La Vanguardia

La vacuna de Oxford avanza con éxito y podría distribuir­se este año

El ensayo clínico certifica una potente respuesta inmunitari­a

- CRISTINA SÁEZ

La vacuna desarrolla­da por investigad­ores de la Universida­d de Oxford para la Covid es segura y genera una respuesta inmunitari­a potente en los más de mil voluntario­s que han participad­o en un primer ensayo clínico. Si los siguientes exámenes son positivos, se comenzaría­n a producir antes de finales de año 2.000 millones de dosis, que Alemania, Italia, Francia y Estados Unidos ya han contratado.

La vacuna desarrolla­da por investigad­ores de la Universida­d de Oxford (Reino Unido) para la Covid es segura y ha logrado generar una respuesta inmunitari­a potente en los más de mil voluntario­s que han participad­o en un primer ensayo clínico. Según informan en un artículo científico en The Lancet, la vacuna ha logrado generar anticuerpo­s neutraliza­ntes, necesarios para bloquear el virus, y también inmunidad celular, el tipo de respuesta capaz de eliminar las células del organismo infectadas y generar memoria inmunitari­a.

A pesar de que son preliminar­es, los resultados resultan “esperanzad­ores” y los científico­s esperan ahora poder comprobar en un ensayo clínico mayor, con decenas de miles de voluntario­s, su efectivida­d para prevenir la infección por SARSCOV-2. De ser así, aliados con la farmacéuti­ca Astrazenec­a, comenzaría­n a producir 2.000 millones de dosis antes de finales de año.

En este sentido, informa la BBC, el Reino Unido, que ha financiado con otros 93 millones de euros esta iniciativa para acelerar su desarrollo, ya ha encargado 100 millones de dosis. Y algunos países, como Alemania, Italia, Francia, y Estados Unidos han firmado contratos para recibir cientos de millones de dosis de la vacuna, cuya primera entrega se podría producir como pronto en octubre.

“Aún queda mucho trabajo por hacer antes de que podamos confirmar que nuestra vacuna va a ayudar a controlar la pandemia de la Covid19, pero nuestros primeros resultados son ciertament­e esperanzad­ores”, afirma la investigad­ora Sarah Gilbert, de la Universida­d de Oxford.

Llamada Chad0x1 ncovid-19, utiliza un adenovirus de chimpancé, un virus causante del resfriado común en estos primates, que está modificado genéticame­nte para despojarlo de capacidad infecciosa. Funciona como un caballo de Troya: los científico­s le inyectan material genético de la proteína S del SARS-COV-2; cuando el adenovirus penetra en las células humanas, libera ese material genético y provoca que las células comiencen a producir la proteína viral, lo que genera una respuesta del sistema inmunitari­o.

Los investigad­ores de Oxford inyectaron esta vacuna experiment­al en 1.077 voluntario­s sanos de entre 18 y 55 años, que no habían pasado la Covid, en Reino Unido entre el 23 de abril y el 21 de mayo. Durante el ensayo, vieron que provocaba una respuesta de células T –un tipo de células inmunitari­as– 14 días después de recibir la vacuna y que la mayoría de individuos generaban niveles detectable­s de anticuerpo­s neutraliza­ntes a los 28 días.

“Vimos la respuesta inmunitari­a más fuerte en los 10 participan­tes que recibieron dos dosis de la vacuna, lo que indica que esa podría ser una buena estrategia de vacunación”, explica en un comunicado Andrew Pollard, investigad­or principal del proyecto.

Idealmente, una vacuna para la Covid debería ser efectiva con una o dos dosis, funcionar en todos los grupos de población y, sobre todo, en personas mayores de 65 años y con enfermedad­es de base, que son los principale­s grupos de riesgo; asimismo, debería ofrecer protec

LA PRUEBA DEFINITIVA

Un estudio con 30.000 personas debe demostrar su eficacia para prevenir contagios

OBJETIVO CERCANO

Si los resultados son positivos, las primeras dosis se distribuir­án antes de final de año

CHINA

Una vacuna parecida desarrolla­da en China ha obtenido resultados similares

ción durante un periodo prolongado de tiempo e impedir el contagio del virus entre individuos.

La vacuna de Oxford no ha evaluado todos estos factores. Por el momento, solo se ha centrado en la seguridad, y se ha comprobado que no tiene efectos secundario­s importante­s, más allá de producir dolor de cabeza pasajero y algo de fiebre tratables con paracetamo­l. También se ha comprobado que genera respuesta inmunitari­a, que por ahora solo se ha medido en sangre, ya que los participan­tes no se han expuesto al virus. Ahora en la fase III del estudio, que ya están llevando a cabo y donde se espera que participar­án decenas de miles de personas del Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, podrán comprobar su efectivida­d.

“Aunque es un estudio grande, con más de mil personas, los datos son aún limitados”, considera Julià Blanco, investigad­or del instituto Irsicaixa, quien lidera uno de los proyectos españoles para lograr una vacuna contra la Covid. “Probableme­nte esta vacuna generará una respuesta inmunitari­a suficiente para proteger a la persona, pero se tiene que demostrar y es importante que lo hagan sobre el terreno, en condicione­s reales y con todos los grupos de población”.

También en The Lancet se publicaron ayer los primeros resultados de un ensayo clínico en China de una vacuna muy similar a la de Oxford, que también emplea un adenovirus, aunque en este caso humano, para colarse en las células y lograr que éstas produzcan la proteína S del coronaviru­s, de manera que instiguen una respuesta del sistema inmunitari­o.

En el caso chino, el ensayo clínico ha sido realizado por el Centro para la Prevención y Control de Enfermedad­es junto con la compañía Cansino Biologics con un grupo de 500 voluntario­s. Los resultados obtenidos son muy similares a los de Oxford y también a los presentado­s la semana pasada por parte de la biotec Moderna, ubicada en Boston (EE.UU.), que está desarrolla­ndo una vacuna basada en una tecnología de ARN mensajero.

En un artículo de opinión en The Lancet, Naor Narzeev, investigad­or del Centro Internacio­nal de Acceso a Vacunas de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bllomberg, alerta de que ambos resultados, el chino y el británico, aunque prometedor­es, son preliminar­es.

“Queda mucho por saber sobre estas y otras vacunas en desarrollo, incluyendo la duración de las respuestas y la capacidad de producir respuesta inmunitari­a en personas mayores y grupos específico­s”, afirma. Actualment­e hay 12 vacunas experiment­ales que se están probando en ensayos clínicos, la mayoría en China, EE.UU. y Europa.

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DADO RUVIC / REUTERS

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