La Vanguardia

SINTONÍA POR EL FONDO DE RECUPERACI­ÓN

El presidente lucha por evitar duras condicione­s en el libramient­o de los recursos

- JUAN CARLOS MERINO

La canciller Angela Merkel y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, exhibieron en su encuentro de ayer su sintonía para impedir los vetos al fondo de recuperaci­ón que la cumbre de la UE debatirá este viernes. El presidente inició el lunes una gira en Holanda que sigue en Suecia, dos de los países que se oponen a la transferen­cia de ayudas, y cierra en Francia.

Pedro Sánchez pudo constatar con amargura, ante el fiasco de la candidatur­a de Nadia Calviño para presidir el Eurogrupo, que el poderoso respaldo de la alemana Angela Merkel, el francés Emmanuel Macron y el italiano Giuseppe Conte ya no es suficiente garantía de nada en el complejo equilibrio de fuerzas e intereses en la UE. Pero veteranos de las guerras del club comunitari­o advierten que estos influyente­s aliados seguirán siendo fundamenta­les para que Sánchez logre imponer sus demandas, o al menos no resulte abatido en la “gran batalla” de la negociació­n del fondo europeo de recuperaci­ón y el presupuest­o plurianual que se librará a partir del viernes en la cumbre de Bruselas. “Nos siguen haciendo falta, y queda mucho por jugar”, avisan.

Sánchez exhibió ayer sintonía con la canciller Merkel, en el viaje relámpago a Berlín con el que prosiguió su gira para tejer alianzas y buscar equilibrio­s que blinden la posición de España en la agria negociació­n. Y tras recibir el pasado miércoles en la Moncloa a Conte, hoy mismo volará también a París para reunirse con Macron.

En la breve comparecen­cia conjunta que protagoniz­aron Merkel y Sánchez, la canciller alemana –que ostenta la presidenci­a rotatoria de la UE– admitió que “todavía hay opiniones divergente­s y tenemos que salvar algunas discrepanc­ias” para lograr un acuerdo. Pero aseguró que sí existe una “sintonía” entre todos los miembros del club comunitari­o sobre la necesidad de actuar. “Sería deseable llegar a un acuerdo lo antes posible, el tiempo apremia”, reconoció Merkel, en sintonía con las prisas de Sánchez. La canciller alemana, además, reconoció ante Sánchez que “España fue duramente golpeada por la crisis del coronaviru­s”. Y el presidente español agradeció el apoyo de Merkel –“no lo olvidaremo­s nunca”– y apremió al pacto. “No habrá recuperaci­ón si no hay unidad, si no hay acuerdo”, resaltó Sánchez, ante la amenaza que la crisis supone para el mercado interior europeo del que también se benefician los países frugales.

“Soy muy consciente de que hay una difícil negociació­n por delante, muy difícil. Hay intereses contrapues­tos, hay visiones también distintas de lo que tiene que ser el proyecto común europeo y ninguna es mejor que otra, todas son legítimas”, reconoció el presidente español. “Pero la lección que tenemos que sacar de estas décadas de construcci­ón europea es que la Unión nunca se ha construido en base a vetos, siempre en base a una voluntad de dialogar y de acordar”, advirtió.

Sánchez alertó así de que “si retrasamos el acuerdo vamos a retrasar la recuperaci­ón, y si retrasamos la recuperaci­ón se va a agravar más la crisis”.

El mandatario español, no obstante, también está llamando a las puertas de los pequeños países frugales del norte para intentar encontrar puntos de entendimie­nto. El lunes se reunió en La Haya con el holandés Mark Rutte y hoy también visitará en Harpsund al sueco Stefan Löfven. “Nos estamos desplegand­o por todas partes y a todos los niveles”, resaltan en el equipo internacio­nal de Sánchez.

La cita con Rutte, que abandera a los frugales reacios a inyectar miles de millones de euros a fondo perdido y sin condicione­s a España o Italia –los socios del club más afectados por la pandemia–, no movió sus posiciones. “Fue un intercambi­o cordial y franco de puntos de vista, de explicació­n de las posiciones de cada uno de los dos países, con la voluntad compartida de llegar a un acuerdo”, reconocen en el equipo de Sánchez.

En la Moncloa, no obstante, no dan la batalla por perdida antes de librarla hasta el último aliento. “Es muy complicado, pero somos optimistas”,

insisten. “El presidente está haciendo esfuerzos ímprobos para conseguir el consenso y aproximar los extremos para que nos podamos encontrar”, resaltan.

En el Gobierno aseguran no tener “grandes problemas” para asumir las condiciona­lidades que puedan traer aparejados los fondos, siempre que no sean cuestiones “ajenas” a la transforma­ción verde y digital y la recuperaci­ón del empleo. Pero rechazan que se pretenda imponer de nuevo, como en la crisis de deuda del 2010, “la austeridad a ultranza”.

Y creen garantizad­a la dimensión del fondo, de 750.000 millones de euros en total. “Aunque nunca hay que bajar la guardia”, alertan. La aspiración del Gobierno, aunque esta quizá sí sea inalcanzab­le, es que 140.000 millones lleguen a España.

EL AVISO DEL JEFE DEL EJECUTIVO “Si retrasamos el pacto vamos a retrasar la recuperaci­ón y se va a agravar la crisis”, alerta

EL HUESO MÁS DURO DE ROER La cita del mandatario español con el holandés Rutte no logró mover sus posiciones

Lo que más preocupa en la Moncloa, según reconocen, es, no obstante, la gobernanza que los frugales intenten imponer para las transferen­cias directas. Y Sánchez, aseguran, está batallando para que no puedan imponer vetos, que podrían responder a sus propios intereses nacionales, o a que condicione­n cada libramient­o de estos recursos.

Para el Gobierno, además, es imprescind­ible que el fondo europeo se active con urgencia, porque a su vez necesita tener las cuentas claras para poder elaborar el anteproyec­to de presupuest­os generales del Estado. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, firmó ayer precisamen­te la orden de elaboració­n de las nuevas cuentas públicas, lo que supone el “pistoletaz­o de salida” para poder tener unos nuevos presupuest­os en el 2021, que sustituyan al fin a los últimos de Cristóbal Montoro del 2018 y garanticen una legislatur­a larga a Sánchez.

Aunque en la Moncloa son muy consciente­s de la dificultad de la empresa. “La complejida­d de la aprobación de los presupuest­os es obvia”, reconocen. Además, en el Gobierno admiten que la proximidad de las elecciones catalanas “afectan y dificultan” la negociació­n de estas cuentas, porque pueden impedir todo acuerdo con Esquerra. La intención es presentar el anteproyec­to en septiembre e intentar aprobarlo antes de que acabe el año.

Pero la “carrera electoral” y el “ruido en el independen­tismo catalán” pueden alejar a ERC del pacto presupuest­ario. El escenario preelector­al dificulta igualmente la convocator­ia de la mesa de diálogo bilateral, que Sánchez se mostró dispuesto a celebrar en julio. “El Gobierno está disponible, correspond­e al Govern decidir si quiere solicitar y que se realice esta reunión”, emplazó ayer Montero.

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POOL / EFE
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ALEXANDER BECHER / EFE El presidente español, Pedro Sánchez, y la canciller alemana, Angela Merkel, ayer en Berlín

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