Un ejército de informadores se despliega contra la Covid
Barcelona aumenta la presencia de agentes cívicos e informadores en las calles para velar por el cumplimiento de las recomendaciones
La obligación de llevar la mascarilla puesta en la calle ha sido repetida machaconamente. Aun así, no hay más que darse una vuelta por la ciudad para ver que el cumplimiento es generalizado, pero no total. Para tratar de convencer con palabras amables y de buenas maneras a los que incumplen las consignas sanitarias, el Ayuntamiento de Barcelona ha ampliado hasta 230 los agentes cívicos e informadores presentes en las calles de la ciudad.
El aumento de efectivos se centra especialmente en los barrios donde más casos positivos se están dando en las últimas semanas. El foco de actuación se pone en los lugares donde se reúne la gente joven y en aquellos entornos donde se producen encuentros informales y se relajan las medidas de seguridad, que es el motivo del repunte de contagios en la ciudad, según el análisis diario que realiza la Agència de Salut Pública de Barcelona.
La misión de los agentes cívicos es que nadie pueda decir que no lo sabía. Recuerdan la obligatoriedad de llevar la mascarilla no solo puesta, sino bien ajustada, sin la nariz asomando, por muy pegajoso que sea este calor . También se encargan de velar por el cumplimiento de las distancias interpersonales para minimizar los contagios y frenar la propagación de la Covid-19.
A los 230 trabajadores se les puede encontrar en los distritos donde el Ayuntamiento ha considerado necesario reforzar los mensajes de prevención y las recomendaciones sanitarias, que al fin y al cabo abarcan más de media ciudad: Ciutat Vella, Santsmontjuic, Eixample, Horta-guiunidad nardó, Nou Barris y Sant Andreu. La actuación está coordinada con el programa municipal que se lleva aplicando desde el inicio de la desescalada. Todos los trabajadores se mueven en grupos estancos en los barrios que les han sido asignados para reducir los riesgos si alguno de ellos diese positivo por coronavirus.
Entre los profesionales que recorren las calles se han incorporado mediadores para facilitar la comunicación con vecinos que no entienden ni el catalán ni el castellano, así como para actuar en lugares donde las buenas palabras sean en el idioma que sean no son bien recibidas y requieren un esfuerzo extra de acercamiento.
Uno de esos puntos calientes son las playas. Aquí, además de informadores, agentes cívicos y mediadores, es habitual la presencia policial con agentes de la
de playas de la Guardia Urbana cerca de los controladores de acceso. Cada día tienen que lidiar con más de un pillo que intenta colarse sin respetar los límites marcados para garantizar que se mantiene la distancia de un metro y medio entre las unidades familiares o grupos de amigos que acuden a remojarse y tomar el sol. Además, desde esta semana el aforo se ha reducido un 15% más en todo el litoral metropolitano y los arenales barceloneses han quedado con una capacidad máxima para 32.000 personas en su conjunto, si bien los bañistas se acostumbran a concentrar en las que tienen mayores facilidades de acceso y transporte público. En las del Bogatell y la Nova Icària fue necesario limitar puntualmente el acceso, mientras que las más alejadas del centro quedaron por debajo de los límites establecidos durante todo el sábado.
Los controles de aforo han ido acompañados de un nuevo refuerzo de los sistemas de información a partir de videosensores que reportan información sobre el nivel de ocupación en las páginas web del Ayuntamiento y del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB). Es un nuevo elemento que tener en cuenta. Igual que antes se consultaba el estado del mar y si había bandera roja no iba a la playa, este verano piden a los bañistas que tengan también en cuenta el color de los muñequitos. Si aparecen rojos, mejor busquen otra alternativa.
Los límites de aforo se han acordado a nivel metropolitano para evitar un éxodo de barceloneses a las ciudades mas cercanas como Badalona, El Prat, Viladecans, Gavà y Castelldefels. En Gavà fue donde mayores problemas se dieron ayer, alcanzando la plena ocupación durante todo el día. Por eso, las administraciones insisten en que antes de desplazarse, consulten las aplicaciones o los portales correspondientes.
POR TODA LA CIUDAD
El foco de atención se pone en la gente joven y en los puntos de encuentros informales
EN LAS PLAYAS
El acceso a los arenales está controlado para respetar los niveles máximos de ocupación