MÜLLER El ave fénix del Bayern
Baviera le ha visto nacer, crecer y convertirse en una estrella del mundo del fútbol. Su particular sexto sentido y su percepción del juego cimentan su reputación como pieza clave del Bayern. Él es Thomas Müller, el último bávaro canterano que, a sus 30 años y bajo la tutela de Hansi Flick, vive una segunda juventud en las filas del pentacampeón de Europa con unos registros asustadizos para cualquier rival. A Müller solo le motiva el presente y por eso su mente hace días que está fijada en el Barcelona y en cómo poder vencer a Leo Messi en la burbuja europea de Lisboa. Solo para ello recurre a su veteranía. “Mi experiencia jugando contra Messi me dice que debe ser todo el conjunto quien le marque, solo así funciona. Tampoco debemos olvidar que no solo es Messi quien crea peligro, es todo el Barça”, insistió en la antesala del partido contra su próximo rival.
Y es que aunque ahora solo tenga en mente cómo vencer al conjunto de Setién lo cierto es que las cosas han cambiado mucho para el ave fénix de la Bundesliga. Debutó con 19 años en la temporada 2008-2009 consagrándose el curso siguiente bajo el instinto de Louis van Gaal, el extécnico blaugrana, que apostó por él en todos y cada uno de los partidos del curso siguiente. Consciente de la oportunidad, Müller agradeció la fe de Van Gaal con 13 goles y 11 asistencias en la Bundesliga, dos dianas y tres asistencias en la Champions y cuatro tantos más y dos asistencias en la Copa Alemana.
Era el inicio de una nueva era avalada en la actualidad por un envidiable historial: ocho títulos consecutivos en la Bundesliga, cinco en la Copa de Alemania, la Champions y el Mundial de Clubs en el 2013, además de obtener con su selección el Mundial de Brasil 2014.
Toda esta obra maestra parecía que empezaba a diluirse hace un año, cuando el seleccionador Joachim Löw anunció que no contaba más con él. Mismo guion el que aplicó el entonces entrenador del Bayern, Niko Kovac. Por todo ello, estuvo a punto de dejar el club de su vida en el mercado invernal.
Pero fue llegar Hansi Flick, con el que ya coincidió en la selección cuando fue segundo de Löw desde el 2006 hasta el 2014 y resurgir de sus falsas cenizas. Bajo sus órdenes, Thomas ha sumado 20 participaciones de gol, 13 en forma de asistencia y ocho goles en liga. Todo esto, de forma invicta desde el 7 de diciembre del 2019 y con pleno de victorias desde el 16 de febrero. “Es algo bonito mirar estos números y leerlos en los periódicos, pero ahora mismo lo que quiero es jugar más partidos en esta Champions. El reto es estar concentrado ante el Barça, dan lo mismo los números”, insistió con vehemencia antes de desvelar sus propias claves. Porque sí, la experiencia también le ha enseñado que no le hace falta ocultarlas. “En este tipo de eliminatorias lo normal es que nadie arriesgue, por eso no empezaremos atacando, queremos controlarlo todo, imponer nuestro juego”, insistió con los ojos ambiciosos que no pasan inadvertidos para nadie.
Tampoco en el Bayern, que no ha tardado en darse cuenta de que el símbolo del club vuelve a estar de dulce. Por ello, actuaron en consecuencia ampliando su contrato hasta el 2023. A estas alturas, lo más probable es que Löw y Kovac se arrepientan de las desafortunadas decisiones que tomaron hace apenas un año ante la leyenda del Allianz Arena, pero lejos de inmutarse, el ave fénix no piensa en otra cosa que no sea eliminar hoy al Barcelona.
EN PLENA MADUREZ
A sus 30 años ha conseguido recuperar su mejor versión bajo la tutela de Hansi Flick