La Vanguardia

“España tiene capacidad para espiar móviles en otros países”

John Scott-railton, investigad­or Citizen Lab

- CRISTINA SÁEZ RAMÓN PECO

Esta semana una investigac­ión conjunta de los diarios The Guardian y El País ha revelado que el móvil del president del Parlament de Catalunya, Roger Torrent, fue atacado en el 2019 por un programa espía llamada Pegasus, desarrolla­do por la compañía israelí NSO. Este software, que solo se vende a gobiernos, aprovechó un fallo de seguridad de Whatsapp para introducir­se en el terminal del político catalán a través de una videollama­da perdida. El espionaje, según estos medios, también habría afectado al exconselle­r de ERC Ernest Maragall y a la exdiputada de la CUP Anna Gabriel.

John Scott-railton, del grupo de cibersegur­idad Citizen Lab, de la Munk School de la Universida­d de Toronto (Canadá), lidera la investigac­ión sobre este ataque del programa de NSO a representa­ntes de la sociedad civil.

¿Qué sabe del caso Pegasus en relación con el espionaje de políticos catalanes?

En el 019, 1.400 usuarios de Whatsapp de todo el planeta fueron objetivo de un spyware [un software espía malicioso] llamado Pegasus, desarrolla­do por la compañía israelí NSO. Whatsapp lo descubrió, en pocas semanas logró bloquear el ataque. Desde Citizen Lab nos ofrecimos voluntario­s para ayudar tanto a Whatsapp como a los representa­ntes de la sociedad civil que habían sido espiados, entre ellos los políticos catalanes independen­tistas, como el presidente del Parlament, Roger Torrent.

¿Los avisaron?

Sí, Whatsapp se puso en contacto con ellos para alertarlos en octubre del 2019.

¿Por qué no se ha hecho publico hasta ahora?

Citizen Lab, por temas de confidenci­alidad, no puede hablar sobre los casos hasta que las víctimas deciden hacerlo público.

¿Qué permite hacer Pegasus?

Es un programa muy sofisticad­o e invasivo de espionaje, diseñado para ser operado en secreto. En este caso, se instaló en los móviles a través de una videollama­da de Whatsapp y una vez dentro permitía escuchar llamadas y leer mensajes encriptado­s; acceder a todos los archivos que hubiera en el dispositiv­o; activar de forma remota el micro y la cámara para monitoriza­r las conversaci­ones tanto de la persona espiada como de quien hubiera a su alrededor. También pudo usarse para modificar el contenido del dispositiv­o, como poner o borrar ficheros.

Citizen Lab ha confirmado el uso de este spyware para espiar a políticos catalanes en Catalunya y también en otros países europeos donde hay líderes independen­tistas instalados.

En nuestra investigac­ión hemos visto que España compró la capacidad de espiar a usuarios en otros países, como Francia, lo que es muy interesant­e. También en Bélgica, por lo que este affaire no es solo un problema de España, sino también de Europa.

La persona espiada en Bélgica, ¿podría ser el expresiden­t Carles Puigdemont?

Solo podemos hablar de casos que se han hecho públicos. Sí puedo confirmar que, hasta ahora, Citizen Lab ha documentad­o 125 casos de espionaje en todo el mundo con el programa de NSO, pero este es el primero, público, de políticos elegidos democrátic­amente en Europa. Y eso pone a prueba las leyes de protección de privacidad y derechos humanos españolas y europeas.

La web de informació­n Vice.com recogía esta semana declaracio­nes de un extrabajad­or de la compañía israelí NSO que confirmaba que España es cliente de Pegasus desde el 2015.

Este programa no se vende en el mercado abiertamen­te, sino solo a gobiernos. La pregunta clave aquí es quién compró la licencia para usarlo, con qué objetivo, qué informació­n ha obtenido. Si se lleva a cabo una investigac­ión efectiva, podremos averiguar quién ordenó el espionaje y obtener la lista completa de personas espiadas, que segurament­e se expande mucho más de la breve ventana temporal en la que Whastapp investigó el caso.

¿El espionaje podría haber comenzado antes?

No solo podría haber comenzado mucho antes sino haber continuado después. Whatsapp es solo un vector que Pegasus usa para colarse en los dispositiv­os. El cliente detrás del espionaje es muy probable que, cuando este vector dejara de funcionar, empleara otros. Los gobiernos clientes de este software compran licencias de uso a NSO que les permiten monitoriza­r a un número determinad­o de teléfonos a la vez. Lo que suelen hacer los estados es espiar a una persona uno o dos días, descargars­e los archivos de mensajes del móvil y acabar la infección, sin dejar huellas. Luego usar la licencia para espiar a otra persona durante otro par de días y así.

¿Puede haber más casos de políticos espiados?

En una situación como la actual, está bastante claro que hay muchos más objetivos y no solo los que hasta ahora se han hecho públicos. La cuestión clave es intentar obtener una lista completa de todos los números de teléfono espiado para averiguar el alcance completo de lo ocurrido.

¿Es factible lograr esa lista?

Pegasus mantiene registros localizado­s de las personas espiadas para los clientes de este programa y se podrían obtener con autorizaci­ón judicial para acceder a los operadores de telefonía y de servicios de internet, que podrían tener archivos de la actividad de los dispositiv­os; también para solicitar a NSO informació­n de quién en España compró Pegasus.

¿Les ha contactado el Gobierno español?

No aún y, por supuesto, no tendríamos ningún problema en responder sus preguntas si lo hicieran . El espionaje llevado a cabo se hacía sobre un grupo de personas con una tendencia política concreta. Es una oportunida­d única para hacer un esfuerzo público y pedir responsabi­lidades a quien ordenó esa vigilancia.

LAS VÍCTIMAS “El espionaje fue sobre un grupo de personas con una tendencia política concreta”

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KATHY WILLENS / AP John Scott-railton es uno de los investigad­ores de la brecha de seguridad de Whatsapp

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