Desplazados en Australia
Si hablamos de inmigración, nuestra mente proyecta imágenes de las pateras del Estrecho, la crisis de refugiados del Mediterráneo o la peligrosa travesía de México a Estados Unidos. Pero existen otras realidades, más desconocidas y lejanas, aunque igual de perturbadoras, como la de Desplazados. Esta miniserie basada en hechos reales se ambienta en los centros de detención a los que se envía, en teoría temporalmente, a los refugiados que llegan a Australia en busca de asilo.
La ficción está impulsada por la actriz australiana Cate Blanchett, embajadora de buena voluntad de la ONU para los refugiados desde el 2016. La oscarizada actriz es coautora y coproductora de la serie y se reservó un pequeño papel que ha servido como carta de presentación internacional. Se estrenó el marzo pasado en la cadena ABC australiana y ahora está disponible en Netflix. En seis capítulos se sigue la historia de dos personas recluidas en estos centros de detención, aunque por razones bien distintas.
Por un lado está Sofie, interpretada por la australiana Yvonne Strahovski (El cuento de la criada), una azafata aérea que huye de una familia asfixiante y de los efectos psicológicos que le provocan el paso por una secta liderada precisamente por el personaje de Cate Blanchett. En su huida, Sofie adopta una identidad falsa y, tras ser detenida y trasladada a uno de estos centros, fingirá ser alemana para que la deporten a Europa. El caso de Sofie está basado en la historia real de Cornelia Rau, una mujer australiana-alemana con trastornos mentales y víctima también de la mala influencia de una secta, que despareció de un hospital en el 2004. Tras negarse a revelar su identidad real a la policía y los funcionarios de inmigración, la mala praxis y un sistema deficiente la llevaron seis meses a prisión y luego cuatro meses más a un centro de detención, como presunta inmigrante ilegal, hasta que la descubrieron.
El otro drama es el de Ameer (interpretado por Fayssal Bazzi). Una historia ficticia aunque sin duda describe mejor la realidad de quienes acaban presos en estos centros. Ameer huye junto a su familia de los talibanes en Afganistán y será estafado por traficantes de personas.y además están las historias del otro bando: la de Cam (Jai Courtney), un guardia que empatiza con los detenidos, y la de Clare (Asher Keddie), una funcionaria que debe lidiar constantemente con las crisis de un sistema roto.
De estos cuatro protagonistas, tres son blancos australianos y solo Ameer es un refugiado real, víctima de la miseria, la desesperación y el racismo al que se enfrentan los inmigrantes como él en medio mundo. Porque la historia de Sofie poco tiene que ver con el drama de los refugiados. Pero como le dice uno de los refugiados en la serie: “Tú puedes ser la voz y la cara de nuestras historias”. Y esa es probablemente la apuesta de Cate Blanchett. Ahora bien, ¿sin la historia real de Cornelia Rau hubiese visto la luz Desplazados ? En cualquier caso, es una oportunidad para recordar un drama diario en muchos lugares del mundo que no ha desaparecido aunque ahora no ocupe grandes titulares ni portadas.