Barcelona planea permitir las ovejas en Collserola
El Ayuntamiento busca el encaje jurídico para poder reintroducir los rebaños en la parte barcelonesa del parque
Los rebaños de ovejas pueden regresar a Barcelona. No por las calles de la ciudad como se aprecia en alguna imagen en blanco y negro de un grupo de cabras bajando por la Rambla de principios de siglo XX. El retorno de estos animales sería en el término municipal del parque de Collserola. Hoy en día, una ordenanza de hace más de una década impide la actividad ganadera en la ciudad pero el Ayuntamiento de Barcelona estudia su encaje jurídico con la normativa actual. Fuentes municipales apuntan que se trataría de un rebaño itinerante que paste y pernocte en la zona barcelonesa del parque. De esta manera, se “pretende potenciar la biodiversidad y también prevenir el riesgo de incendios porque la ganadería contribuye a la limpieza del sotobosque”, añaden. De momento, no hay una fecha concreta pero se ha iniciado el proceso para buscar una solución.
El Consorcio del Parque Natural de la Sierra de Collserola apoya esta posibilidad. “Se ha hablado con el Ayuntamiento, pero es un trámite y los informes todavía se están elaborando. La idea es que pueda haber ganadería en la parte forestal del término municipal de Barcelona, ya sea de ovejas, cabras o, incluso, abejas”, detalla Joan Vilamú, responsable del servicio de medio natural y territorio del consorcio. El parque empezó a reintroducir de forma controlada los rebaños de ovejas y cabras en 1995, entonces para el mantenimiento de las repoblaciones de pinos de finales de los 80. Actualmente, en Collserola hay unos tres rebaños, formados entre 300 y 400 cabezas, en Montcada i Reixac, el Papiol y Sant Feliu de Llobregat, además de otros pequeños de una cincuentena de animales.
Los planes del consorcio pasan por potenciar este tipo de ganadería. Hay en marcha dos iniciativas para implantar dos corrales de grandes dimensiones, uno en Sant Cugat del Vallès y otro en Sant Just Desvern. Estos espacios dispondrán de unos 900 metros cuadrados con una capacidad hasta para 500 ovejas. “Alrededor habrá otras instalaciones , como un refugio para el pastor, un espacio de agua o un pajar”, afirma Vilamú. Esta zona estará vallada con una superficie aproximada de una hectárea. Un concurso público seleccionará a los futuros pastores. Los proyectos se hacen en colaboración con los respectivos ayuntamientos. Vilamú prevé que estén listos entre finales de este año y el próximo.
Por su parte, distintas entidades ya han pedido la derogación de la ordenanza barcelonesa en el ámbito de Collserola. “También sería una gran oportunidad para potenciar una economía sostenible y de proximidad. Tenemos un proyecto para crear una quesería”, destaca Salva Ferran, de la cooperativa de consumo de productos ecológicos Can Pujades, con sede en Vallvidrera y de la que forman parte 50 familias. La entidad ha pedido la modificación de la normativa al consorcio y ha presentado una instancia en el distrito de Sarrià-sant Gervasi, además de solicitar que se incluya la petición en los presupuestos participativos del programa de actuación municipal 2020-2023. “Nuestra propuesta sería un ganado itinerante que podría estar en la zona de Sarrià-sant Gervasi y luego ir hacia Nou Barris”, destaca Ferran.
Incluso un veterano pastor, José Montoya, que vive en Barcelona y desde hace muchos años cuenta con un rebaño de ovejas en el parque en la zona de Montcada i Reixac, se ofrecería a que sus animales también pasturasen en la parte barcelonesa, siempre y cuando se cumplan unas determinadas condiciones. Su ganado está formado por 400 ovejas de la raza ripollesa. Montoya, de 56 años, es la tercera generación de pastores tras su padre y su abuelo. La crisis sanitaria de la Covid-19 le ha pasado factura. Además de cuidar de los animales, ahora tiene que hacerse cargo de la venta directa de los corderos. En este sentido, las redes sociales del parque realizaron un llamamiento durante el confinamiento para dar a conocer este producto.
Acompañado de su inseparable perro Tolbe y con el sonido de los cencerros de fondo, a este amante de la naturaleza le gustaría continuar siendo pastor aunque no es optimista en el futuro. Montoya está contratado por el parque y recibe unos ingresos por la función de limpieza y prevención de los incendios que se verán reducidos. “Invierto un dinero para que esté todo bien, pero el presupuesto me lo quieren bajar a menos de la mitad. No podré seguir”, advierte. Fuentes del consorcio de Collserola señalan que se ha realizado “un recálculo del valor y de la superficie de las zonas de estas pasturas” y argumentan que pagan por aquellas que son más difíciles. A José no le resulta halagador que sea el último pastor de Barcelona. “Me sabe mal que sea así porque en los parques naturales este oficio debería tener futuro”, concluye.
Con la ganadería se pretende potenciar la biodiversidad y también prevenir el riesgo de incendios