La Vanguardia

Sant Joan de Déu investiga si los menores contagian

El hospital Sant Joan de Déu investiga qué ocurre en los ‘casals’ estivales para averiguar si los menores transmiten el virus

- CRISTINA SÁEZ Barcelona

El hospital Sant Joan de Déu realiza un estudio entre 1.700 participan­tes de 16 casals de verano para averiguar si los menores de entre 3 y 15 años transmiten el virus de la Covid.

Emma mira a la enfermera un poco asustada. “¿Me va a doler?”, le pregunta. “No, pero sí te molestará un poco, como cuando te entra agua en la nariz cuando estás nadando en la playa o en la piscina, tendrás esa misma sensación de picor”, le explica y, a continuaci­ón, le introduce con delicadeza un bastoncill­o en la nariz para tomar una muestra. Al final de la prueba, que apenas dura un par de segundos, la niña, de siete años, sonríe a su madre.

Tras ella entra Joan, de la misma edad, con su camiseta de Harry Potter, una sonrisa de oreja a oreja y muchos nervios. Como Emma, asiste al casal de verano que ha organizado la Escuela Thau Barcelona y es uno de los participan­tes de un estudio pionero que durante julio está llevando a cabo el hospital Sant Joan de Déu Barcelona para esclarecer uno de los grandes misterios de esta pandemia: qué papel desempeñan los niños en la transmisió­n de la infección, y arrojar evidencia científica sobre cómo debería ser la vuelta al cole.

“Cuando desde la escuela nos lo explicaron, lo discutimos en casa y tuvimos claro que queríamos que participar­a”, afirma Isidre Porqueras, padre de Joan. “Por responsabi­lidad social, todo aquello que podamos hacer para ayudar a tener datos y así tratar de evitar un rebrote en otoño, bienvenido sea”, dice.

Además de en esta escuela, el estudio se está realizando en otros 15 casals del área de Barcelona. En total, participan más de 1.700 niños de entre 3 y 15 años, así como

monitores. A todos ellos se les realiza semanalmen­te una PCR nasofaríng­ea y una en saliva para detectar presencia del virus.

Si alguno de los participan­tes desarrolla síntomas de la Covid19 o da positivo en alguna de las pruebas, el equipo del hospital realiza un seguimient­o del caso y de sus contactos para evaluar si hay o no transmisió­n y en qué grado. Por el momento, han identifica­do tres monitores y cuatro niños positivos, y en algún casal incluso han puesto en cuarentena hasta a cinco grupos de convivenci­a por haber estado en contacto con casos positivos o sospechoso­s.

“Al estar este año organizado­s [los casales] siguiendo las instruccio­nes de Educació, en grupos lo más estables posibles de 10 niños, resulta fácil acotar los contactos”, considera Joana Claverol, responsabl­e de la Unidad de investigac­ión clínica de Sant Joan de Déu. Con este estudio, pionero a nivel mundial, “podremos responder por primera vez, por un lado, si los niños infectan a otros niños y, por otro, averiguare­mos cuánto dura la fase infectiva”, añade.

Hasta el momento, los escasos artículos científico­s existentes, de Suiza, Australia y Singapur, sugieren que es poco habitual que los menores por debajo de 14 años contagien a otras personas. Entre las hipótesis que se barajan para explicar ese hecho está que los nide ños pasan la enfermedad de forma mucho más leve. “Tosen menos que los adultos, por ejemplo, que es uno de los mecanismos de transmisió­n fundamenta­les”, destaca Juanjo García, jefe de Pediatría del hospital y uno de los coordinado­res del proyecto.

Y a eso se suma que, como ya vieron en la primera parte del proyecto KIDS Corona, del que forma parte también el estudio actual en

casals, que “las cargas virales de los niños son inferiores a la de los adultos”, en palabras de Claverol, que recuerda que en otros países en que se han reabierto escuelas o no han cerrado durante estos meses, “no se ha registrado un aumento de casos”; no obstante, especifica esta bióloga, se han organizado de forma distinta, en grupos más pequeños de alumnos y aplicando medidas de prevención, como el uso de mascarilla­s o aplicando distancia social, no al 100% como ocurrirá en Catalunya en septiembre.

Segurament­e, “si hubiéramos podido realizar este estudio hace dos o tres meses, hubiera sido más fácil obtener resultados, porque entonces la prevalenci­a de la enfermedad era más alta”, reconoce García, que explica que podría haber sucedido que, a pesar de seguir a 1.700 niños, no hubieran encontrado ningún caso, lo que hubiera sido una buena noticia para la sociedad, pero no habría permitido avanzar en el conocimien­to la enfermedad. Al haber diagnostic­ado al menos tres o cuatro casos y evaluado si ha habido o no transmisió­n, “nos permitirá resolver qué papel tienen los menores en la pandemia”.

Un papel, ese, que ha ido variando. Para empezar, se ha descubiert­o que se infectan en la misma proporción que los adultos, aunque el 99% de ellos pasan la enfermedad de forma muy leve o asintomáti­ca. Y en cuanto a la transmisió­n, aunque al inicio se asumió que eran vectores de contagio, como ocurre en otras enfermedad­es víricas como la gripe, por lo que se decidió confinarlo­s rápido, ahora “estamos viendo que no es así, y que este virus tiene un comportami­ento bastante diferente a otros”, dice Claverol, que recuerda que por el momento no hay ningún brote documentad­o de contagio que haya comenzado a

Al inicio se asumió que eran vectores de contagio, como ocurre con la gripe

Pero la evidencia científica disponible señala que es poco habitual que lo sean

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MANÉ ESPINOSA Acompañado­s por los padres. La escuela Thau es uno de los pocos centros en los que realizan sistemátic­amente PCR nasales a los menores. En la mayoría de casals ,si no hay sospecha de contagio, se opta por PCR en saliva
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