Los presos y la nueva etapa
Atodos los presos del procés se les aplica, desde ayer, el tercer grado penitenciario, gracias al cual pasan este fin de semana en sus respectivos hogares. Las juntas de tratamiento de los centros penitenciarios donde cumplen condena los políticos y líderes sociales impulsores del referéndum unilateral y la posterior declaración de independencia han concedido el régimen abierto para Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Joaquim Forn, Dolors Bassa, Jordi Turull, Josep Rull y Raül Romeva. Esta medida, ratificada por el Departament de Justícia de acuerdo con los procedimientos habituales para todos los reclusos, es aplicable una vez transcurridos los primeros seis meses de cumplimiento de la pena. Se trata de una buena noticia, en la medida que puede contribuir a reforzar un clima favorable al diálogo para abordar una nueva etapa, dentro de Catalunya y también con respecto a las relaciones del Gobierno central con las instituciones de autogobierno.
El tercer grado obliga a los presos independentistas a dormir en prisión cuatro días a la semana –de lunes a jueves– y se les permite pasar las noches de los fines de semana en sus casas. Por otro lado, podrán participar en la próxima campaña electoral catalana, siempre y cuando no se produzca un pronunciamiento contrario de las autoridades judiciales. Recordemos que la Fiscalía anunció que presentaría recurso en contra de la semilibertad de los presos con el argumento de que debería haber transcurrido la mitad de la condena para la concesión del tercer grado. Si el juez de vigilancia penitenciaria ratifica el régimen abierto, el recurso del fiscal se elevaría al Tribunal Supremo.
En otro orden, la UGT ha solicitado al Ministerio de Justicia el indulto para una de las presas, la exconsellera Dolors Bassa, afiliada durante años a este sindicato. La petición tiene el apoyo de varias personalidades. Esta iniciativa abre la puerta a una posible vía para la normalización política. Sobre este asunto, y en una reciente entrevista con La Vanguardia, el presidente Sánchez criticó a los que tienen “más una sed de venganza que un ánimo de justicia” y añadió que “en la política penitenciaria las medidas de gracia están claramente definidas en nuestra jurisdicción y también en los actores jurisdiccionales”.
La sociedad catalana necesita pasar página para hacer frente a los retos que genera la crisis social y económica derivada de la Covid-19. La situación de los presos forma parte de un contexto mucho más amplio, cuya complejidad exige mucha inteligencia y sentido común. El contencioso catalán debe regresar a los carriles de la política y el pacto, un objetivo que también está unido a la pronta celebración de comicios autonómicos, de los que deberá salir un Govern eficaz, sólido y capaz de ser un interlocutor autorizado fuera y dentro de Catalunya.
Conceder el tercer grado a los presos independentistas contribuye a reforzar un clima favorable al diálogo