El coronavirus, en escena
‘Covid-451’ lleva al Lliure una obra sobre la pandemia con sanitarios reales
Si el festival Grec no hubiera seguido adelante esta semana habría resultado paradójico. Se habría convertido en una pequeña victoria para el coronavirus. Porque este lunes y este martes el festival propone en el Teatre Lliure el estreno de un montaje muy especial que ya han solicitado 17 festivales de todo el mundo: Covid-451, una propuesta del autor y director uruguayo Sergio Blanco que estará protagonizada por él mismo –será el paciente– y por cinco profesionales sanitarios que han lidiado con la pandemia: el digestólogo Lucas Ilzarbe, del hospital del Mar; la enfermera de urgencias Maria Eugènia Casanova, del Parc Taulí de Sabadell; Ivan Requena, enfermero que trabaja en ambulancias del hospital Sant Joan de Deu de Martorell; Anna Abadia, trabajadora social del hospital de la Esperanza, y Sacha Sofia Ormaza, empleada de la limpieza de la residencia Icària. Con ellos ha trabajado por Zoom hasta que han podido encontrarse hace unos días.
Todos se han enfrentado al coronavirus estos meses y cuando cuentan sus historias provocan emoción, pero no son sus vivencias las que llegan a escena: el texto es del propio Blanco y a partir de ahí hizo el casting de los profesionales. Y sus historias reales, sus anécdotas, emociones, lo condimentaron, le dieron vida. Un texto, dice Blanco, que “ha surgido de la necesidad de encontrar a otros, una experiencia común en el confinamiento”.
En escena no faltará escenografía en vídeo creada a partir de lo que se ve en un microscopio electrónico, del proceso de cómo el virus ataca a la célula, dice el autor, que sobre el título del montaje aclara que “Ray Bradbury y su Fahrenheit 451 apareció porque es uno de los textos mayores de ciencia ficción que pinta un mundo que se desmorona pero nunca pierde la esperanza. Nosotros citamos una de sus frases: Nos deslizamos hacia una noche pero también hacia un nuevo sol. La pandemia es un mundo oscuro y nos sentimos personajes de una película de catástrofes, pero gracias a estas cinco personas que me rodean el mundo sale adelante”, cuenta.
Unas personas que recuerdan duras experiencias de la pandemia, desde pacientes a los que la trabajadora social no puede ver y familiares a los que llama por teléfono, a sentimiento de desbordamiento. “Te sentías desbordada. Todos los pacientes tenían lo mismo, una gravedad que desconocías y una situación personal que desconocías y estaban solos. El sentimiento de que no das a basto, de abandono del paciente, lo he tenido, no había recursos”, dice la enfermera Casanova. La limpiadora Ormaza recuerda el tiempo que usaron bolsas de basura como protección y la tristeza de los abuelos encerrados en sus habitaciones. “Llorábamos por agotamiento”, evoca.
Sergio Blanco dirige a cinco profesionales sanitarios en un estreno que solicitan festivales de todo el mundo