El Reino Unido prohibirá la tecnología de Huawei en el despliegue del 5G
El primer ministro británico, Boris Johnson, prevé anunciar hoy la prohibición de emplear los equipos tecnológicos de Huawei en la red 5G del país, en una decisión histórica que irritará a Pekín pero agradará al presidente Donald Trump, el impulsor de medidas para frenar el ascenso económico y tecnológico de China.
Washington ha presionado a
Johnson para revertir su decisión de enero de permitir un papel limitado a Huawei en el 5G, de hasta un 35% del equipamiento de las nuevas redes. Ahora Londres está molesto por la represión china en su antigua colonia de Hong Kong y porque considera que China ocultó información sobre el coronavirus, por lo que está más dispuesto a secundar a Trump. El Consejo de Seguridad Nacional,dirigido por Johnson, se reunirá hoy para hablar sobre Huawei y está previsto que el secretario para los medios, Oliver Dowden, anuncie la decisión a la Cámara de los Comunes.
La excusa inmediata para el giro en la política británica es el impacto de las nuevas sanciones estadounidenses, que dejan a Huawei sin acceso a la tecnología estadounidense de los chips lo que según Londres afecta a la capacidad de Huawei de seguir siendo un proveedor de confianza en el futuro.
No está claro hasta dónde llegará el veto a Huawei. Las operadoras ya asumieron a regañadientes limitar su participación en las redes 5G al 35% en 2023, porque todas las firmas británicas excepto O2 (la filial de Telefónica en el Reino Unido) utilizan a esta firma en las redes 3G y 4G y utilizarlo de nuevo en el 5G favorece la interconexión de las distintas redes. Entre las propuestas que está barajando el gobierno se incluye reducir su peso a cero, pero con un calendario de un mínimo de 3 o 4 años de periodo transitorio, lo que daría a los operadores tiempo para adaptar sus redes. Los operadores advierten que acelerar este proceso podría retrasar el despliegue del 5G, interrumpir servicios o disparar los costes de desplegar la red, en una cifra que los expertos estiman en unos 2.000 millones de euros. En cambio, establecer un plazo de entre 5 y 7 años para eliminar los equipos de Huawei no tendría prácticamente coste para las firmas, ya que la sustitución se ajustaría a los ciclos de reemplazo de los equipos por obsolescencia.
La sueca Ericsson y la finlandesa Nokia, los dos principales rivales de Huawei y por tanto los grandes beneficiarios de la decisión británica, rechazan la estimación de costes y de riesgos que hacen los operadores y aseguran que están listos para equipar las redes británicas y hacerlas plenamente funcionales si se decide sustituir los equipos.