Indignación en el sector de la restauración
La medida del Govern con respecto a bares y restaurantes cayó como un jarro de agua fría. El verano no les iba a permitir recuperar todo lo perdido, pero sí confiaban en la temporada estival para tratar de hacer un poco más llevadera la crisis económica. El anuncio, además, creó desconcierto ya que a la vez que se les permite abrir, aunque reduciendo el aforo interior, se hace una recomendación expresa a los ciudadanos para que no salgan de sus casas salvo para cuestiones indispensables. La medida causó indignación: desde el sector se interpretó que lo que está haciendo la Generalitat es provocar que cierren, pero sin decretarlo de manera oficial.
El Gremi de Restauració de Barcelona, en este sentido, lamentó la “poca claridad” del anuncio de la Generalitat, exigió mayor “madurez” a los gobernantes y acusó al Ejecutivo autonómico de decretar el cierre de los establecimientos “por la puerta de detrás”.
“Es una trampa que puede ser mortal para la viabilidad de muchísimas empresas que están ya muy tocadas por esta crisis”, manifestó el director del Gremi, Rogers Pallarols, que explicó que desde que pudieron volver a abrir “no han podido recuperar ni de largo” todas las pérdidas que supuso cerrar. Y que ahora vienen más “semanas y meses de complicación”. Pallarols reclamó a la Generalitat que “hable claro con los bares y restaurantes de Barcelona” y que si en definitiva lo quiere es que cierren, que articule también “mecanismos de protección” para las empresas, como los propios ERTE o la corresponsabilidad con el sector inmobiliario, para que no se cobren los alquileres mientras que no haya clientela. “Hay mucha preocupación”, sentenció. /