“Si no fuéramos rebeldes seríamos primates, que no se han rebelado”
Qué tienen en común la política y la zoología, la música y la astrofísica? Tras esta aparente disparidad de saberes se ocultan lazos que conectan todo el conocimiento humano y que vinculan nuestros gestos cotidianos con el origen del universo. Así lo ve Lluís Amiguet, y así lo plantea en Homo Rebellis (Debate), un libro que es al mismo tiempo un recorrido por siglos de conocimiento humano y por las más de dos décadas y cientos de entrevistas que el autor ha llevado a cabo desde La Contra de este mismo diario.
¿Somos rebeldes por naturaleza?
El ser humano lo es porque se rebela contra su destino como especie, no admite ser un animal más. La vida humana tiene bios, pero también tiene zoa, la parte que compartimos con los animales. Pero hay un bios que es lo intrínsecamente humano, lo cultural, y a través de la cultura nos rebelamos como especie contra nuestro destino genético, que es ser meros portadores de genes. Y, al mismo tiempo, cada uno de nosotros nos rebelamos contra la especie en busca del bienestar, de la felicidad, cada uno a su modo.
Pero eso es ir en contra de aquello para lo que estamos genéticamente programados.
Si no fuéramos rebeldes seríamos monos, nuestros primos, los primates, que no se han rebelado. La actitud crítica es consustancial a lo humano, pero la crítica consecuente, no la queja, que está carente de contenido. La crítica implica renuncia, porque para conseguir algo tienes que renunciar a tenerlo todo. La tendencia al absoluto de lo humano empieza a
poder gestionarse cuando se asume esta situación.
El libro es muy ambicioso, va de las emociones al origen del universo
Este es el resultado de hablar con muchos científicos, 135 premios Nobel, y lo que une a todos estos nombres, del experto en biología molecular al astronauta, es una actitud de rebeldía, que Albert Camus resumía con la frase “para ser, el hombre debe rebelarse”. La esencia de lo humano es no aceptar su destino, el hombre lo es en cuanto se rebela contra lo que le mandan, somo rebeldes por naturaleza.
La rebeldía no siempre está bien vista
Cuando las posibilidades mentales que te da la genética no sirven, eres un loco. Pero cuando son valiosas para la adaptación, eres un genio. Por eso necesitamos locos. Si la psiquiatría corrige todas las locuras estamos perdidos.
Esta rebeldía también afecta a la forma en que vemos el mundo, el conocimiento
Reivindico al individuo que, como los periodistas, tiene un océano de conocimiento de un dedo de profundidad. En ese océano se genera valor en las intersecciones entre materias, es la figura del polímata, que sabe de muchas materias, de todo y a la vez de nada. Es una figura maltratada por el culto a la especialización de nuestra época. Es cierto que no tenemos profundidad, pero en esa intersección entre, por ejemplo, la política y la zoología, surge el avance.
Es el poder de la imaginación. Al final, el único placer consistente y duradero es aprender. Querer saber rejuvenece, creer saber envejece mucho. He entrevistado a personas de más de 90 años que me hacían preguntas. Y se nota la calidad del personaje en eso, en que te hacían preguntas, tenían ganas genuinas de aprender. Es muy triste ver a alguien que cree saber de todo.