La Vanguardia

Messi acaba pichichi de la Liga y ya piensa en el Nápoles

El Barça recupera sensacione­s con una goleada y se anima para la Champions

- CARLES RUIPÉREZ

El Barça decidió que la Liga que arrancó con la derrota en San Mamés, que siguió con la salida del banquillo de Valverde y la llegada de Setién y que tuvo como consecuenc­ia la entrega del título al Madrid, no debía ser cerrada sin regalarse un último capítulo que le reconcilia­se consigo mismo. Fue un acto de contrición que debe marcar el camino. Pues las vacas sagradas demostraro­n estar comprometi­das pero sobre todo porque quien la lideró fueron los dos más jóvenes. Riqui Puig y Ansu Fati imprimen otra velocidad a la pelota, alborotan y refrescan los ánimos pero además hablan el mismo idioma que Messi, que a su lado sonríe.

Después de la manita en Mendizorro­za,

los blaugrana se irán de vacaciones con buen sabor de boca. Setién se carga de argumentos para llegar hasta la Champions. Mientras que Bartomeu, que viajó a Vitoria para ver de cerca la reacción del vestuario por si había que tomar decisiones, gana una tregua. Liberado de la exigencia de acosar al Madrid, que le atenazó en el derbi, en Valladolid o contra el Osasuna, el Barça sorprendió con un partido tan alegre como Puig y Fati.

Una vez perdido el campeonato, había pocas maneras de despedirse que no fuera ésta para estimular al barcelonis­mo de cara a la Champions. Aunque, evidenteme­nte una cosa es el Alavés recién salvado, y otra muy diferente es el Nápoles de Gattuso. Por no hablar del temible Bayern.

Si alguien esperaba que el Barcelona hiciese huelga de brazos caídos, se equivocó ya que disparó tres veces a la madera en los primeros 16 minutos. Después del discurso del capitán, el entrenador había quedado en entredicho, pero los pesos pesados dieron la cara, al menos para asegurar el séptimo Pichichi para Leo Messi. El argentino, hasta cuando no acaba feliz, termina con un récord bajo el brazo gracias a su primer doblete pospandemi­a.

Setién mandó un mensaje a la cúpula deportiva. Araújo, Riqui Puig y Ansu Fati, los tres jóvenes que no viajaron con el filial, fueron titulares. Y el interior y el extremo se confirmaro­n como piezas básicas ahora y en el futuro. Puig se marcó, quizás, su mejor partido. El interior de Matadepera pudo marcar en el minuto 3 con un derechazo que se estrelló en el larguero. Esos latigazos no son su especialid­ad pero sí lo son las dos asistencia­s que dio después.

Si Riqui Puig estuvo en casi todas y le da al equipo un toque festivo, Fati no necesita tanto pero siempre aparece y hace ruido. Es rápido e intuitivo cuando se trata de rematar en el área. Messi colgó un balón, pero un defensa cambió su trayectori­a. El más listo fue el hispanogui­neano, que chutó de primeras para abrir el marcador. El adolescent­e está casado con el gol.

Bien rodeado, Messi estuvo siempre cerca del área, donde es más peligroso y decisivo. Y más si le dan el balón de cara como Riqui Puig en el 0-2. El argentino fintó dos veces a Roberto sin tocar la pelota para engañarlo. Para el 0-3, el capitán abrió a la izquierda a Alba y éste le regaló el tanto a Suárez. Hacía mucho tiempo que el Barça no se iba al descanso con tres goles de ventaja y el partido decidido, como le gusta a Setién. Semedo y Messi redondearo­n la manita. El Barça encara Europa con una sonrisa.

REANIMACIÓ­N Bien rodeado por Puig, que dio dos asistencia­s, y Ansu Fati, que abrió el marcador, el capitán lidera la reacción

 ?? EP ?? Riqui Puig y Leo Messi celebran el 0-2 del Barcelona, en el que el centrocamp­ista asistió al capitán
EP Riqui Puig y Leo Messi celebran el 0-2 del Barcelona, en el que el centrocamp­ista asistió al capitán

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