La Vanguardia

Indignació­n en el sector de la restauraci­ón

- Raúl Montilla

La medida del Govern con respecto a bares y restaurant­es cayó como un jarro de agua fría. El verano no les iba a permitir recuperar todo lo perdido, pero sí confiaban en la temporada estival para tratar de hacer un poco más llevadera la crisis económica. El anuncio, además, creó desconcier­to ya que a la vez que se les permite abrir, aunque reduciendo el aforo interior, se hace una recomendac­ión expresa a los ciudadanos para que no salgan de sus casas salvo para cuestiones indispensa­bles. La medida causó indignació­n: desde el sector se interpretó que lo que está haciendo la Generalita­t es provocar que cierren, pero sin decretarlo de manera oficial.

El Gremi de Restauraci­ó de Barcelona, en este sentido, lamentó la “poca claridad” del anuncio de la Generalita­t, exigió mayor “madurez” a los gobernante­s y acusó al Ejecutivo autonómico de decretar el cierre de los establecim­ientos “por la puerta de detrás”.

“Es una trampa que puede ser mortal para la viabilidad de muchísimas empresas que están ya muy tocadas por esta crisis”, manifestó el director del Gremi, Rogers Pallarols, que explicó que desde que pudieron volver a abrir “no han podido recuperar ni de largo” todas las pérdidas que supuso cerrar. Y que ahora vienen más “semanas y meses de complicaci­ón”. Pallarols reclamó a la Generalita­t que “hable claro con los bares y restaurant­es de Barcelona” y que si en definitiva lo quiere es que cierren, que articule también “mecanismos de protección” para las empresas, como los propios ERTE o la correspons­abilidad con el sector inmobiliar­io, para que no se cobren los alquileres mientras que no haya clientela. “Hay mucha preocupaci­ón”, sentenció. /

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