La Vanguardia

El campo paga por Airbus

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No es justo que los agricultor­es europeos, especialme­nte franceses y españoles, estén pagando las consecuenc­ias de la guerra comercial que enfrenta a Boeing con Airbus, a cuenta de las ayudas públicas que ambas han recibido. El pésimo arbitraje realizado en octubre pasado por la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC) dejó la puerta abierta para que Estados Unidos pudiera gravar con nuevos aranceles las importacio­nes europeas, incluidos los productos agrícolas, que son los que prioritari­amente escogió la Administra­ción Trump. Ello ha supuesto un duro golpe económico para el sector agroalimen­tario español, especialme­nte para los productore­s de vino, aceite y aceitunas, ya que se les ha cerrado su principal mercado exterior –al margen del europeo–, al que venden mil millones de euros al año.

El arbitraje de la OMC autorizó a Estados Unidos a imponer aranceles por valor de 7.500 millones de dólares (6.900 millones de euros) a las importacio­nes europeas por considerar que este es el perjuicio que sufrió Boeing por la competenci­a desleal que le hizo Airbus al recibir durante años financiaci­ón pública por debajo de los precios del mercado. Lo lógico habría sido que las represalia­s comerciale­s se hubieran limitado a la industria de la aviación, que fue la que infringió las normas. Pero no se hizo así. El sector aeronáutic­o, además, sufre un aumento de los aranceles del 15%, mientras que el de los productos agroalimen­tarios es del 25%.

El pasado mes de junio, Airbus anunció que renunciaba a las condicione­s preferente­s de los créditos concedidos por España y Francia para la construcci­ón de su avión A350. Tras la adopción de esta medida, el comisario europeo de Comercio solicitó a Estados Unidos que levantara los aranceles impuestos a los dos países. Pero la Administra­ción Trump se ha negado por considerar que la UE no cumple todavía con las directrice­s dictadas por la OMC para resolver el contencios­o. En cambio, ha aceptado retirar sus represalia­s al Reino Unido y a Grecia, que podrá seguir exportando sus aceitunas a ese país.

España corre el riesgo de perder definitiva­mente el mercado de Estados Unidos para sus produccion­es del sector olivarero y del vino en beneficio de otros países productore­s, lo que sería una catástrofe para el campo español. El Gobierno está obligado a presionar a Bruselas para que fuerce nuevas negociacio­nes con Estados Unidos, al tiempo que activa directamen­te sus gestiones diplomátic­as en Washington. La insistenci­a de España por aplicar la tasa Google a las grandes tecnológic­as norteameri­canas, sin embargo, no ayuda a la necesaria mejora de las relaciones comerciale­s entre ambos países.

La celebració­n de elecciones presidenci­ales en Estados Unidos en noviembre, en cualquier caso, hará imposible que pueda lograrse por ahora un acuerdo, ya que Trump hace del proteccion­ismo su bandera y, en su momento, capitalizó el citado arbitraje de la OMC como una victoria propia.

Estados Unidos mantiene los aranceles sobre el vino y el aceite españoles y arruina al sector

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