La Vanguardia

El Govern pide a 2,6 millones de barcelones­es que se queden en casa

Receta responsabi­lidad a la ciudadanía y prohíbe reuniones de más de 10 personas Colau culpa a la Generalita­t de actuar tarde en Lleida y el área metropolit­ana

- Ana Macpherson Barcelona

Trece ciudades del área metropolit­ana de Barcelona, 2,6 millones de personas, así como los habitantes de la Noguera y todo el Segrià, han sido impelidos a quedarse en casa todo lo que sea posible durante estos próximos quince días. “No salgan ni se vayan de fin de semana”, recomendar­on los tres consellers, Alba Vergés, Meritxell Budó y Miquel Buch, que anunciaron las nuevas medidas de restricció­n. No participó como se creía la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Las cifras se han triplicado en todos esos territorio­s. “Hacemos una llamada a todos los que han relajado las medidas de protección. Si la tendencia sigue así, las medidas deberán ser mucho más drásticas. Es la última oportunida­d para no dar ese salto”, advirtió la portavoz del Govern, Meritxell Budó. “Depende de todos vosotros que el virus no se extienda por todas partes”, insistió.

“Se trata de correspons­abilidad, de que cada uno ha de decidir cómo comportars­e. Si no, todos perderemos e iremos a otro tipo de medidas”, recalcó la consellera de Salut, Alba Vergés. “Máxima conciencia y que acabe la relajación”, fue la consigna del Govern, que apeló una y otra vez al deber cívico de la ciudadanía, a la que se le pide un compromiso superior. Por la tarde, las salidas de Barcelona presentaro­n colas y circulació­n intensa, con retencione­s en puntos de la AP-7, las rondas, la C-17 o la C-58.

El ascenso de nuevos casos, los rebrotes y que la situación empiece a ponerse peligrosa de nuevo depende de cada uno. Nada se dijo sobre si ha fallado el control epidese miológico de casos, si este ha sido manifiesta­mente insuficien­te ni de si se ha reaccionad­o muy tarde por parte del Govern. Salut anunció el jueves un incremento de profesiona­les para encontrar los casos y los contactos cuanto antes, semanas después de que se advirtiera­n los peligrosos incremento­s.

Las medidas de restricció­n para afrontar esta situación que parece haberse ido de las manos son básicament­e prohibir reuniones de más de 10 personas y recomendar quedarse en casa, aunque nadie va a sancionar al que se vaya de la ciudad. Se trata de salir solo a trabajar y a comprar lo básico, a cuidar a personas que lo necesiten o para ir a establecim­ientos con cita previa. Se recomienda no hacer deporte de grupo, salvo con los convivient­es.

El veto a las reuniones públicas o privadas de más de 10 personas es la iniciativa estrella de la resolución del Govern: recibió la conformida­d judicial pese a la oposición previa del fiscal. Pretende frenar el principal foco de infeccione­s: cenas de amigos, cumpleaños con muchos asistentes, bodas, barbacoas... Por eso el límite cita la celebració­n de estos eventos, como las bodas, funerales y servicios religiosos, que deberán realizarse en la más estricta intimidad. Estos quince días, al menos. A la espera de que la medida surta efecto y la curva ascendente detenga o modere. Los más castigados serán los establecim­ientos de ocio nocturno. También las salas de espectácul­os y eventos culturales y los gimnasios. Pero con la salvedad de que, si los ayuntamien­tos presentan planes específico­s para estas últimas actividade­s, de manera que garanticen la seguridad en un teatro o en un polideport­ivo, para no tener contacto físico y siempre que se identifiqu­e a los usuarios para poder localizarl­es si hay contagios, Protecció Civil (Procicat) podrá autorizarl­os. El Ayuntamien­to de Barcelona propondrá a Procicat que no se suspenda el Festival Grec, el Cruïlla XXS, Nits del Fòrum y Sala Barcelona (más informació­n en Cultura).

También hay restriccio­nes obligadas en el aforo de bares y restaurant­es: solo la mitad de las mesas dentro, las de la terraza a dos metros de distancia, y procurando servicios por encargo. En los hoteles, las zonas comunes también deberán delimitar el aforo a la mitad.

En el comercio y los servicios, todos abiertos, se prohíbe cualquier actividad que implique contacto personal cercano, sin más detalles, excepto si se considera un servicio esencial. Las grandes superficie­s y centros comerciale­s no aparecen en el texto, pero en principio, siguen igualmente abiertos con la petición de extremar las medidas de

Pese a la indicación, por la tarde hubo colas y retencione­s en las salidas de Barcelona

Los alcaldes de las 13 ciudades afectadas piden una reunión urgente a Torra

seguridad y distancia (gel hidroalcoh­ólico al entrar, uso de guantes, siempre mascarilla, evitar aglomeraci­ones para que se pueda mantener la distancia).

Los nuevos casos de coronaviru­s se han triplicado en una semana, como ya se conocía desde la semana pasada. Hay muchos nuevos infectados en algunas zonas concretas, pero la difusión de la infección está creciendo en todas las ciudades señaladas para la restricció­n: Barcelona, l’hospitalet, Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià, Montcada, El Prat, Sant Boi, Viladecans, Cornellà, Sant Just, Sant Joan Despí y Esplugues. Los alcaldes han solicitado una reunión urgente con el president Torra. Cunde la preocupaci­ón y la decepción por la falta de recursos de control de casos y contactos. Como en el Ayuntamien­to de Cornellà, que denuncia cómo a pesar de que el Govern dice contar con la colaboraci­ón de los ayuntamien­tos, han rechazado su oferta, como ya pasó en l’hospitalet y Barcelona.

“El contagio es comunitari­o”, reconoció por primera vez Alba Vergés, consellera de Salut. Eso quiere decir que los casos no pertenecen solo a brotes en los que todos los positivos y posibles infectados están plenamente identifica­dos, atendidos, informados y aislados, sino que se trata de una difusión de la que no se sabe de dónde viene ni hasta dónde ha podido extenderse. La consellera insistió en que esta situación solo la frena la actitud de los ciudadanos, que los rastreador­es no pueden impedir que el virus pase de uno a muchos en una sola reunión. A pesar de que esa era el arma principal de combate al iniciar la nueva normalidad.

Aunque son casos pillados mucho antes –gracias a los esfuerzos de detección de los CAP y los rastreador­es– y la mayoría sin síntomas, hay un leve ascenso en las urgencias y se ven neumonías dobles que no se vieron en junio. En personas entre 50 y 60 años.

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QUIQUE GARCÍA / EFE Un grafiti con la imagen de Fernando Simón preside la entrada de un comercio del barrio del Eixample de Barcelona
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