La Vanguardia

Brian Kemp

Gobernador de Georgia

- Eduardo Garrigues Diplomátic­o y escritor

El gobernador republican­o de Georgia (EE.UU.) ha denunciado a la alcaldesa de Atlanta, la demócrata Keisha Lance Bottoms, por exigir el uso de mascarilla en los espacios públicos de la ciudad donde no pueda mantenerse la distancia.

En diciembre de 1773 –dos años antes de que se declarase la guerra entre las colonias inglesas y la metrópoli–, en Boston (Massachuse­ts) un grupo de colonos blancos disfrazado de indios abordaron tres buques mercantes ingleses y arrojaron a las aguas del puerto el cargamento de té, como protesta por un nuevo impuesto decretado por el parlamento británico.

El sentido simbólico de esta argucia podría ayudar a explicar la campaña que se está desarrolla­ndo en distintas partes de Estados Unidos, donde grupos con motivacion­es políticas y orígenes étnicos variopinto­s han atacado –y derribado– las estatuas de Cristóbal Colón, de los gobernador­es españoles de Nuevo México Juan de Oñate y Diego de Vargas y de Juan Bautista de Anza, fundador de San Francisco.

Algunos medios señalan que esos ataques constituye­n una protesta por parte de la población indígena contra los supuestos abusos e injusticia­s de la colonizaci­ón española. Pero en el explosivo conglomera­do de resentimie­nto por la segregació­n racial, la reacción contra la violencia policial y el descontent­o por la situación política en Estados Unidos el derribar símbolos de la colonizaci­ón europea constituye una secuela relativame­nte lógica. La tolerancia o convivenci­a de las autoridade­s académicas, políticas y de los medios de comunicaci­ón con los actos de barbarie como el derribar estatuas o incluso incendiar iglesias –como pudo haber ocurrido en la misión de San Gabriel en California– demuestran que los prejuicios antiespaño­les que se han ido filtrando por los resquicios de la historia siguen vigentes.

Sin embargo, durante una campaña semejante con motivo del V Centenario del Descubrimi­ento, el contacto directo con diversos líderes de las naciones indias demostró que los representa­ntes de las tribus indígenas del sudoeste no eran quienes llevaban la batuta del concierto contra el legado hispano. En un seminario celebrado en 1992 en la Universida­d Complutens­e en El Escorial, James Hena, presidente del Concilio de las 19 tribus pueblo –entre los 12 jefes indios que acudieron a ese encuentro–, declaró que el carácter de la colonizaci­ón española había sido en su conjunto “justo y aceptable” comparada con la política de exterminio practicada por los anglosajon­es: “La amistad y preocupaci­ón de los españoles aseguró la pervivenci­a de la raza”.

Es probable que en las manifestac­iones recientes contra los símbolos de la colonizaci­ón española hayan participad­o grupos radicales de tribus indígenas, pero porque creen auténtica una versión sesgada de la historia que solo tiene en cuenta los elementos negativos de la colonizaci­ón española –y obviamente los hubo-, sin mencionar los elementos positivos que fueron muchos y aún perduran en el sudoeste de Estados Unidos.

¿Como podría concebirse el modo de vida de los indios apaches y comanches si no se hubieran aprovechad­o de la llegada del caballo y se hubieran convertido en expertos jinetes? ¿Cómo hubieran podido sobrevivir los navajos en las

¿Como concebir la vida comanches

y apaches sin los caballos que trajeron los españoles?

altas montañas sin utilizar la lana de las ovejas que trajeron los españoles? ¿De dónde aprendiero­n los pobladores del valle del Río Grande el sistema de irrigación con acequias que los españoles habían aprendido a su vez de los árabes? Todo lo relativo a la ganadería y a las técnicas de equitación que entroncan directamen­te con la tradición hispana se han convertido en señas de identidad del Oeste americano.

Como diría Lampedusa a través de su personaje del Gatopardo, “algo tiene que cambiar para que nada cambie”. Recienteme­nte en Puerto Rico (11 de julio) se ha repetido la argucia de que se disfracen de indios quienes –despojándo­se momentánea­mente de sus chaquetas o guayaberas– han adoptado atuendos de indios taínos y desfilado por las calles del viejo San Juan protestand­o contra los monumentos conmemorat­ivos de Cristóbal Colón o de Juan Ponce de León en esa bella ciudad del Caribe.

Como ocurrió como en el Tea Party de Boston hace dos siglos y medio.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain