Andorra ya ha hecho 138.000 pruebas de la Covid-19 al 90% de la población
Después de haber realizado casi 138.000 pruebas serológicas al 90% de la población de manera voluntaria, el Coprincipado de Andorra continúa haciendo TMA –pruebas parecidas al PCR pero con mayor sensibilidad– centrados en los test and trace para detectar nuevos casos y poderlos aislar. La eficacia del seguimiento viene dada por la intensidad de las pruebas –2.100 cada semana a casi el 3% de la población– y al sistema de rastreo, compuesto por 60 personas.
Las pruebas de la Covid-19 se hacen a todo el personal sanitario, en especial al del hospital Nostra Senyora de Meritxell, y a todas las personas que acuden a urgencias. También aleatoriamente, una vez al mes, en todos los centros sociosanitarios del país, al personal de sectores que están en contacto con el turismo –comercios, restaurantes, hoteles– o a los residentes que piensen que han permanecido en contacto con el virus, ya sean porque han estado en zonas de riego o porque han tenido síntomas.
Para no bajar la guardia, como en otros muchos países, en Andorra el uso de la máscara también es obligatorio.
En un escenario de incertidumbre, la planificación presupuestaria prevista a inicios de año ha variado de forma radical, con una previsión de reducción del PIB del 10%. Andorra prevé pasar de un endeudamiento de cerca del 34% del PIB a un 43%.
Al margen de la revisión presupuestaria, el Coprincipado pirenaico quiere aprovechar el momento para acelerar las reformas que favorezcan la diversificación económica en clave de sostenibilidad e innovación, más allá del turismo y el comercio.
Andorra, en los últimos quince años, ya ha dado un vuelco al pasar de una economía sin imposición directa, con secreto bancario y prácticamente cerrada a la inversión extranjera a ser una economía con tributación directa y cooperación en materia fiscal. Ha ido levantando gradualmente el secreto bancario, ha firmado convenios con otros países para evitar la doble imposición y ha establecido un nuevo marco de relación con la Unión Europea que le permitirá ser una plaza de negocios sólida y homologada.
En este camino hacia la homologación e internacionalización, Andorra también está negociando su adhesión al FMI, que podría ser una realidad este otoño.
En el escenario de incertidumbre abierto por la pandemia, formar parte del FMI abriría las puertas a la liquidez externa que Andorra tanto anhela.