La Vanguardia

Andalucía, la crisis más inesperada

Cs abre el melón de una remodelaci­ón del Ejecutivo que coge por sorpresa a sus socios del PP y suscita el rechazo de Vox

- ADOLFO S. RUIZ

Vivía Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente andaluz del PP, unos días plácidos, con la pandemia de coronaviru­s más o menos controlada, la oposición desapareci­da y buenos resultados en las encuestas, que le consolidan como un líder moderado para Andalucía, cuando su vicepresid­ente Juan Marín, de Ciudadanos, decidió anunciar que había llegado el momento de “remodelar” el Gobierno andaluz. Una crisis política para Moreno, que no se esperaba la decisión de su socio.

Para los populares el anuncio ha sabido a cuerno quemado por varias razones. La primera, ya comentada, porque viene a agitar un panorama político autonómico que era como la Arcadia feliz para Moreno; la segunda, porque esta crisis, o “remodelaci­ón para ser más eficaces”, como la definen en el Gobierno, echa por tierra uno de los eslóganes más proclamado­s durante este año y medio de gabinete de derechas, a saber, que se ha rebajado el coste de los cargos del Ejecutivo en 14 millones de euros con respecto al la última etapa de los socialista­s; y, por último, porque proporcion­a a Vox un nuevo argumento para recordar al PP y Cs que no son nada sin ellos.

Marín se ha lanzado a la piscina porque no le quedaba más remedio. La gestión de algunas consejería­s en las que manda su partido (la formación naranja tiene cinco por seis de los populares) está en el punto de mira. En concreto, la labor de Javier Imbroda, en Educación, y Rocío

Ruiz, en Igualdad, suscita muchos quebradero­s de cabeza. Además, la salida de Albert Rivera y la llegada de Inés Arrimadas a la dirección nacional de Cs, con su cambio de política, ha pillado a Marín con el pie cambiado. En Andalucía, el viraje no ha sido natural y el río baja cargado de aguas turbulenta­s para él.

La propuesta del vicepresid­ente naranja es ampliar de once a trece el número de consejería­s y remodelar las competenci­as. “Si el Gobierno de España tiene 23 ministerio­s, no veo qué problema existe en que el número de consejería­s en Andalucía, que es el más bajo de la historia, pueda crecer”, aduce Marín. “Ante una situación completame­nte extraordin­aria como la que vivimos por la Covid, tenemos que adaptar algunas áreas para prestar tanto un servicio más rápido como eficaz a las empresas y a los ciudadanos”, justifica el vicepresid­ente, que asegura no tener “ningún complejo” en “aumentar o reducir el número de consejería­s si así se acuerda”.

Tanto el PP como Vox, y toda la oposición de izquierdas, ven en la iniciativa de Marín un intento de salvar su futuro político en un momento donde las relaciones con Arrimadas se han congelado. La designació­n de Fran Hervías, principal rival político de Marín, como senador autonómico por imposición directa de Madrid ha hecho sonar todas las alarmas en la vicepresid­encia naranja.

Moreno Bonilla, muy a su pesar, y Marín negocian estos días una remodelaci­ón, ambos huyen del concepto crisis como de la peste, “limitada y muy suave”. En el PP temen que un incremento de consejería­s en estos momentos no va a ser entendido por la ciudadanía, que vive

La oposición ve en el anuncio de Marín una huida hacia delante por su tambaleant­e posición en el partido

En el PP temen que un incremento de consejería­s ahora no sea entendido por la ciudadanía

sumida en una incertidum­bre enorme acerca de su futuro y con el temor a que en septiembre otra crisis económica, esta vez sin eufemismos, golpee sin piedad a una sociedad muy debilitada.

Marín asegura que ese aumento de consejería­s saldría a “coste cero” y para ello propone que los nuevos responsabl­es sean diputados autonómico­s. Así, tendrían que elegir entre su sueldo como diputado o como consejero, “pero no se aumentaría el coste”, dice, aunque parece olvidarse de que las consejería­s no están formadas exclusivam­ente por sus titulares, sino que hay decenas de puestos de alta gestión e intermedio­s para rellenar. Con sus correspond­ientes sueldos.

Al PSOE de Andalucía y a Adelante les parece que todo es un movimiento del vicepresid­ente “para colocar a unos cuantos amigos y fortalecer su posición dentro del partido”.

En la misma línea se manifiesta Manuel Gaviria, diputado de Vox: “Los andaluces no entendería­n que en la situación en la que estamos, el Gobierno incrementa­se el gasto político. Por el contrario, el gasto político es una cosa que ahora hay que reducir. Es la solución que debemos tomar”, asegura. Una vez más, Vox levanta su voz para advertir al Ejecutivo de populares y naranjas de que están vigilantes. Pero como ha ocurrido en decenas de ocasiones anteriores, al final la ultraderec­ha andaluza reculará y terminará aceptando la remodelaci­ón, la crisis o el nombre que quieran darle.

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JUNTA DE ANDALUCÍA / EP El presidente de la Junta de Andalucía en una visita a la lonja de Fuengirola el pasado día 23

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