‘Blockbusters’ en la pequeña pantalla
Cuando la palabra coronavirus no estaba en boca de todos, el verano tenía una serie de tradiciones. Era el momento que buscabas a un amigo con piscina o que asumías que harías horas de cola para zambullirte al mar y comida un arroz. Podías llegar a bailar himnos musicales infumables como si las altas temperaturas te hicieran perder el juicio. Y ni que sea porque las salas de cine tenían un buen aire acondicionado, de los que te permitían coger un resfriado en agosto, pasabas por caja para mirar algún blockbuster. Pero este verano, a pesar de haber algunas salas abiertas, no tenemos las superproducciones de siempre en la cartelera como el año pasado tuvimos secuelas de Spider-man, Godzilla, X-men o la nueva versión de El Rey León. Como si las salas necesitaran una nueva puñalada, el entretenimiento doméstico es la única opción para satisfacer la sed de presupuesto, de acción y de efectos visuales con un Hollywood que espera tiempos más saludables para estrenar las grandes apuestas.
Las series estos últimos años ya han dado pasos en esta dirección, sobre todo Netflix, que vio un territorio más o menos desierto donde tenían posibilidades de crear un fenómeno. En el 2016 dejaron claro que podían imitar el blockbuster de cine con Stranger things, que focalizó la atención de la cultura pop durante el verano. La desaparición de Will (Noah Schnapp) cuando volvía de casa de los amigos, junto con la aparición en el pueblo de Hawkins de una niña con superpoderes (Millie Bobby Brown), tenía la combinación perfecta: monstruos, terror accesible, tramas para todas las edades, un presupuesto ambicioso para la televisión y un sentido del entretenimiento que recordaba al Steven Spielberg de los ochenta. Es imperdible si existen personas desorientadas que no le han echado un vistazo todavía. Este 2020, no obstante, no tenemos nuevos episodios de Eleven y parece que nos tenemos que conformar con The Umbrella Academy, que este viernes estrena la segunda temporada. Se calcula que la primera atrajo 45 millones de espectadores (dato que cocina Netflix, así que quién sabe si es verdad) y en este contexto podría ser la clave para los hambrientos de superhéroes. Presenta a un grupo de hermanos con habilidades especiales, los Hargreeves, que esta vez retroceden en el tiempo y tienen que detener el Apocalipsis.
Quizá la opción superheroica más potente y menos amuermada sea ponerse al día con The Boys de Amazon Prime Video de cara al estreno de la segunda temporada programada para septiembre. Tiene lo mejor de los dos mundos. Por un lado, el presupuesto, unos luchadores de uniformes vistosos y poderes. Por el otro, la mala leche que no se suele permitir el cine comercial porque aquí los malos son precisamente aquellos que la sociedad considera héroes: son depredadores sexuales, estrellas del sistema capitalista y símbolos de la involución democrática. Si Spiderman hubiera pasado por el cómic de Garth Ennis y Darick Robertson, lo habrían retratado como el amigo simpático que deja caer una pastilla somnífera en la bebida de las presas nocturnas o algo más retorcido.