La Vanguardia

“Dormía en el gimnasio...”

Manuel Massó, aquejado de cáncer, revisa su trayectori­a en el cuadriláte­ro: llegó a campeón de Europa en 1977

- SERGIO HEREDIA

Un campeón es alguien que se levanta cuando no puede

Jack Dempsey

Manuel Massó (65) da vueltas a su vida y sus pupilos boxeadores –tiene una veintena– le escuchan fascinados. De todo ello nos avisa Xavi, uno de los últimos en llegar al Club Pro Box, en Mahón.

Xavi nos escribe a La Vanguardia y nos dice:

–Tenéis que escuchar las historias de Manuel Massó. Fue un boxeador de los grandes.

Y aquí estamos, escuchando a Massó, alguien cuya voz profunda y discurso bien articulado llenan el tiempo, alguien que lucha contra el cáncer de próstata, enfermedad que acaban de diagnostic­arle.

–A veces visito el Museo de Historia de Menorca. Fui su guardia de seguridad durante 17 años. Está en un antiguo convento y tiene un patio precioso con un pozo en el centro. Voy allí y me siento un rato y encuentro la tranquilid­ad –me cuenta.

Así, también, recuerda.

(...)

Tenía 16 años y trece hermanos cuando dejó su trabajo como carpintero y se fue a Barcelona, a buscarse la vida en el boxeo.

–Llevaba una maletilla y 500 pesetas (tres euros). Busqué el bar Santa Fe, donde se reunían todos los entrenador­es. Estaba en la calle Floridabla­nca, junto a la Sala Gran Price.

Le vio Clemente, un técnico que le conocía.

–Clemente me preguntó: ‘¿Tienes donde dormir?’. Le dije que no. Y me instaló en su gimnasio, en la calle Reina Amalia, con otros dos boxeadores de Melilla. Allí pasé un mes.

–Estoy pensando en Million Dollar Baby –observo.

–Ya, ya...

Pronto llegó su oportunida­d, en Mataró, ante Antonio Rubio.

–Fue un buen combate pero él tenía más experienci­a y me ganó a los puntos. Por suerte, el rival no era un gran pegador y sus golpes no me hacían nada. Salí con la misma cara con la que había entrado...

Las críticas fueron buenas y la cosa fue a más. Manuel Massó peleó en Camprodon, en invierno, y se fue sin ducharse porque no funcionaba el agua caliente.

Se fue de jarana por Horta con su vecino Antonio Guinaldo, también su amigo, y a la mañana siguiente ambos combatían, el uno contra el otro, en Reus.

–Nos dimos una buena paliza pero salió nulo. Decidimos que no nos enfrentarí­amos nunca más.

Una vez le soltó un crochet al canario Jiménez del Pino y el hombre se fue a la lona, con la mandíbula agarrotada y la mirada perdida, e ido se pasó cinco minutos. Jiménez del Pino se rehizo de aquello, pero no volvió a boxear.

Manuel Massó ganó 70 de sus 76 combates.

Y su gran momento llegó en 1977, cuando le arrebató el título europeo del peso pluma a Nino Jiménez:

–¿Sentía usted miedo? –¿Miedo...? Me concentrab­a en lo mío: entrar, pegar e irme. –¿E ira contra el rival?

–En el boxeo no caben el odio ni la ira. No buscas hacer daño. Es tu oficio. ¿Cómo te vas a enfadar con alguien que hace el mismo oficio que tú?

–¿Y le pagaban bien? –Como un trabajador de la época: 600, 700 euros. Boxeas y vives. Al dejarlo tuve que trabajar de mil cosas: jardinero, mozo de almacén. –¿Y el dinero del título europeo? –Allí cobré bien: 1.500 euros por el título y 3.000 por lucir publicidad. Aunque el dinero se lo quedó la familia. Había que ayudar.

MENTALIDAD

“En el boxeo no sientes ira ni odio al rival: es tu oficio, ¿cómo vas a odiar a quien está trabajando como tú?”

ORIGEN HUMILDE

“Cobré 1.500 euros por el título y 3.000 más por llevar publicidad: le di el dinero a mi familia”

 ?? LV ?? Manuel Massó, en una imagen tomada en el año 1974
LV Manuel Massó, en una imagen tomada en el año 1974
 ?? LV ?? Manuel Massó, en la actualidad
LV Manuel Massó, en la actualidad

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