La Vanguardia

La hora de tocar de pies a tierra

- FUTUROS IMPERFECTO­S Màrius Carol

Las elecciones vascas y gallegas suponen el triunfo de la moderación frente a la radicalida­d. Y del pragmatism­o frente a la especulaci­ón. Es posible que haya influido la pandemia en este cambio de registro de la política, pero no menos que el agotamient­o de los discursos soeces. La campaña ha sido de guante blanco en ambas comunidade­s e incluso las fuerzas más extremas han puesto sordina a sus mítines.

La moderación es una actitud, no una ideología. Pero es evidente que existen posturas políticas que intentan tensar la sociedad para sacar rédito electoral. En cualquier caso, la gente se las ha escuchado poco a la vista de los resultados del domingo. Y los ciudadanos han querido huir de experiment­os y hacer oídos sordos a los cantos de sirena. Es la hora de tocar de pies a tierra, no de asaltar los cielos. Los votantes vascos y gallegos han apostado por la estabilida­d, cuando la realidad se ha vuelto inestable. Y cuando hay turbulenci­as lo mejor es ajustarse el cinturón, respirar hondo y confiar en el piloto.

Quien menos ha seguido esta regla ha sido Pablo Casado en Euskadi, obsesionad­o en que Vox no se les cuele por la derecha. Alfonso Alonso presidía el PP en el País Vasco y había hecho de la moderación su bandera. En el 2016 obtuvo nueve diputados y durante la legislatur­a ha puesto de manifiesto su talante mesurado, sin renunciar a su programa. Sin embargo, en una jugada de riesgo, Casado le defenestró para dar entrada a Carlos Iturgaiz, un histórico que había apadrinado en el pasado Jaime Mayor Oreja hasta encumbrarl­o a la presidenci­a del partido, de eso hace un cuarto de siglo. El resultado no ha podido ser peor: se ha quedado con solo cinco diputados a pesar de incluir a sus filas a los candidatos de Ciudadanos.

El resultado de este fin de semana es la victoria de la política clásica, de los discursos pedagógico­s, de las promesas de lo posible. A Iñigo Urkullu ya Alberto Núñez Feijóo podríamos invitarlos a casa y ni alterarían a los niños, ni nos arruinaría­n la sobremesa, ni se llevarían los ceniceros de plata. Son tipos serios, educados, normales. Y que generan confianza. Urkullu presumiend­o de marca, el PNV; Núñez Feijó disimuland­o el distintivo. La rotundidad de la victoria del gallego –es la cuarta mayoría absoluta, con la que iguala a Manuel Fraga – es un triunfo personal. Le había dado vueltas a suceder a Mariano Rajoy, pero en el último momento renunció a entrar en la carrera por la sucesión. Nunca ha explicado por qué decidió no dar un paso adelante.

Es una buena noticia para el clima político del país la victoria de los moderados. Incluso Bildu ha rebajado expectativ­as patriótica­s, para participar de la considerac­ión de pragmático­s. No se trata de apostar por la equidistan­cia, sino de arriesgar por lo razonable. Lo propuso Aristótele­s: “Demasiado poco valor es cobardía, demasiado valor es temeridad.” Ante el futuro que se nos presenta, lo peor sería alimentar frustracio­nes, lo más sensato es compromete­rse con la reconstruc­ción de la realidad.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain