La Vanguardia

El líder se salva por los pelos

El Madrid pasa de pasearse a pedir la hora pero será campeón el jueves si gana en casa

- C. RUIPÉREZ

Parafrasea­ndo a Lineker, los partidos pospandemi­a duran 90 minutos pero siempre gana el Madrid. La relajación a punto estuvo de costarle un disgusto al conjunto blanco, que se pensó que tenía resuelta por la vía rápida su visita al Nuevo Los Cármenes, y acabó salvándose por los pelos. En el minuto 16, el líder ya ganaba 0-2 y creyó tener en el bolsillo la novena victoria consecutiv­a. Nada hacía presagiar que sufriría hasta el final en Granada

como sucedió. Pero el equipo de Zidane, con dos caras muy marcadas, no ha hecho más que ganar, con más angustiao o menos, y el jueves en Valdebebas contra el Villarreal puede proclamars­e ya campeón si suma tres puntos. Esa puede ser la recompensa final.

En Granada el líder pareció querer mandar un mensaje a su inmediato perseguido­r. Se mostró intocable y sin fisuras y no dio esperanza alguna durante una imponente primera mitad, que albergaba poco espacio a la sorpresa. Pocos técnicos tan prácticos como Zidane. A falta de delanteros, pobló el equipo de centrocamp­istas. Fueron cinco y medio, porque ya se sabe que Benzema muchas veces es origen de las jugadas. Y por momentos, los madridista­s hicieron un rondo.

Pronto detectó el Madrid que había un boquete a la espalda de Foulquier y se lanzó con todo su colmillo para hacer estragos. No es casualidad que por ahí llegaran los dos goles blancos. En el primero Mendy se coló con un autopase entre el lateral y Víctor Díaz y descargó un zurdazo durísimo que, además, contó con la colaboraci­ón del portero Rui Silva, que no cubrió bien el primer poste.

Casi en la siguiente jugada, el Madrid exhibió su facilidad para combinar y ser vertical: un taconazo de Isco, una apertura de Luka Modric de nuevo hacia la izquierda a Benzema, que encaró a Víctor

Díaz y envió una rosca a la red.

El Madrid se divertía y lo mejor que le pasó al Granada en el descanso era el resultado. Porque aunque Courtois tuvo que sacar un buen remate de cabeza de Domingos Duarte, los locales se vieron desarbolad­os por el fútbol y la movibilida­d del Madrid. Benzema e Isco pudieron hacer el tercero.

En la caseta Diego Martínez reestructu­ró por segunda vez su equipo. Ya se había despedido de la defensa de 5 y con la entrada de Antonio Puertas ganó ambición. Curiosamen­te, al Madrid le entró el mismo mal que al Barcelona y pasó de dominar a ser dominado. No había cerrado el partido y el Granada le enseñó que no hay que confiarse. De la suficienci­a pasó a los problemas y a un cierto tembleque. De pasearse a tener que pedir la hora.

Sobre todo porque nada más empezar Casemiro se durmió en la salida del balón, Carlos Fernández le robó la cartera y Yangel Herrera asistió a Machís para que batiese entre las piernas a Courtois.

Desde entonces, el Madrid tuvo que achicar agua de su área porque Puertas y Montoro colgaban todos los balones ya que el Granada tiene mucho potencial aéreo. Fue un bombardeo en el que el empate podía llegar en cualquier rebote. Hasta el punto de que Ramos sacó sobre la línea el gol de Azeez. El Madrid se salvó por los pelos y ahora tiene medio título en el zurrón.

 ?? JOSE BRETON / AP ?? Sergio Ramos choca la mano con el enrachado Benzema, autor del segundo tanto de los blancos en los Cármenes
JOSE BRETON / AP Sergio Ramos choca la mano con el enrachado Benzema, autor del segundo tanto de los blancos en los Cármenes

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