La noche es de alto riesgo
El president Quim Torra advierte que se está estudiando cerrar el ocio nocturno en toda Catalunya
El ocio nocturno se ha convertido en el mayor foco de expansión del coronavirus en esta segunda fase de transmisión de Covid en diversos territorios del país. Varios de los brotes detectados en las últimas semanas están relacionados con fiestas celebradas por la noche en recintos cerrados en los que se congregó mucha gente.
Ocurrió en Córdoba, donde ya hay cerca de un centenar de positivos confirmados con pruebas PCR entre los asistentes a un local nocturno la noche del 10 al 11 de julio. Es el brote más grande de Andalucía.
La Generalitat valenciana ordenó el pasado fin de semana el cese de toda actividad de ocio nocturno en Gandía, donde se han detectado otros 84 positivos originados en una discoteca. Han sucedido casos similares en Peñíscola, Benidorm y Santa Pola. La región de Murcia también ha decretado restricciones en los locales interiores, y Aragón centra la prevención en el ámbito lúdico.
El último en plantear la posibilidad de fijar un horario de cierre para los locales de ocio y restauración es el Govern catalán. Quim Torra lo adelantó ayer en el Parlament: “Se está estudiando la posibilidad de cerrar el ocio nocturno en toda Catalunya; pienso que es importante porque tenemos un problema con los jóvenes con la Covid y las prevenciones”, dijo el president.
La respuesta de las patronales del sector no se hizo esperar. Lamentaron que se les “estigmatice” y tacharon de “indiscriminado” que se señale al sector como uno de los principales focos de los rebrotes. Además, pidieron un plan de rescate para evitar el sacrificio de las empresas y alertaron que el cierre podría suponer “un golpe letal y definitivo”.
Pero, ¿es razonable la medida que ya han ordenado algunas localidades y que otros territorios se plantean implantar? Los datos y las evidencias científicas indican que sí. Más allá de los hechos consumados que vinculan los brotes más preocupantes de los últimos días a celebraciones nocturnas, lo cierto es que casi todos los motivos que inducen a las personas a acudir a un pub o una discoteca constituyen hoy en día un factor de riesgo de contagio de SARS-COV-2: la atmósfera lúdica, las multitudes, las ansias de socializarse, la música alta y la desinhibición que provoca el consumo de alcohol. Un cóctel explosivo que convierte a estos recintos en el lugar ideal para contagios del virus.
Gran parte de estos locales están diseñados para reunir a mucha gente en poco espacio. Hay rincones oscuros, pasillos estrechos y mala o nula ventilación. Cuando el aire no circula convenientemente las partículas en suspensión se quedan flotando en aire, lo que supone un peligro de transmisión del virus en zonas como los lavabos. Suelen ser espacios pequeños, sin ventanas y donde se pueden tocar superficies potencialmente contaminadas. Además, son lugares donde se forman colas en las que los clientes están muy cerca los unos de los otros, a veces durante varios minutos.
Y es que el tiempo que pasamos en el local interior es clave. No es solo entrar en contacto con el virus, sino hacerlo de forma prolongada. Cuanto más tiempo, más riesgo. Cuanto más alta esté la música, más nos acercaremos a nuestro interlocutor, más gritaremos y más micropartículas expulsaremos. Al virus le gustan las largas conversaciones en distancias muy cortas. No conviene ponérselo tan fácil.
REBROTES
Murcia y la Comunitat Valenciana ya han ordenado restricciones en locales lúdicos
LUGARES
Los lavabos son focos de contagio: pequeños, mal ventilados y muy concurridos