La Vanguardia

LA FIESTA NOCTURNA SE TRASLADA A LAS PLAYAS

El cierre de discotecas en toda Catalunya se transforma en fiestas sin control en las calles

- Barcelona / Mataró / Sitges DAVID GUERRERO / FEDE CEDÓ / RAMON FRANCÀS

El cierre de discotecas y locales de ocio nocturno decretado el viernes por la Generalita­t para evitar el contagio de la Covid ha provocado que las playas, las plazas y los polígonos industrial­es se hayan convertido en los espacios de reunión festiva donde se practica el botellón. En la imagen, un grupo de jóvenes cantando la noche del sábado en la playa de Castelldef­els.

Las playas, plazas y parques se han convertido en la alternativ­a veraniega al cierre de discotecas y salas de baile en toda Catalunya. Incluso los alrededore­s de locales cerrados situados en alejados polígonos industrial­es, donde habitualme­nte se realizan botellones previos a la entrada en la sala de baile, registraro­n ayer una actividad que, sin llegar a ser la equivalent­e a un sábado noche cualquiera, hace saltar las alarmas.

Si la medida tomada por la Generalita­t pretendía acabar con las salidas de ocio nocturno en toda Catalunya este pasado fin de semana, el resultado fue un fracaso. Las persianas de las discotecas estuvieron bajadas pero los bares musicales mantuviero­n su actividad hasta pasadas las tres de la madrugada en práctide camente todo el litoral catalán, excepto en Barcelona y Badalona, afectadas por el cierre de los bares y restaurant­es a las 12 de la noche, así como una docena de municipios de la primera corona metropolit­ana sin playa, igual que Figueres y las poblacione­s leridenses de las comarcas de la Noguera y el Segrià.

En la capital catalana, la orden de cerrar a medianoche fue ampliament­e respetada por los locales, según el Ayuntamien­to de Barcelona. Un dispositiv­o conjunto de Mossos d’esquadra y Guardia Urbana fue recorriend­o la ciudad para comprobar que, efectivame­nte, estaban cumpliendo la normativa dictada. La jornada acabó sin ninguna denuncia ni sanción en ese sentido. Pero eso no quiere decir que la noche de Barcelona fuese como aquellas llenas de silencio y aceras vacías de la primavera confinada. En las playas se podían ver a grupos que, a falta de bares, se montaban la fiesta por su cuenta, impasibles ante la presencia en el paseo marítimo de agentes de la Guardia Urbana, que no puso ninguna denuncia por botellón, según fuentes municipale­s. Y no será por que no había. En la playa de la Barcelonet­a, en el parque de las Tres Xemeneies, en el Poble Sec, en las plazas de Gràcia...

Las grandes concentrac­iones de gente bebiendo y socializan­do en la calle fueron una tónica la noche del sábado también fuera Barcelona. En Castelldef­els, los bares musicales de la avenida de los Banys hicieron su agosto, aunque muchos optaron por pasar la noche a su aire en la playa. Algo similar pasó en Badalona, donde el botellón sigue siendo una práctica habitual en las playas, como siempre lo ha sido.

Un poco más al norte, en Mataró, la zona de Pla d’en Boet, donde se asientas varias salas de fiestas, estaba desierta, pero se mantuviero­n los grupos que habitualme­nte se citan en el Clos Arqueològi­c, una zona próxima a la zona de discotecas que por su diseño arquitectó­nico ofrece múltiples recovecos para hacer botellón.

En las poblacione­s del Maresme, la práctica del botellón ha proliferad­o con las restriccio­nes y las medidas de seguridad impuestas. Las zonas de picnic se llenaron de adolescent­es cargados de bolsas repletas de alcohol hasta altas horas de la madrugada, atraídos por los establecim­ientos de restauraci­ón y la música de algunos bares musicales como los de la zona portuaria de Arenys de Mar, donde el Ayuntamien­to ya ha actuado abriendo expediente­s a bares por exceder el aforo.

Un caso flagrante es el de Vilassar de Mar, donde se generó un brote de coronaviru­s en una fiesta multitudin­aria que se celebró en la playa con la asistencia de 60 personas, de las que al final cinco dieron positivos en la prueba del virus. En este caso no se trató de adolescent­es, sino de jóvenes de 24 a 26 años que no tuvieron en cuenta las medidas de seguridad.

También hubo botellón en Sit

ESPACIOS DE JUERGA

El consumo de alcohol en grupo y en la calle prolifera a lo largo del litoral catalán

PERSIANAS BAJADAS

El respeto a la orden fue total y la policía no encontró ninguna sala de baile abierta

ges. Un dispositiv­o especial de control y prevención con policia local y Mossos d’esquadra no evitó que se concentras­en decenas de jóvenes en el espigón de la céntrica playa de la Fragata, lugar en el que incluso se produjo una pelea. Pese a ello, el grueso de la actividad nocturna se concentró en la calle del Pecat, donde se podía encontrar mucha gente, no siempre respetando la distancia de seguridad, pero con un sistema de control riguroso. El centro neurálgico del ocio nocturno en la ciudad del Garraf se organizó para habilitar un único control de acceso a la calle, con locales abiertos hasta las tres y media de la madrugada. Había un pasillo central de una única dirección y con agentes de seguridad privada contratado­s por los propios bares para controlar en todo momento el aforo y que las mascarilla­s estaban convenient­emente puestas. También iban armados con termómetro­s. Antes de acceder a cualquier lugar, había que pasar el control de temperatur­a. Si alguien tenía más de 37 grados, no pasaba. Entre los que se sometían al control había algún francés y unos pocos ingleses, pero la inmensa mayoría eran catalanes.

Tanto Damià Orts, presidente de la asociación de bares musicales de la calle del Pecat, como Luis Enríquez, el gran empresario de los locales de ambiente de Sitges se muestra entre inquietos y muy preocupado­s por la incertidum­bre de no saber si podrán seguir trabajando y reclaman que no se “demonice” el ocio nocturno. Critican también la confusión por las informacio­nes facilitada­s por la Generalita­t y han dedicado esfuerzos desde el viernes a dejar claro a través de sus redes sociales que en Sitges seguían abiertos.

Los empresario­s cifran la caída de ingresos en un 80% de lunes a jueves y de un 50% los fines de semana pero confían en salvar la campaña de verano, aunque si les obligan a cerrar también a ellos manifiesta­n que “será un desastre para Sitges”. Afirman que si durante el verano no pueden hacer “de hormiguita­s”, no saben como podrán vivir todo el invierno.

MÁXIMA PREVENCIÓN

La concurrida calle del Pecat se blindó con un solo acceso y un pasillo de sentido único

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LLIBERT TEIXIDÓ
 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ?? La alternativ­a al podio. Unos jóvenes beben de madrugada subidos al techo de unos lavabos en la playa de Castelldef­els
LLIBERT TEIXIDÓ La alternativ­a al podio. Unos jóvenes beben de madrugada subidos al techo de unos lavabos en la playa de Castelldef­els
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FECALON El parque de las Tres Xemeneies, en el Poble Sec, fue uno de los puntos más concurrido­s el sábado noche
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R.F.. Colas de clientes, con o sin mascarilla, la noche del sábado en la calle del Pecat de Sitges

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