Con la casa a cuestas
El sector de la autocaravana asegura que está alquilada el 90% de la flota disponible para agosto y las ventas se han disparado un 20%
El confinamiento ha disparado las demandas para alquilar una autocaravana este verano. El sector tiene reservada ya el 90% de la flota disponible en Catalunya del mes de agosto y el 60% de septiembre. La diferencia con otros años es que en este primer verano de la era Covid-19, las reservas se han concentrado en un breve espacio de tiempo, en apenas quince días.
“En junio teníamos un nivel de demandas muy bajo pero, desde el final del estado de alarma y en un tiempo récord, las peticiones se han disparado; esto es inaudito, la decisión antes era más reflexiva y ahora es mucho más impulsiva”, explica Ramon Terradellas, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar) y distribuidor en Barcelona. “Estamos alquilando al mismo ritmo que otros años”, explica Miquel Trulls, propietario de Esmicamping, empresa de Besalú dedicada al alquiler y venta.
A falta de extranjeros, el principal cliente es el nacional y entre ellos hay familias que jamás se habrían planteado esta opción vacacional. Es el caso de Iván Gálvez, de Olesa de Monserrat, que en julio se estrenó junto a sus hijos y su mujer y espera volver a repetir. Un perfil, el de parejas jóvenes con hijos, que ha crecido los últimos años, según explica Xavier Agustí, de la Unió de Caravanistes de Catlaunya.
Si la demanda por alquilar ha pasado de 0 a 100 en tres semanas, las ventas también están creciendo, alrededor de un 20% en comparación al mismo periodo de hace un año , según el presidente del Gremi d’empresaris del Caravaning (Gremcar), Amadeu Recasens. En algunos concesionarios las ventas se han doblado en un año.
Unos datos que, según el sector, demuestran que viajar con la casa a cuestas en tiempos de coronavirus se ha convertido en una firme alternativa a otros desplazamientos convencionales. Viajar con el núcleo familiar y evitar aglomeraciones en espacios como aeropuertos o estaciones de tren, estar en permanente contacto con la naturaleza y no tener que convivir con otras personas son algunas de las ventajas que enumera el sector.
El matrimonio formado por Montse Villar y Salvador Julián de Castellbisbal, que hace diez años compraron una autocaravana, destacan la libertad de movimientos y el hecho de no estar sujetos a ningún tipo de horario. Han recorrido Francia, Bélgica, Holanda o Alemania y este año tenían previsto visitar la zona de faros de la costa Atlántica, que van a posponer por el coronavirus.
Los desplazamientos de proximidad se imponen este año y son pocos los que se atreven a cruzar fronteras. La pareja formada por Josep Àlvarez y Conchita Crespiere, de Prats del Lluçanès, también ha optado por unas vacaciones de proximidad. En una semana habrán recorrido la Costa Brava, pernoctando en áreas específicas para este tipo de vehículos en Port de la Selva, l’escala y Palamós. La pareja demanda más facilidad de aparcamiento en pueblos y ciudades, ya que son pocos los que disponen de este tipo de áreas y algunos además tienen prohibida la circulación de estos vehículos. “Nosotros también dejamos riqueza en el territorio”, se reivindican. Alquilar una autocaravana en temporada alta va de los 100 a 200 euros por día; la compra no baja de 50.000 euros. El gasto diario oscila sobre 150 euros.
Fuentes del sector explican que este verano ha cambiado el demandante de este tipo de vehículo. Si otros años se reservaba el 30% de la flota a turistas extranjeros, este año la cifra es prácticamente inexistente. Que el público nacional supera el extranjero es palpable en el centenar de áreas que hay en Catalunya. En el área Autocaravaning Palamós afirman que las cifras se han invertido en un año: ahora el 70% de la clientela es nacional.
CRECE EL CLIENTE NACIONAL
A falta de extranjeros, el público nacional gana adeptos y se imponen viajes cortos
LAS VENTAJAS
El sector destaca el viajar con el núcleo familiar, sin horarios y sin masificaciones