La Vanguardia

Un cañón llamado Ansu Fati

- Àlex Delmàs

Es el segundo debutante más joven de la historia del FC Barcelona y el goleador más precoz de la Champions League. Podríamos decir que las circunstan­cias favorecier­on a Ansu Fati cuando, el 25 de agosto del año pasado, Valverde lo hizo debutar ante el Betis. Pero hay pocas casualidad­es en el deporte de élite. Estamos ante un futbolista que, con tan solo 17 años, ya se ha convertido en un elemento diferencia­l.

ESCUELA BARÇA CON VIRTUDES

EXTERNAS. El canterano tiene multitud de puntos positivos pero, de entre todos ellos, el más valioso es el de aglutinar todas las virtudes propias del futbol vertical (velocidad, habilidad y potencia) con el juego de la escuela Barça. Y lo mejor de todo, las pone en práctica en función de lo que es necesario. Sabe diferencia­r qué toca en cada contexto, cuándo tiene que quedarse el balón o cuándo descargar. Eso explica que su índice de fiabilidad de pase sea más propio de un centrocamp­ista que de un delantero (86%).

LOS DOS CARRILES Y LA CONVIVENCI­A CON EL LATERAL. Dada su alta comprensió­n del juego, se complement­a a la perfección con cualquier lateral. Ya sea de vocación ofensiva o conservado­ra. Y no se deja invadir su zona cuando convive con alguien de tanto potencial como Jordi Alba. Aspecto importante porque, un extremo izquierdo del Barça tiene que liberar el carril en ocasiones pero pierde su fuelle si deja de jugar abierto. Y Ansu Fati abre más que libera. Algo que ya demostró en su primer partido como titular ante el Valencia. De sus 64 intervenci­ones, 40 fueron exteriores y 24 interiores. Variado pero sin perder de vista el principal objetivo, el desequilib­rio de banda. No es que no se encuentre cómodo por dentro (todo lo contario) sino que conoce los mecanismos necesarios para que el 4-3-3 fluya mejor.

AMPLITUD, ESPACIOS Y DESEQUILIB­RIO. Que cuando Fati está en el campo, el juego es más dinámico no es tan solo una sensación. Su gran lectura posicional provoca un efecto dominó tan constatabl­e como necesario. Y es que en un equipo que tiene por objetivo dominar en base a la combinació­n, es imprescind­ible el concepto de la amplitud. Una amplitud que, a día de hoy, él descifra como nadie más en el Barça. Fijar rivales por fuera conlleva más espacios en la zona central. Y además aporta desequilib­rio individual. Un hecho que quedó confirmado en el segundo partido como jugador del primer equipo, ante el Osasuna. Con su entrada en el segundo tiempo, el equipo pasó a ser más ancho y activo. De los siete intentos de regate de la primera mitad, se pasó a los trece de la segunda.

GOL, REMATE Y POTENCIAL AÉREO.

El remate es otra de sus fortalezas. No duda en emplearlo y su abanico rematador es tan variado como certero. Promedia 1,3 disparos por encuentro de los que únicamente el 38% no cogen portería. Un hecho que puede sorprender a quienes no le hayan seguido en el fútbol base es su poderío por arriba. Bate bien y es un gran rematador. Un factor que propició su primer tanto como jugador del primer equipo en El Sadar con un remate impecable. Mención destacada para su relación con el gol. Solo al alcance de los privilegia­dos. Con la portería siempre en la cabeza, sus números son de goleador de primer nivel. Aún y partir desde la banda, siempre llega al área cuando la jugada entra en su última fase. Ha acabado la Liga firmando un gol cada 146 minutos en lo que es un registro superior, por ejemplo, al de Griezmann, Vinícius o Iago Aspas.

PERSONALID­AD DE FUTBOLISTA.

Un rasgo imprescind­ible para entender su rendimient­o es su carácter. Ansu es tan humilde y trabajador como ganador. Lejos de empequeñec­erse ante la oportunida­d, se ha hecho grande incluso ante la adversidad. Como ante la derrota ante el Osasuna en la que, ante circunstan­cias desfavorab­les, no se escondió. Quiere ser parte importante del futuro.

QUÍMICA CON MESSI. La sintonía con Messi es muy palpable. Un hecho que no solo responde a una posible afinidad personal sino a un factor futbolísti­co porque Fati explota justo aquel movimiento que más beneficios proporcion­a a a Messi: la ruptura lejana. El primer día que coincidier­on como titulares (Barça-valladolid) se relacionar­on ocho veces entre sí (la que más entre delanteros) aun y estar en polos opuestos, algo que se ha mantenido toda la temporada. Ante el Alavés, tres pases de uno al otro. Todos ellos, en enlaces de peligro.

¿EL NUEVE DEL FUTURO? Pero lo que desconoce la gente es que Ansu Fati no ha sido extremo hasta hace apenas año y medio. Es tan sumamente bueno que se ha convertido en un elemento diferencia­l en la banda pero reúne todos los ingredient­es necesarios para ser un punta de lanza. Puede ser nueve o, mejor aún, falso nueve. Y ahí es donde creo que se puede ver la mejor versión del joven jugador azulgrana. Es más, y aunque pueda parecer demasiado atrevido, creo que es la posición donde todavía puede jugar mejor. El futuro marcará su camino pero es probable que estemos ante el nueve del futuro

Hay jugadores con estrella propia y él no para de romper muros. Pocas irrupcione­s tan descomunal­es como la suya en los últimos años. El fútbol es imprevisib­le pero, con Ansu Fati, el margen de error es muy reducido.

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ÀLEX GARCIA Con solo 17 años, Ansu Fati se ha hecho un sitio en el primer equipo del Futbol Club Barcelona
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