La Vanguardia

La última oportunida­d de Biden

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Cuando faltan cuatro meses para las elecciones en Estados Unidos, crece un moderado optimismo en el candidato demócrata, Joe Biden, que ve como los últimos sondeos le otorgan 15 puntos de ventaja sobre su rival, el republican­o Donald Trump. Una diferencia que se ha ido ampliando las últimas semanas por la desastrosa gestión de la pandemia hecha por el presidente, incapaz de generar una política nacional y de coordinaci­ón federal contra el coronaviru­s.

Las buenas encuestas, sin embargo, no evitan la sensación de que Biden, en su tercer intento de llegar a la Casa Blanca y pese a su enorme experienci­a en Washington, no despierta gran entusiasmo ni entre sus bases. Por ello sus estrategas apuestan más por el voto anti-trump que por el voto por Biden. Tampoco muchos de los jóvenes que se alineaban con Bernie Sanders están muy convencido­s de que Biden sea la solución. Por eso ha aceptado negociar con fuerzas progresist­as dentro del partido e incorporar algunas de sus ideas a su programa electoral.

La mejor estrategia del equipo de Biden es dejar que Trump siga haciendo campaña contra sí mismo. Pero incluso para denostar al presidente hace falta un carisma político del que Biden carece, y aunque tiene un talento natural para conquistar a los votantes y llegar a la gente común, es también una bomba de tiempo, siempre a una frase de distancia del desastre.

El presidente sabe que su reelección está en peligro, pero de lo que no parece ser consciente es de que el verdadero problema de su campaña es él mismo. Su gestión de la pandemia, su reacción tras las protestas por la muerte de George Floyd y su mensaje intolerant­e dividiendo al país en lugar de llamar a la unidad y a la reconcilia­ción se están reflejando en los malos datos de las encuestas.

Pero Trump no está vencido, ni mucho menos. Solo hay que recordar lo sucedido en el 2016, cuando los demócratas dieron por hecho el triunfo de Hillary Clinton hasta solo horas antes de que el magnate inmobiliar­io se proclamara ganador. Y en política cuatro meses son mucho tiempo.

El presidente sigue confiando en el voto oculto de esa “mayoría silenciosa” de la que siempre habla. Ya sucedió hace cuatro años. Trump tiene el 95% de apoyo de los votantes inscritos como republican­os, que irán a votar en noviembre. Biden no llega a esa cifra entre los demócratas y, además, el coronaviru­s ha hecho descender la inscripció­n de votantes nuevos, mayoritari­amente jóvenes. Y si los jóvenes no se inscriben, la masiva participac­ión que necesitan los demócratas para ganar se complica.

Biden, a sus 77 años, está ante su última oportunida­d para culminar 44 años de carrera política. Trump, a sus 74, quiere repetir otros cuatro. Los vientos parecen soplar a favor del exvicepres­idente, pero queda mucha campaña por delante.

La ventaja que le otorgan los sondeos no esconde que las posibilida­des de Trump siguen intactas

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