Agradable intrascendencia
Los peligros de parapetarse o ampararse detrás de un nombre que ya forma parte de l olimpo es algo consustancial al arte y la cultura. En las músicas es un fenómenos que se da constantemente, aunque también es cierto que esa consideración valorativa tiene un ingrediente subjetivo que conviene advertir. En cualquier caso, los ya para muchos legendarios Jayhawks vuelven al redil discográfico de estudio con obra original. La longeva banda de Minesota tiene tras de sí fama y respeto, y no por casualidad se la considera una de las referencias icónicas de la americana.
Lo anterior no es óbice para que no sea tampoco una minoría la que considere que prácticamente en lo que llevamos de siglo el combo de Gary Louris y compañía apenas ha hecho obra original merecedora de ser comparada con glorias pasadas desde aquel magnífico Rainy day music. Y este flamante XOXO –título de gusto discutible, al igual que una carátula de juicio sumarísimo para algunos/as– no lleva más que abundar la opinión de que a día de hoy los Jayhawks viven del pasado y sobre todo de las giras y los directos. El contexto tampoco quita que XOXO sea una obra placentera ala hora de escucharla, donde se reconoce su conocida habilidad y sensibilidad a la hora de combinar las esencias del rock con el country evolucionado. Esa coctelera donde cohabitan los Byrds y los Kinks, por ejemplo, pero donde vuelve a constatarse el poco o nulo espacio dejado a la experimentación o como mínimo a la ampliación de horizontes.