El zoo, el anillo olímpico y el Fòrum abren, pero el Tibidabo no
El Departament de Salut finalmente accedió ayer a la petición del Ayuntamiento de Barcelona para que el zoo, el anillo olímpico y el recinto del Fòrum puedan volver a abrir, aunque, eso sí, asumiendo la responsabilidad última el Consistorio, como pasó con la autorización del Grec. Por el contrario, denegó la reapertura del parque de atracciones del Tibidabo que, si no mejoran mucho los datos de la pandemia, por lo pronto parece que tendrá complicado volver a abrir, según apuntaron ayer fuentes de la Generalitat a La Vanguardia.
La decisión de las reaperturas se tomó en el seno del Procicat a media tarde –se dan por buenos los informes presentados por el Ayuntamiento– pero no se comunicó hasta última hora, tras la validación de la Conselleria de Salut que, en esta crisis, es la que está teniendo la última palabra en casi todo y no está destacando por su agilidad a la hora de tomar decisiones. En el caso de los espacios municipales, antes de dar la luz verde se quería asegurar que el Ayuntamiento será el responsable de las instalaciones y de su buen funcionamiento más allá de que se hayan mandado certificaciones independientes que suscriben que se han tomado todas las medidas de seguridad habidas y por haber.
Aunque el gobierno municipal mandó a principios de semana toda la documentación referente al zoo (donde se han seguido haciendo casals de forma autorizada), la Anella Olímpica (con conciertos del Cruïlla XXS), el Fòrum y el Tibidabo, su posible excepcionalidad ya se abordó en el marco de la reunión que los alcaldes metropolitanos mantuvieron con el president Quim Torra el sábado. Se pidió que los cuatro espacios fueran considerados “recintos abiertos”
En un primer momento, la respuesta a esta y a las otras peticiones de los ayuntamientos metropolitanos se tenía que haber dado el pasado domingo en el marco de un nuevo Procicat metropolitano que no ha ido a más (ha pasado a ser un consejo asesor, por ahora, con escasa relevancia). Tras varios días de silencio por parte de la Generalitat, ayer por la tarde, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, lamentó “la falta de agilidad del Procicat para dar respuesta a las peticiones de autorización”. El edil explicó que el cierre de los cuatro espacios municipales podría provocar que el Ayuntamiento presente un ERTE que afectaría a unos 300 empleados de BSM y del parque de atracciones. Tras la decisión de la Generalitat de dejar abrir zoo, anillo y Fòrum, se esperaba poder sacar del expediente a una setentena de trabajadores.
El Ayuntamiento volvió a pedir la reapertura del parque.