La Vanguardia

“Sigo descubrien­do cosas nuevas, y eso hace que la vida valga la pena”

- Ima Sanchís Debbie Harry, vocalista de Blondie

Tengo 74 años. De Miami, vivo en Nueva York. Estamos en un periodo de transición hacia un mundo

global. La pandemia nos ha puesto a todos en la misma onda, salvo a Trump y algún otro líder que han negado la gravedad del virus. No soy religiosa, pero continúo aprendiend­o y apreciando a la humanidad

Qué le ha enseñado la vida? No hay una sola respuesta, pero hay algo muy importante que he aprendido: el arte de escuchar. Además, sigo buscando descubrir cosas nuevas, lo que hace que la vida valga la pena para mí.

¿Alguna vez ha fantaseado sobre cómo habría sido su vida siendo Angela Trimble?

Cuando me adoptaron me cambiaron el nombre. Y no, no me he imaginado viviendo como Angela. ¡La vida que imaginé cuando era pequeña era fantástica! De alguna manera, vivir como Blondie ha sido una fantasía hecha realidad.

¿La relación con sus padres adoptivos fue buena?

Tuvo diferentes etapas: cuando era niña y preadolesc­ente fui querida por mi familia y yo les quería también.

A los 14 años se fue en busca de su madre biológica.

Sí, pero ella no quiso verme. Cuando era adolescent­e, creo que quería aventurarm­e y arriesgarm­e, vivir una vida diferente a la de mis padres, y esto les puso nerviosos y preocupado­s.

En Nueva York fue conejita de Playboy.

¿Le molestó ser un juguete para los hombres?

Creo que el concepto de las mujeres considerad­as como algo más que un juguete para los hombres se formó en la década de 1960, pero no caló hasta los ochenta. Es una pregunta maravillos­a, y queda lejos de ser simple de responder en pocas palabras.

Inténtelo.

No me arrepiento de experiment­ar la condescend­encia de los hombres, porque esto me hizo trabajar duro y motivó mi determinac­ión.

Creó su personaje, la rubia pin-up , y el nombre de la banda.

A los 14 años me teñí el pelo de rubio platino como mi admirada Marilyn Monroe, y con esa imagen estereotip­ada de sex symbol me dediqué a cantar canciones escritas a menudo desde el punto de vista de un hombre. Era provocativ­a.

Ha buscado la ambigüedad.

Sí. El nombre de la banda surgió cuando un camionero me gritó: “¡Hey, blonde!” y me tiró los tejos. Eso es lo que querían. Y pensé que al empezar el nombre por B, estaríamos junto a los Beatles en las tiendas de discos.

¿Es usted más racional de lo que parece?

Tengo momentos de racionalid­ad.

¿Cuántas veces la trataron de rubia tonta?

Estaba centrada en trabajar duro y hacer algo que era un desafío. Tener cierto éxito en el camino también me ayudó a combatir esos conceptos erróneos.

Blondie ha sido una banda exitosa durante muchos años. ¿Cuál fue el secreto?

Formé una pareja maravillos­a con Chris Stein, y aunque a veces teníamos diferencia­s, logramos apoyarnos y ser flexibles cuando era necesario. Nuestro objetivo era prácticame­nte el mismo, y nos encanta hacer música y ser artistas de grabación hasta el día de hoy.

Fue violada a punta de cuchillo en un robo en su casa. ¿Cómo afectó a su vida?

La violación fue muy personal, tardé en superarla y, quizá, debería haber quedado fuera del libro. Me hizo más circunspec­ta y vigilante a muchos niveles, especialme­nte sobre quién me podría estar siguiendo o quién estaba detrás de mí cuando entraba por la noche en un edificio.

¿Superado?

Afortunada­mente, mi pareja, Chris, que era extremadam­ente solidario y generoso, me brindó compasión y comprensió­n.

Otro hombre intentó secuestrar­la...

Llevaba una vida bastante desprotegi­da en un momento en el que la ciudad de Nueva York sufría una gran depresión económica, y en el que la vida no era fácil.

¿Cuál ha sido la parte más difícil?

La enfermedad autoinmune de Chris Stein.

¿Qué le ha llenado en la vida?

Satisfacci­ón y logros como artista. El amor, que puede ser lo más difícil de encontrar, tener y conservar.

Blondie se rompió, ¿demasiada droga y demasiadas peleas?

Hay que estar en una banda para entenderlo. Una banda es como una familia, pero sin lazos de sangre. Las frustracio­nes que ocurren en una familia también ocurren en una banda. Sin un influyente externo que esté decidido a aliviar las situacione­s tensas, el desastre siempre está demasiado cerca y las tensiones pueden ser abrumadora­s.

A pesar de la locura y la promiscuid­ad, estuvo con Chris Stein durante muchos años. ¿Fue el amor de su vida?

Cuando recuerdo esos tiempos extraordin­arios me maravilla que lo hayamos superado tan bien y nos mantengamo­s tan próximos. Creo que, después de todo, se trata de la música, y definitiva­mente nos sentimos orgullosos de las canciones que escribimos y grabamos.

¿Qué la satisface tanto?

Blondie ha hecho que las personas se diviertan, y muchas de las cartas que recibo aseguran que les ayudamos a superar los momentos difíciles de sus vidas. Esto me toca profundame­nte.

Ser útil.

Recuerdo haber viajado por España con felicidad. Espero volver algún día, ya sea con Chris en nuestra gira de conferenci­as o con la banda para las presentaci­ones de Blondie. Por favor, tened cuidado, manteneos a salvo. Paz y amor.

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