¿Cómo mejorar el trato a pacientes agitados ?
Alrededor de un 1,5% de los pacientes que llegan a urgencias experimentan un episodio de agitación. Suelen ser personas que sufren una descompensación por alguna enfermedad mental o intoxicación por drogas. Si ese estado alcanza un nivel crítico, la persona puede ser una amenaza para ella misma y el personal del hospital, puesto que puede autolesionarse o hacer daño a otros.
Para evitar ese riesgo, en entre un 20% y un 40% de los casos se acaban usando contenciones mecánicas, una medida polémica a la que se oponen asociaciones de derechos humanos y de salud mental, y que conlleva riesgos elevados de trombosis, arritmias letales y, sobre todo, secuelas psicológicas, que aumentan con el tiempo que dure la contención.
Hasta el momento, el personal sanitario del hospital es el que toma decisiones sobre la gestión de los pacientes agitados en función de observaciones subjetivas.
“Apostamos también por una supervisión continua de parámetros fisiológicos que nos den información en tiempo real sobre el estado del paciente para poder tomar una mejor decisión clínica de cuándo es el momento óptimo de acabar la contención”, explica Javier Pérez Acebo, de la Corporació Sanitaria Parc Taulí, en la ciudad de Sabadell.
Este enfermero, junto con Xavier Labad, psiquiatra, y un equipo multidisciplinar formado por Àlex Duran, psicólogo; Eduard Soler, responsable de transferencia del Institut d’investigació i Innovacióparctaulí (I3PT), y en convenio con el Centro Tecnológico Eurecat, han ideado the Safety Hug ,un dispositivo que monitoriza parámetros fisiológicos del paciente, con el que “queremos acortar los tiempos, aumentar su seguridad y que todo quede registrado en la historia clínica de esa persona, para que no haya espacios en negro y pasen cosas graves, como ha ocurrido en otros hospitales”, afirma Pérez Acebo.