La vacuna de Oxford avanza con éxito y podría distribuirse este año
El ensayo clínico certifica una potente respuesta inmunitaria
La vacuna desarrollada por investigadores de la Universidad de Oxford para la Covid es segura y genera una respuesta inmunitaria potente en los más de mil voluntarios que han participado en un primer ensayo clínico. Si los siguientes exámenes son positivos, se comenzarían a producir antes de finales de año 2.000 millones de dosis, que Alemania, Italia, Francia y Estados Unidos ya han contratado.
La vacuna desarrollada por investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) para la Covid es segura y ha logrado generar una respuesta inmunitaria potente en los más de mil voluntarios que han participado en un primer ensayo clínico. Según informan en un artículo científico en The Lancet, la vacuna ha logrado generar anticuerpos neutralizantes, necesarios para bloquear el virus, y también inmunidad celular, el tipo de respuesta capaz de eliminar las células del organismo infectadas y generar memoria inmunitaria.
A pesar de que son preliminares, los resultados resultan “esperanzadores” y los científicos esperan ahora poder comprobar en un ensayo clínico mayor, con decenas de miles de voluntarios, su efectividad para prevenir la infección por SARSCOV-2. De ser así, aliados con la farmacéutica Astrazeneca, comenzarían a producir 2.000 millones de dosis antes de finales de año.
En este sentido, informa la BBC, el Reino Unido, que ha financiado con otros 93 millones de euros esta iniciativa para acelerar su desarrollo, ya ha encargado 100 millones de dosis. Y algunos países, como Alemania, Italia, Francia, y Estados Unidos han firmado contratos para recibir cientos de millones de dosis de la vacuna, cuya primera entrega se podría producir como pronto en octubre.
“Aún queda mucho trabajo por hacer antes de que podamos confirmar que nuestra vacuna va a ayudar a controlar la pandemia de la Covid19, pero nuestros primeros resultados son ciertamente esperanzadores”, afirma la investigadora Sarah Gilbert, de la Universidad de Oxford.
Llamada Chad0x1 ncovid-19, utiliza un adenovirus de chimpancé, un virus causante del resfriado común en estos primates, que está modificado genéticamente para despojarlo de capacidad infecciosa. Funciona como un caballo de Troya: los científicos le inyectan material genético de la proteína S del SARS-COV-2; cuando el adenovirus penetra en las células humanas, libera ese material genético y provoca que las células comiencen a producir la proteína viral, lo que genera una respuesta del sistema inmunitario.
Los investigadores de Oxford inyectaron esta vacuna experimental en 1.077 voluntarios sanos de entre 18 y 55 años, que no habían pasado la Covid, en Reino Unido entre el 23 de abril y el 21 de mayo. Durante el ensayo, vieron que provocaba una respuesta de células T –un tipo de células inmunitarias– 14 días después de recibir la vacuna y que la mayoría de individuos generaban niveles detectables de anticuerpos neutralizantes a los 28 días.
“Vimos la respuesta inmunitaria más fuerte en los 10 participantes que recibieron dos dosis de la vacuna, lo que indica que esa podría ser una buena estrategia de vacunación”, explica en un comunicado Andrew Pollard, investigador principal del proyecto.
Idealmente, una vacuna para la Covid debería ser efectiva con una o dos dosis, funcionar en todos los grupos de población y, sobre todo, en personas mayores de 65 años y con enfermedades de base, que son los principales grupos de riesgo; asimismo, debería ofrecer protec
LA PRUEBA DEFINITIVA
Un estudio con 30.000 personas debe demostrar su eficacia para prevenir contagios
OBJETIVO CERCANO
Si los resultados son positivos, las primeras dosis se distribuirán antes de final de año
CHINA
Una vacuna parecida desarrollada en China ha obtenido resultados similares
ción durante un periodo prolongado de tiempo e impedir el contagio del virus entre individuos.
La vacuna de Oxford no ha evaluado todos estos factores. Por el momento, solo se ha centrado en la seguridad, y se ha comprobado que no tiene efectos secundarios importantes, más allá de producir dolor de cabeza pasajero y algo de fiebre tratables con paracetamol. También se ha comprobado que genera respuesta inmunitaria, que por ahora solo se ha medido en sangre, ya que los participantes no se han expuesto al virus. Ahora en la fase III del estudio, que ya están llevando a cabo y donde se espera que participarán decenas de miles de personas del Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, podrán comprobar su efectividad.
“Aunque es un estudio grande, con más de mil personas, los datos son aún limitados”, considera Julià Blanco, investigador del instituto Irsicaixa, quien lidera uno de los proyectos españoles para lograr una vacuna contra la Covid. “Probablemente esta vacuna generará una respuesta inmunitaria suficiente para proteger a la persona, pero se tiene que demostrar y es importante que lo hagan sobre el terreno, en condiciones reales y con todos los grupos de población”.
También en The Lancet se publicaron ayer los primeros resultados de un ensayo clínico en China de una vacuna muy similar a la de Oxford, que también emplea un adenovirus, aunque en este caso humano, para colarse en las células y lograr que éstas produzcan la proteína S del coronavirus, de manera que instiguen una respuesta del sistema inmunitario.
En el caso chino, el ensayo clínico ha sido realizado por el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades junto con la compañía Cansino Biologics con un grupo de 500 voluntarios. Los resultados obtenidos son muy similares a los de Oxford y también a los presentados la semana pasada por parte de la biotec Moderna, ubicada en Boston (EE.UU.), que está desarrollando una vacuna basada en una tecnología de ARN mensajero.
En un artículo de opinión en The Lancet, Naor Narzeev, investigador del Centro Internacional de Acceso a Vacunas de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bllomberg, alerta de que ambos resultados, el chino y el británico, aunque prometedores, son preliminares.
“Queda mucho por saber sobre estas y otras vacunas en desarrollo, incluyendo la duración de las respuestas y la capacidad de producir respuesta inmunitaria en personas mayores y grupos específicos”, afirma. Actualmente hay 12 vacunas experimentales que se están probando en ensayos clínicos, la mayoría en China, EE.UU. y Europa.