra, con la consellera Vergés y el conseller Buch, ha acabado como el personaje de Henry Bemis, un empleado de banca con mala suerte.

Bemis es un lector empedernid­o que dedica cualquier momento en su lugar de trabajo a leer novelas y lo que sea, durante el almuerzo o una pausa. Su mujer no le deja leer en casa (hasta el punto de rayar todas las páginas de un libro de poesía), y el pobre tipo rebaña minutos para leer durante su horario laboral, con el ansia del sediento que quiere un vaso de agua. Perdonen el spoiler, supongo que está permitido en una obra que tiene más de medio siglo: mientras Bemis está leyendo en la cámara acorazada del banco, una bomba destruye su ciudad (y todo el país). El lector al que no dejaban serlo se salva y tiene a su alcance, además de productos para alimentars­e, los libros de la biblioteca pública, que no han sido pulverizad­os. Una suerte dentro de la desdicha. Ahora dispone de todo el tiempo del mundo para leerlos. En un mundo donde él es el único supervivie­nte, podrá entregarse a su pasión, finalmente. Pero su felicidad es efímera: se le rompen las gafas, sin las cuales no ve ni pizca. “¡No es justo!”, se exclama mientras llora desesperad­amente. Una voz en off nos recuerda que el destino tiende a ser caprichoso: “Henry Bemis solo es un fragmento de las ruinas”.

Después de meses pidiendo cada día que el Ejecutivo central devolviera las competenci­as a las autonomías para hacer frente a la Covid-19, el presidente catalán y los titulares de Salut y de Interior están atrapados en su responsabi­lidad de gestión más insoslayab­le. Y es opinión muy compartida que no lo están haciendo bien, al margen de lo que diga o deje de decir una juez de guardia. Como mínimo, a los responsabl­es autonómico­s se les ve desorienta­dos, para no utilizar la palabra desbordado­s. El término desorienta­dos lo copio de un ciudadano de Lleida que escucho por la radio. La confusión de la gente es monumental. Cuando más tocaba ejercer las competenci­as, a este Govern se le han roto las gafas.

A los responsabl­es autonómico­s se les ve desorienta­dos, por no

decir desbordado­s

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