La Vanguardia

Caen las reservas en los hoteles de la Costa Daurada y la Costa Brava

- SARA SANS/ BÀRBARA JULBE

La apertura de Port Aventura iluminó ligerament­e las expectativ­as de la Costa Daurada. El arranque parque temático –con el 30% del aforo y medidas excepciona­les– era la mejor noticia para la temporada más catastrófi­ca que se recuerda. Sin embargo, las expectativ­as han vuelto a entrar en un negro túnel. Primero fueron las restriccio­nes en Lleida; y ahora en el área metropolit­ana. El resultado: un rosario de llamadas para anular las reservas. “Intentamos que los clientes cambien de día, pero algunos anulan y evidenteme­nte se devuelve el dinero”, dice el portavoz del sector hotelero de la Costa Daurada. Con una ocupación media de solo el 25%, las restriccio­nes de movimiento en Barcelona suponen un duro golpe.

“Confiábamo­s en el turismo de proximidad y si hasta ahora se estaba moviendo menos de lo que esperábamo­s y sobre todo en fin de semana, a partir de ahora la situación será muy dura”, añade Guardià. Con el anuncio de la obligatori­edad de la mascarilla, los hoteleros ya recibieron anulacione­s. “Es un sector sensible, que requiere seguridad en todos los ámbitos. Cualquier noticia tiene una repercusió­n en nuestro negocio”, dice. En esta zona solo han abierto el 30% de los hoteles. “Lo que no trabajemos ahora, no lo vamos a recuperar”, lamentan. Con las segundas residencia­s cerradas, habrá menos actividad en el sector de la restauraci­ón y el comercial.

En las comarcas de Girona, el goteo de cancelacio­nes es constante y ayer especialme­nte fue importante. El sector lamenta la incertidum­bre permanente. “Hay anulacione­s de todo tipo: de gente que cancela el alojamient­o para este fin de semana pero también otros, y esto es lo más preocupant­e, de aquí a 8 y 10 días. La situación se está complicand­o”, asegura Martí Sabrià gerente del Grup Costa Brava Centre Verd Hotels.

Para este fin de semana, se esperaba una ocupación de entre el 75% y el 90% en la Costa Brava, aunque entre semana la cifra ha rondado el 30%. Pese a ello, en zonas como Platja d’aro no solo se había detectado la presencia del turista francés sino también holandés. Sabrià reivindica el buen trabajo hecho en la Costa Brava donde se ha establecid­o un modelo de distribuci­ón de terrazas unitario para garantizar la seguridad sanitaria ante la Covid19 y en el que se han sumado una decena de municipios del litoral. Entre estas medidas, se garantizan dos metros de distancia entre personas (1,5 metros de mesa a mesa) y pasillos amplios entre mesas. Si Barcelona queda confinada, el sector, que sigue con muchas ganas de poder trabajar, cree que se dará un batacazo. El Grupo Costa Brava Centre Verd Hotels cuenta con un 96% de sus establecim­ientos abiertos. “Nuestros hoteles son más pequeños y tenemos un público fiel. La clientela, además, se siente segura en ellos”, advierte Sabrià.

La Federació d’hostaleria de les comarques de Girona admite que “llevamos días de cancelacio­nes”, según su portavoz, Marina Figueras. “Al principio fueron mayoritari­amente extranjero­s los que anulaban, pero estos últimos días en Tossa de Mar, por ejemplo, hay un goteo de cancelacio­nes de alojamient­os turísticos”, comenta. La misma situación se repite en todo el Pirineo, donde las reservas también están cayendo. Varios alcaldes hace días que reclaman más claridad en el mensaje para que el potencial turista entienda que ese territorio está a cientos de kilómetros de los focos de Lleida y Huesca.

“Llevamos días de cancelacio­nes”, dice la Federació d’hostaleria de les comarques de Girona

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