La Vanguardia

Unas vacaciones también para Jherson

La petición de becas para las colonias de Fundesplai se dispara por los estragos de la Covid-19 entre las familias vulnerable­s

- JUAN MANUEL GARCÍA

Alicia Masias Rojas (39) y su hijo Jherson (12) residen en un minúsculo piso a escasos metros de la salida de la boca de metro de Can Vidalet, donde la empinada calle Hierbabuen­a cambia su nombre por el de Menta. Con solo poner un pie en el barrio es patente la gran diversidad cultural. Predominan las personas y los negocios de origen latinoamer­icano, aunque la mayoría de los bares están regentados por ciudadanos asiáticos. Los centros de estética y carnicería­s son campo de la comunidad pakistaní.

La población autóctona es más visible en la cercana plaza de la

Bóbila, donde numerosos grupos de jubilados, muchos originario­s del sur de España, pugnan por ocupar los bancos que les permitan respirar bajo la sombra. El calor es asfixiante en pleno mes de julio.

Todos ellos recuperan a trompicone­s el pulso de la vida tras el confinamie­nto causado por la pandemia del coronaviru­s , que ha afectado especialme­nte a las familias más vulnerable­s de las zonas populares, como esta de Esplugues del Llobregat. Para colmo, el rebrote en la vecina l’hospitalet.

Muchos han perdido su trabajo. Como Alicia, quien desde junio del 2015 y hasta el pasado 13 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma, estaba empleada en una empresa que proporcion­a servicios domésticos. Durante estos cinco años ha estado limpiando casas en Gavà, Castelldef­els y Viladecans hasta 11 horas al día por una nómina inferior a 500 euros al mes. Algunos meses apenas 200. Sin vacaciones ni festivos. En la Escola Prat de la Riba, donde acude Jherson desde la etapa infantil, no la conocían. Nunca ha podido ir a llevar o a recoger a su hijo. Siempre estaba trabajando. Una compatriot­a con la que compartía piso vestía, preparaba el desayuno y acompañaba al niño al colegio cuando era pequeño. El padre de Jherson no quiso saber nada de él en cuanto supo que Alicia estaba embarazada.

Desde que llegó a España con 25 años procedente de Arani, municipio del valle alto de Cochabamba

(Bolivia,) Alicia ha sufrido todo tipo de abusos laborales. Finalmente, animada por amigas de su comunidad, consultó con un abogado de oficio, quien le reveló que además de cobrar mucho menos de lo que estipulaba su convenio, solo estaba dada alta en la seguridad social una hora al día. Aun así, su jefa se enfureció al serle notificada la demanda y la echó aduciendo que la empresa había quebrado por la Covid-19.

Sin ingresos y con una gran incertidum­bre por su futuro, la cuarentena ha sido dura. Con la desescalad­a ha vuelto a trabajar tres horas al día limpiando en algunas casas. Lo justo para pagar el alquiler de 530 euros y alimento para ella y su hijo.

Tras una primavera confinado, que le impidió además disfrutar de la fiesta de graduación para los alumnos de 6º de primaria, a Jherson le espera un verano largo y tedioso. Por primera vez en muchos años, el Ayuntamien­to de Esplugues ha dejado de becar las colonias que organizan las tres entidades de ocio de la población, lo que le condena a estar en casa mucho más tiempo del que le gustaría. “Por las tardes voy al parque a jugar a fútbol, pero echo de menos los juegos, talleres y excursione­s del casal”, lamenta. Más allá de estas salidas organizada­s, el chico apenas sale del barrio durante todo el año.

Sus únicas vacaciones son los diez días de campamento­s que la Fundació Catalana de l’esplai organiza en el Montseny, cerca de Breda. Podrá ir gracias a una de las becas que otorga esta entidad a las familias con necesidade­s socioeconó­micas. Alicia también lo disfrutará a su manera. “No tendré que venir corriendo de trabajar para hacer la comida. Y estoy tranquila porque él se lo pasa bien y está bien cuidado, aunque sepa que a los cinco días ya lo estaré echando de menos”, dice. Un breve respiro en un 2020 angustioso para muchas familias como la de Alicia y Jherson.

Alicia fue despedida por su empresa tras cinco años trabajando

11 horas al día por 400 euros; solo cotizaba una

 ?? XAVI JURIO ?? Alicia Masias y su hijo Jherson preparan la mochila que el niño se llevará a los campamento­s de la Fundesplai
XAVI JURIO Alicia Masias y su hijo Jherson preparan la mochila que el niño se llevará a los campamento­s de la Fundesplai

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