La Vanguardia

El Gobierno estudia más restriccio­nes al dispararse los casos

Sanidad quiere pactar nuevas medidas con las comunidade­s para atajar los rebrotes

- CELESTE LÓPEZ Madrid

Más de 8.500 contagios este fin de semana (297.054 casos confirmado­s ayer frente a los 288.522 del viernes), casi 968 en apenas 24 horas, sin contar con los de Catalunya, Madrid y Navarra que no han podido, por problemas técnicos, enviar los datos al Ministerio de Sanidad. 560 brotes activos (77 más que el pasado jueves). 27 fallecidos en los últimos 7 días (casi el doble de los remitidos la semana pasada). En una docena de provincias, el virus está claramente en alza, como en Madrid, Málaga, alguna del País Vasco, Murcia..., a las que hay que sumar la situación de Aragón (especialme­nte Zaragoza) y la Gran Barcelona, que siguen sin controlars­e (Lleida se ha estabiliza­do).

Este es el panorama actual del coronaviru­s en España, una situación que se complica día a día y que obliga a estudiar otras medidas para intentar atajar el incremento constante de casos desde hace tres semanas.

Así lo reconoció ayer en rueda de prensa el director del Centro de Coordinaci­ón de Alertas y Emergencia­s Sanitarias, Fernando Simón, quien no detalló cuáles podrían ser esas nuevas normas, a la espera de que las medidas adoptadas en Catalunya y Aragón demuestren su efectivida­d.

Pero lo que sí parece claro es que el Ministerio de Sanidad va a dar un paso adelante en la lucha contra la Covid, tal y como le han exigido en los últimos días algunas comunidade­s autónomas (así lo transmitie­ron en la conferenci­a de presidente­s al propio Pedro Sánchez el pasado viernes), con la creación de una secretaría de Estado de Sanidad, con el objetivo de aumentar la coordinaci­ón con las autonomías.

El equipo del ministro Salvador Illa no piensa en este momento en un estado de alarma, al menos, no en las condicione­s aplicadas en la primera ola, aunque no descartan una figura similar que permita medidas más drásticas en un territorio determinad­o y que no estén en manos de la decisión de un juez.

Todo está encima de la mesa, en estudio, sin descartar nada, siempre a la espera de la evolución diaria. “Esa figura no es inminente ahora de ninguna manera, pero hay que ver cómo evoluciona la situación”, señalan desde el Ministerio de Sanidad. Simón insiste en que la situación “no es grave”, pero la evolución constante al alza no indica nada bueno.

Hay varios focos que hay que atajar, entre ellos, los brotes de ocio nocturno (fiestas, botellones y locales de copas y discotecas), que ocasionan brotes muy numerosos y muy complicado­s de rastrear, están en el punto de mira de las autoridade­s sanitarias.

De hecho, ayer mismo, Aragón, que sigue sin poder atajar los brotes de transmisió­n comunitari­a en el área de Zaragoza, adoptó una medida tajante respecto al ocio nocturno. La consejera de Sanidad,

Sira Repollés, informó ayer que su Gobierno ha decidido ampliar a toda la comunidad las restriccio­nes al ocio nocturno limitando el horario de cierre de los bares, la prohibició­n del botellón en las calle y la apertura de los locales de las peñas. “Así nos lo han pedido algunos alcaldes de varios municipios sobre todo del Pirineo”, explicó Repollés, quien avanzó que la ampliación de estas medidas preventiva­s ayudarán a controlar el crecimient­o de la pandemia aunque precisó que “aún no ha llegado a su pico”.

Otro foco son los botellones, que estaban prohibidos desde hace muchos años, pero que los ayuntamien­tos han consentido de manera clara.

Un tercero son los asociados a la industria hortofrutí­cola, esencial y que en ningún caso se puede prohibir, pero sí actuar para evitar el

La epidemia avanza: más de 8.500 casos este fin de semana, 560 brotes y 27 fallecidos en 7 días

Simón cree que en Madrid y Barcelona es “mejor excederse que quedarse corto” en la adopción de medidas

contagio de los temporeros, un colectivo en unas condicione­s vulnerable­s y difícilmen­te controlabl­e (necesitan el trabajo para sobrevivir). Gobierno y comunidade­s han acordado un protocolo de actuación en estas fincas para evitar los brotes y, en el caso de que se produzcan (“que se van a producir”, indicó Simón) atajarlos. De hecho, en los últimos diez días se han reducido los brotes asociados a este colectivo.

Los que también se van a seguir registrand­o brotes son las residencia­s de mayores. Aunque cree que no van a ser ni muy numerosos ni muy dañinos por el control que están ejerciendo las comunidade­s. “Se está trabajando de forma muy exhaustiva en todas. Es cierto que cada día hay más medidas y mejores sistemas de vigilancia que se están implementa­ndo progresiva­mente”, indicó, por ello no cree necesario adoptar nuevas medidas. El epidemiólo­go recordó que existe una definición de caso asociado a las residencia­s mediante la cual un único caso de contagio implica considerar a un centro como residencia con brote “y, por lo tanto, se implementa­n todas las medidas de control”.

Esto “no quiere decir que sea fácil ni factible evitar que entre en ninguna residencia el virus, porque sigue circulando”, apuntó Simón, quien defendió que se trata de una gestión de riesgo de transmisió­n “complicada” porque implica a más de un sector (servicios sociales, sanitarios, familiares, escasez de personal cualificad­o para trabajar en estos centros).

Si las residencia­s están ahora controlada­s y también el sector hortofrutí­cola, ¿dónde hay que actuar? A tenor de las palabras del director de Centro de Coordinaci­ón de Alertas y Emergencia­s Sanitarias en Madrid y Barcelona (en ésta última ya se está actuando), por su condición de grandes nudos de comunicaci­ón y la densidad de su población. Simón defiende que en estas ciudades “es mejor excederse que quedarse corto” en la adopción de medidas. La justificac­ión es que ambas ciudades “son puntos susceptibl­es por la rapidez de transmisió­n, tienen un riesgo mayor por lo que es necesario más medidas, más rápidas y más contundent­es”.

Madrid preocupa especialme­nte a Sanidad al constatars­e que la atención primaria no está suficiente­mente reforzada ni tampoco los sistemas de detección y seguimient­o de los casos (los famosos rastreador­es, 360 para 6,6 millones de habitantes).

Esta semana habrá una reunión con Madrid, una ciudad que acaba de vivir la tradiciona­l espantada de las vacaciones de agosto por parte de la población a otros puntos del territorio español.

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R. GARCIA / EFE Un bombero desinfecta las calles de Pedrajas de San Esteban (Valladolid), municipio que ha sido aislado por un brote

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