Samuel Aranda
Fotógrafo
Tras viajar por todo el mundo retratando conflictos en Oriente Medio, Túnez, Egipto, Libia o Yemen, el fotógrafo catalán Samuel Aranda mira a su entorno más próximo en la exposición Territori, en el Palau Solterra de Torroella de Montgrí.
Tras viajar las dos últimas décadas por todo el mundo retratando la migración y conflictos en Oriente Medio, Túnez, Egipto, Libia o Yemen, el fotógrafo Samuel Aranda (Santa Coloma de Gramenet, 1979) mira a su entorno más próximo en la exposición Territori, que se puede visitar desde hoy en el Palau Solterra, el museo de fotografía contemporánea que la Fundación Vila Casas tiene en Torroella de Montgrí.
Más de sesenta instantáneas configuran un proyecto documental centrado en los lugares cercanos al artista, colaborador regular de The New York Times y ganador en el 2012 del premio World Press Photo por la impactante imagen de una mujer con un nicab, un velo integral, que consuela a un familiar herido en los conflictos de Yemen.
Santa Coloma de Gramenet, su ciudad natal; Barcelona, a la que se fue a vivir a los 17 años tras dejar los estudios y el Empordà, más en concreto Crespià (Pla de l’estany) que él considera “mi refugio”, forman parte de un eje expositivo que juega con muchas imágenes en contraste, realizadas mayoritariamente en el último año y medio con distintas técnicas, desde la fotografía digital, a la Polaroid o la cámara analógica.
Las manifestaciones y revueltas a raíz de la sentencia por los hechos del 1-0 o las calles de una Barcelona vacía por la pandemia de la Covid19 forman parte de ese itinerario expositivo que no sigue ninguna temática concreta. “Casi nunca he decidido nada, las cosas pasan y te adaptas”, explicaba este jueves Aranda durante la presentación de la exposición, comisariada por Glòria
Bosch.una sala de cine vacía, el fenómeno Rosalía en un concierto en el Palau Sant Jordi, una boda gitana, la playa de Sant Pol de Mar a la que Aranda acudía con su familia cuando era pequeño, parejas en la intimidad de la cama... son algunas de las fotografías que forman parte de esta exposición que la Fundació Vila Casas prevé hacer itinerante.
La muestra arranca con una selección de fotos del año 1999 del Raval de Barcelona, en concreto de la calle Robadors, donde Aranda vivió en un tercer piso de un bloque dedicado a la prostitución. Tenía 17 años y había sido expulsado del instituto “por rebelde” y también de La Llotja, donde permaneció apenas dos meses. Entonces trabajaba como contador de gas y pintaba graffitis. Aranda explicó este jueves durante la presentación de la exposición que en esta etapa se le quitaron algunos prejuicios de colectivos marginales y se percató del gran poder de denuncia que tenía la fotografía cuando retrató para un periódico cómo menores eran obligadas a ejercer la prostitución. La consecuencia de aquellas imágenes fue la redada que hizo un día después la policía. “Fue la primera vez que vi cómo una foto podía rectificar la realidad”, explica Aranda.
El Palau Solterra acoge también un ensayo fotográfico de Espe Pons (Barcelona, 1973) con el que pretende dignificar todas las víctimas del franquismo de la Guerra Civil y la posguerra. El hilo conductor son los espacios en los que estuvo Tomàs Pons Albesa, el hermano pequeño de su abuelo, fusilado en el Camp de la Bota de Barcelona en 1941 con 31 años. Treinta imágenes en blanco y negro, correspondencia y algunos objetos personales forman parte de un trabajo de investigación que ha llevado a Pons a la prisión Modelo, al refugio 307 de Poble Sec; a las trincheras de Rodén, en Zaragoza,
Manifestaciones postsentencia, calles vacías por la Covid o un concierto de Rosalía, en el objetivo de Aranda
al Fossar de la Pedrera en Montjuïc… Imágenes todas ellos despojadas de presencia humana y que rezuman silencio. “Me interesa que la gente observe el silencio que a mí se me hace aterrador”, explicó. Completa el cartel del Palau Solterra una exposición de Alejandro Monge (Zaragoza, 1888), una reflexión sobre el valor del dinero, y las 33 obras seleccionadas para el Premi de Fotografía 2020. Las muestras se pueden ver hasta el 22 de noviembre.