La Vanguardia

“Un residente no puede competir con un turista por un piso

El alcalde de Palma, José Hila, considera que, sin renunciar en absoluto a la que es una de las fuentes de ingresos de su ciudad, ha llegado el momento de revisar el modelo turístico

- NEKANE DOMBLÁS

Desde la ventana de su despacho se ven dos hoteles de lujo cerrados en pleno mes de julio. El alcalde de Palma, José Hila, defiende una ciudad con turistas, pero con cierta regulación. Ahora le toca gestionar la Palma post-covid.

Algunos medios ingleses señalaron hace años que Palma era la mejor ciudad del mundo para vivir. ¿Sigue siéndolo?

Yo creo que sí, porque no hemos parado de crecer en habitantes. En 20 años hemos pasado de 320.000 a 450.000 habitantes. Es una ciudad con las distancias a escala humana, bonita, disfruta de un clima agradable y tiene calidad de vida. Quien viene a vivir una temporada se queda.

Ahora vemos una Palma sin turistas que permite a los residentes disfrutar de la ciudad. ¿Esto es bueno o malo?

Malo. Hay que comer y para comer necesitamo­s turistas, pero lo que no podemos es volver a batir récords de turistas cada año como ha pasado hasta ahora. Hay que encontrar un punto medio porque ahora mismo la situación económica es muy mala para todos.

¿Pero hay que tomar medidas para evitar que Palma vuelva a estar saturada de turistas?

Ya hemos empezado a tomarlas y hace dos años prohibimos el alquiler vacacional en pisos y pusimos techo turístico a la ciudad. Con la nueva regulación que hemos aprobado, resulta muy complicado abrir un hotel. También hemos empezado a trabajar con los cruceros para poder cambiar el modelo de los que llegan: no hace falta que lleguen cruceros con 6.000 personas que desembarca­n de golpe y abarrotan puntos de la ciudad. Igual basta que sean de 3.000. El sector de los cruceros lo está pasado ahora mal y creo que ese proceso de regulación llegará ahora de manera natural.

¿La pandemia ha sido buena para esa autorregul­ación?

Las crisis económicas siempre han servido para eliminar los excesos. Creo que no se repetirán y por eso en Palma queremos aprovechar esta circunstan­cias para poner bases que eliminen los excesos en el futuro. Si regulamos el turismo de cruceros y en la Platja de Palma se elimina el turismo de borrachera, habremos dado una vuelta al modelo porque nuestra apuesta es un turismo sostenible.

Con enormes bolsas de pobreza en la ciudad, ¿qué opina de que Pedro Sánchez no les permita usar el dinero ahorrado estos años?

Es un error no permitirno­s usar los remanentes. Solo del año pasado tenemos 35 millones que no podemos gastar y con ese dinero podríamos mantener unos servicios públicos reforzados y rescatar la Empresa Municipal de Transporte­s, que ha perdido mucho dinero estos meses. Ahora es cuando necesitamo­s disponer de ese dinero y espero que en breve nos digan que sí, que podremos usarlo.

Palma es una de las ciudades con el precio de la vivienda más alto. ¿Qué se puede hacer?

A corto plazo, ya hemos tomado la decisión porque un residente no debe competir con un turista por un piso y por eso hemos prohibido el alquiler vacacional. Igual que ocurre con la sanidad y la educación, la vivienda debe ser una política pública. Con un 1% no somos nadie en el mercado, pero si tuviéramos un 10% ya podríamos comenzar a competir en precio. Regular el precio de nuestras viviendas afectaría también al precio de la oferta privada.

¿La apuesta es hacer más vivienda pública?

Sí, necesitamo­s construir vivienda pública todas las legislatur­as; es lo que estamos haciendo y ahora comenzará a verse. El nuevo plan general también busca que haya suelo y la obligación de que una parte de los pisos se destine a vivienda pública. Aquí, en otras épocas, se ha llegado a vender suelo público para hacer hoteles de lujo. Desde luego así no lo conseguire­mos.

El plan general establece recortes en el crecimient­o urbano. ¿No hará que suba el precio de los pisos?

No, porque los suelos que se eliminan eran para hacer chalets y eso no afectará al precio de la vivienda para la clases media o trabajador­a.

Durante la pandemia hemos visto a los ciudadanos tomar una ciudad libre de coches. ¿No habría que plantearse que todo el centro sea una zona peatonal?

Vamos hacia ello. La red de carriles bici llegará a 100 km, se ha abierto un aparcamien­to de bicicletas en la plaza Major y se ha apostado por peatonaliz­ar calles y el 90% de la ciudad será a partir de ahora zona 30, algo que pasa en muy pocas ciudades. La gente empieza a entender que el coche no puede ser el dueño de la ciudad.

Otro fenómeno que se ha visto es que se han recuperado espacios privilegia­dos de la ciudad cedidos durante años a los turistas. ¿Hay que hacer algo para recuperarl­os?

Durante la Covid, creo que la gente ha disfrutado de su barrio y eso me parece importante porque también es la ciudad que queremos, la de los barrios. Es verdad que, en el caso del centro, el residente había cedido demasiado espacio al turista, pero creo que eso se moderará con la regulación de los cruceros. También hay que intentar que deje de existir esa división entre turistas y residentes porque, por mucho que diversifiq­uemos la economía, seguiremos viviendo del turismo.

CAMBIO DE TENDENCIA

“No podemos volver a batir récords de turistas cada año como ha pasado hasta ahora”

DESEMBARCO

“No hace falta que lleguen cruceros con seis mil personas”

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NEKANE DOMBLAS El alcalde de Palma afronta un verano especialme­nte complicado para su ciudad y las Baleares en general

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